Piden cuatro años de cárcel para el dueño de dos pub de Ciudad Real donde se cobraron 21.656 euros en copas a un cliente

La Audiencia Provincial de Ciudad Real enjuiciará este miércoles, 27 de junio, al dueño de dos pub de Ciudad Real y a su hijo, así como a dos de las camareras, por la presunta estafa de un total de 23.417 euros –de los que 21.656 fueron en copas– a un cliente del que se ganaron su confianza y que llegaba a dejarle su tarjeta de crédito y su PIN.
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Se trata de la segunda ocasión en la que se intentan enjuiciar estos hechos después de que el pasado mes de abril se tuviera que suspender el juicio porque ninguna de las dos camareras acusadas –ambas extranjeras aunque una de ellas con residencia legal en España– se presentaron, una de ellas por enfermedad y la otra por estar ilocalizable.

Según el escrito de acusación, al que ha tenido acceso Europa Press, los hechos ocurrieron a lo largo del año 2009 y la Fiscalía considera que M.G.C., propietario de los dos pubs, y su hijo J.G.C., incitaban a las mujeres N.A.G.M. y L.A.G.O. a que entretuvieran a los clientes y consiguieran que las invitaran a consumiciones a cambio de una comisión por cada una de ellas.

Eso es lo que hicieron con la víctima R.A.R., un hombre que frecuentaba dichos bares y que durante el mes de mayo de 2009 fue estafado, ya que se cargaron en su tarjeta pagos por copas que llegaron a sumar 21.656 euros, llegando algunos de los días a ser de 6.000 y de 3.000 euros, a razón de 5 euros la cerveza y 10 la copa.

Además, el hombre al parecer confió en las camareras que, usando su tarjeta, habrían aprovechado para realizar otros gastos personales como billetes de avión a Bogotá (Colombia), recibos de teléfono, compras en supermercados y reintegros de efectivo en cajeros cuando la víctima estaba en su casa en reposo tras haberse roto un tobillo.

SABÍAN QUE TENÍA DINERO

El Fiscal reconoce en su escrito que «la atención» a R.A.R. fue aumentando conforme la víctima tomaba confianza con los dueños de los establecimientos, por lo que «el padre tuvo conocimiento de que manejaba bastante dinero», las dos camareras le incitaban a que las invitara y le cobraban con la tarjeta cantidades superiores a la cuenta, abusando de su distracción y de que le habían servido altas cantidades de alcohol.

Por otra parte, R.A.R. entabló cierta amistad con N.A.G.M., a quien llegó a prestarle su tarjeta en alguna ocasión tras facilitarle el PIN para que sacara dinero del cajero, así como la mujer adquirió dos billetes para ella y su hijo a Bogotá por 651 euros.

L.A.G.O. hizo lo propio para financiar parte de un billete de ida y vuelta a la misma ciudad para su hermano, además de una compra en Mercadona por 640,30 euros, un reintegro del cajero de 300 euros y varios pagos de facturas de teléfono.

PENAS SOLICITADAS

Por estos hechos, la Fiscalía considera que M.G.C. y J.G.C. son responsables de sendos delitos continuados de estafa, por lo que pide 4 años de cárcel y una multa de 3.600 euros para el padre y 3 años y 6 meses de prisión y una multa de 3.240 para el hijo.

En el caso de las camareras, acusa a N.A.G.M. de un delito de estafa por el que le piden un año y tres de prisión, que será sustituida con la expulsión del territorio español con prohibición de regresar durante cinco años, y una multa de 1.080 euros; mientras que acusa a L.A.G.O. de un delito continuado de estafa, por lo que se enfrenta a un año y nueve meses de cárcel y a una multa de 1.260 euros.

Finalmente, el Ministerio Fiscal pide por estos hechos –que fueron denunciados por la madre de la víctima– una indemnización de 10.828,6 euros que tendrán que pagar los propietarios y el seguro del establecimiento, a los que hay que sumar los 650,99 euros que tendrá que pagar N.A.G.M. y los 1.751,68 euros que deberá abonarle a L.A.G.O.

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6 COMENTARIOS

  1. No es una buena idea darle el número de la tarjeta a nadie y menos aún el PIN o número secreto para poder operar con ella.
    Son claves personales que se deben custodiar de forma segura.
    Y es que, a veces, la confianza se pone una máscara y se convierte en ‘falsa confianza’.
    Lamentablemente, en estos tiempos, la ingenuidad no es sinónimo de nobleza y generosidad, sino de imbecilidad…..

  2. N. G. A. M. Y L. A. G. O. estaban dadas de alta en ese «local» en el momento de esa supuesta estafa?

    Si se cobraron 21.656€ en copas en la tarjeta a R. A. R. ¿Podrá pedir factura a M. G. C. ó I. G. C.?

  3. Cualquiera se fía ahora de ir pagando con tarjeta….qué horror.
    Ante casos así deberían de existir penas de «cierre y prohibición de abrir nuevos negocios».
    Noticias así hacen mucho daño a la economía… esperemos el ayuntamiento vele por la seguridad y porque la gente pueda salir tranquila a la calle a gastar y divertirse.

    • El Ayuntamiento y la Administración en general, pueden llegar hasta donde pueden llegar. Donde nadie puede llegar es a ir detrás de idiotas que se dedican a entregar sus tarjetas de crédito y el pin, a la primera moza tetuda que se encuentran tras la barra de un bareto.
      Se supone que todos somos mayorcitos y no nos hace falta una niñera detrás.

  4. Se les cae la baba cuando les llaman «papito» y pierden la conciencia.
    Tanta culpa tienen las dos protagonistas extranjeras como los sinvergüenzas del padre y el hijo.
    A ellas que las expulsen de España y a los dueños de los locales, unos añitos en la carcel y que les cierren los locales.
    Dos antros menos abiertos.

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