Bauhaus: un centenario difuso

A pesar de los 100 años transcurridos desde su fundación en Weimar en 1919 por Walter Gropius, aun hay gentes que piensan, y no sin razón, en Bauhaus como una marca afamada de mobiliario de vanguardia.

Otros recordaran un tipo de tienda de mobiliario de diseño con nombre alemán, incluso habrá quien recuerde haber estado en un bar moderno con música tecno y nombre alemán.  Otros más acertarán en el reconocimiento de Bauhaus, como una institución central en la historia contemporánea de la Arquitectura y del Diseño.

Todas esas advocaciones y rememoraciones de la escuela de Arquitectura y Diseño más influyente del siglo XX son fruto de dos movimientos casi antagónicos y encontrados. Por un lado cierta disolución de sus razones fundacionales originarias visibles en su Manifiesto fundacional, y por otra una popularización de los diseños e ideas puestos en boga por todos los miembros de Bauhaus y que hoy han alcanzado una gran popularidad.

Nacida la institución en la Alemania de la primera postguerra mundial, que vería nacer la Republica de Weimar, en un contexto acelerado de transformaciones sociales, políticas y artísticas, como buena parte de todas las experiencias artísticas de entreguerras. Ciudad de Weimar, en la que en 1908 se creara por el arquitecto belga Henry van de Velde, el Kunstgewerschule, especie de  Escuela de  Artes y Oficios, que venía a resolver las relaciones planteadas en esos años entre Arte y Técnica y, consecuentemente, entre Arte y artesanía y que sería el precedente inmediato de la Staatsliches Bauhaus, que ese era su nombre completo. Relaciones que ya habían emergido en otra institución fundamental de la Alemania de principios de siglo, como fuera el Deustcher Werkbund, fundado en 1907 por Hermann Muthesius, Ernst Nauman y Karl Schmidt.

De todos esos debates y precedentes, beberá Walter Gropius en la decisión de organizar una Escuela nueva, tanto por la pedagogía aplicada en forma de Talleres para ‘aprender haciendo’, como en los profesores que irán desfilando por el centro en los catorce años de existencia. Josef y Annie Albers, Hinnerk Scheeper, Georg Muche, Lazslo Moholy-Nagy, Hebert Bayer, Joost Schmidt, Marcel Breuer, Wassily Kandinsky, Paul Klee, Oskar Schlemmer y Johannes Itten entre otros más, componen un cuadro excepcional de Maestros y docentes que acabarían imprimiendo su sello personal en todo el proceso formativo.

Un proceso que se ve alterado por los cambio de sede de la escuela, pasando de Weimar a Dessau en 1926 y, finalmente y ya en el declive y con problemas crecientes, a Berlín en 1930. En Dessau se levantará el edificio propio, diseñado por Walter Gropius en 1925, y que fue visto casi como un emblema de la misma institución y una de las piezas más ejemplares e importantes de la arquitectura funcional, en palabras del historiador Giulio Carlo Argan. Junto al edificio de aulas y talleres, también se levantaron las conocidas como Casas de maestros, obra igualmente de Gropius contando con la colaboración de Adolph Meyer. Cambio de sede que acompañaría al cambio de directores.

Desde el fundador Gropius, activo hasta 1928, fecha en que le sucede  en la dirección el arquitecto suizo Hannes Meyer. Quien permanece al frente hasta 1930, forzada su dimisión por la radicalización política de Bauhaus y por el ascenso del Nacionalsocialismo en todas las estructuras político-administrativas de Alemania. En 1930 Mies Van der Rohe asume la dirección del centro en una situación de inestabilidad. De forma que en 1931, al ganar el NDASP la alcaldía de Dessau y denegar las subvenciones de Bauhaus, fuerza a su cierre. Mies decide su traslado a Berlín en 1932, en lo que sería su sede más efímera. Cerrando el episodio alemán de la vida de Bauhaus, que se activaría en 1953 en Ulm con la Hochschule für Gestaltung de Max Bill, antiguo alumno del centro. Con anterioridad y desde el exilio de algunos de sus miembros, en Estados Unidos se produjeron varios intentos por retomar los fundamentos pedagógicos de Bauhaus con resultados desiguales. Tales como el Black Mountain College, organizado por Josef y Annie Albers en Carolina del Norte en 1933, el Armour Institute de Illinois de Mies van der Rohe y Ludwig Hilberseimer y  a New Bauhaus de Chicago promovida por Moholy-Nagy en 1937.

La quiebra del centro y de sus metodologías por los avatares de la política alemana del momento, sumió a sus realizaciones y a sus visiones y documentos en la estela del Arte degenerado que los nazis propalaron con énfasis obsceno. Iniciando un periodo de oscuridad de Bauhaus que sólo se mantuvo en Estados Unidos, lugar de asiento del mayor numero de exiliados bauhausianos.

En 1969 tuvo lugar el cincuentenario de Bauhaus, con una importante polémica sostenida en Italia y en la revista Controspazio, que abrió una revisión crítica diversa de las bendiciones más oficiales de Gropius y sus colaboradores. Con anterioridad en 1964, se habían iniciado las obras del Archivo Bauhaus de Berlín, con proyecto de Walter Gropius, obra que no vería terminar al fallecer en 1969. Con la publicación en 1962 del trabajo de Hans Wingler La Bauhaus, daba comienzo la reactivación historiográfica que ha llegado hasta este mismo año 2019 en que se ha inaugurado el Museo Bauhaus de Dessau.

P.S. El próximo día 24 de octubre, a las 20 horas, en el Museo de la Merced, y dentro de las actividades organizadas por la Asociación de Amigos del Museo de Ciudad Real, tendrá lugar la conferencia El centenario de la Bauhaus.

Periferia sentimental
José Rivero

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6 COMENTARIOS

  1. Es cierto que la ‘Bauhaus’ influyó en todo, no solo en arquitectura. Tras cien años, su sombra sigue siendo alargada. Interesante artículo….

  2. Walter Gropius, uno más en la colección de Alma Mahler. ¡Es broma!
    Siento, de verdad, que el sr. Rivero no conozca la lengua alemana, lo que deduzco de la errónea reproducción de ciertos nombres, porque hay una serie de televisión (¡ah las series!, cuanto descrédito pueden suponer para la historia real), una serie, digo, reciente y titulada «die neue Zeit» que pretende hacer asequible el inicio y los avatares de la Bauhaus en Weimar, sobre la base novelada de la relación de Gropius con Dörte Helm.
    El aspecto siniestro de Hannes Itten, que debía ser cierto, los egos superlativos de los artistas, el politiqueo y el enrarecido ambiente social de la ciudad de Weimar, la lucha por las subvenciones (la pela siempre ha sido la pela), vamos que establece un contexto del tipo al que nos hemos/han acostumbrado y a mí me parece una forma aprovechable, de dar los primeros pasos, para entender, el movimiento que supuso la Bauhaus y su desbordante creatividad.
    Lo digo, no por nada, sino que después de leer el artículo, con perdón del sr. Rivvero, la conferencia podría ser durilla de seguir, no? Pero vamos, esa conferencia en sí misma es una novedad interesante en el panorama gris oscuro de Ciudad Real.

    • Hombre, la cosa tendría que estar entre la divulgación, este artículo, y algo más, profundizando en más aspectos como los que parece que esta serie apunta. Porque si no con la Wiki vale

    • Si el conocimiento de los nombres propios revela el de la lengua alemana, sospecho que Caminante vacila. Ya que Itten no se llamaba Hannes, sino Johannes. De todas formas para conocer Bauhaus, ayuda el conocimiento del alemán, pero no es imprescindible. Hay de hecho germano parlantes que la Bauhaus que conocen es la red de tiendas del hogar. Frente a su consejo de la serie ’Die neue zeit, le sugiero la película ‘Lotte am Bauhaus’ de este año. La dureza de la conferencia sería tal si fuera vertida en alemán, que obviamente no es el caso.

      • Jajaja. Hannes en alemán es apócope de Johannes, como en español Francis lo sería de Francisco. Pero no vacilo, hombre. Está muy bien el tema, únicamente opino, como Peterot, que desde el punto de vista exclusivamente técnico, la conferencia podía ser durilla. Pero mucho depende del conferenciante, claro. La cadena Bauhaus, suiza como Itten, no sé si es muy conocida en España, pero en Ciudad Real no creo que la conozca mucha gente. Y la película de Lotte ( de Liselotte, como Hannes de Johannes) am Bauhaus no le puedo decir nada porque no la he visto. Que vaya bien.

  3. Ah, y de lo de los errores no tiene importancia, lo que pasa es que cuando leía el artículo no tenía sentido lo de de Kunstgewerschule, porque aunque luego la menciona correctamente como Escuela de arte y oficios, correctamente se escribiría Kunstgewerbeschule. Lo de Staatsliches Bauhaus tiene menos importancia todavía, porque el cartel de abajo lo escribe bien. Lo de los nombres propios ni lo menciono. Además a los españoles nos sucede mucho el error de las eses intercaladas de fusión en las palabras alemanas. Incluso conozco a un compatriota, músico afamado que vive en Berlín y siempre le da por escribir casi siempre Postdam en vez del nombre correcto de la ciudad de Potsdam. Nos reimos mucho, pero bueno, cosas de la dificultad del alemán. Lo dicho, suerte con la conferencia.

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