Ante la Nueva Normalidad. COVID-19. Parte 8

Cuando Pedro Sánchez mencionó por primera vez la expresión Nueva Normalidad, nadie se quedó indiferente; en este mismo diario José Rivero le dedicó un brillante artículo.

Parecía una idea nacida de las paredes de la Moncloa, posiblemente del gurú mercadotécnico Iván Redondo. Algunos creyeron ver una especie de concepto disfraz, utilizado por el tándem Sánchez-Iglesias, para enmascarar cierto destino totalitario. Hoy sabemos con certeza que la Nueva Normalidad no fue ni imaginada, ni ideada, ni creada en el complejo residencial del presidente del Gobierno. Fue forjada en alguno de los despachos de la gobernanza mundial.

No hay más que leer la prensa de los países de los cinco continentes. En todos se define a la etapa posconfinamiento de la misma manera: Nueva Normalidad, al igual que el lema mundial del confinamiento fue “quédate en casa”; cada uno en su idioma, por supuesto.

La gobernanza mundial está utilizando un plan mercadotécnico único  para sus objetivos, en una empresa, El Planeta S.A., que considera de su propiedad; los diferentes gobernantes se limitan a ejercen de Directores de Producto; apenas una reducidísima minoría se revuelve con mayor o menor fortuna; ya se encargarán de hacerlos trizas los medios masivos de los países encolumnados adecuadamente.

No sabemos cómo ni cuándo acabará este Evento destructivo; “largo me lo fiais”, diría nuestro Quijote. Es imposible aventurar su final.

Otro denominador común ha sido la mortandad de los residentes en los hogares de ancianos o asilos, hoy llamados residencias de mayores para almibarar la realidad.

En los cinco continentes han sido las verdaderas víctimas. Como si uno de los objetivos del plan elaborado para El Planeta S.A. hubiera sido facilitar su tránsito a la otra vida.

Entre todos, destaca el caso de Canadá: el 81% de los fallecidos eran residentes de los hogares de ancianos. La moral antropológica del liberal Justin Trudeau parece coincidir con la de la Sra. Lagarde cuando desde su antiguo cargo en el FMI planteó la necesidad de rebajar los montos de las pensiones ante el aumento de la senectud, o de quienes mandaron sedantes a nuestras residencias en vez de medicamentos adecuados.

¿Podría ser que la moral antropológica de la gobernanza mundial vaya por esos derroteros? F. D. Roosevelt dijo que en política no había casualidades.

Cada país tiende a mirarse a su ombligo y acaba por creer que los “errores” son exclusivamente suyos. Los españoles actuamos igual. Desdeñamos una y otra vez la influencia de la geopolítica y de los grupos de poder más allá del Ibex -35. Ni siquiera en una circunstancia como la actual somos capaces de elevar los ojos y observar por encima de nuestras fronteras. Es todo tan parecido…….Las estrategias tan idénticas…..Los discursos de los gobernantes tan similares…..¿Los han clonado a todos?

“No seremos personas libres de nuevo. Incluso cuando parezcamos libres seremos como prisioneros en libertad condicional, a quienes se les puede devolver a sus celdas en cualquier momento”

He elegido las palabras del periodista inglés Peter Hitchens. Otras similares pueden encontrarse en infinidad de artículos de cualquier lugar del mundo que no formen parte del “mainstream”.

“Nos hemos convertido en prisioneros boquiabiertos, sin voz, humillados, regimentados, arrastrando los pies a las órdenes de otros, deteniéndonos cuando se nos dice que paremos, moviéndonos cuando nos dicen que nos movamos, siendo gritados por funcionarios sobre los cuales no podemos apelar.”

“Estamos aprendiendo (…) a hacer lo que nos dicen y a ser ciudadanos obedientes y serviles de un Nuevo estado autoritario. Estamos desaprendiendo las viejas reglas de la libertad.”

Hitchens critica a la iglesia –es de suponer que a la anglicana- por su ansia patética en confinarse. Es decir, un comportamiento similar al de la Conferencia Episcopal Española.

“Pero creo que lo peor de todo ha sido la transformación desnuda de la policía en una milicia estatal politizada (…) Han actuado como agentes de los ministros (…) gritando enojada y amenazadoramente a ciudadanos inocentes que deben irse a casa y que, si no lo hacen, están “matando a gente”

El articulista inglés repite las palabras de un exjuez de la Corte Suprema, Lord Sumption, relativas al momento actual:

“Así es un Estado policial. Es un Estado en el que el gobierno puede emitir órdenes o expresar preferencias sin autoridad legal y la policía hará cumplir los deseos de los ministros”.

En teoría, el gobierno británico es de un color ideológico distinto al español. No importa a los efectos de este Evento destructivo llamado Covid -19. Los grandes medios apoyan al gobierno de turno. Éste es acusado de financiar a aquél. La prensa independiente critica al gobierno que le ha tocado. Y lo hace por los mismos motivos que en España. Sucede en Alemania, Italia, Austria, Canadá, Méjico, Argentina, Ecuador, Bolivia, Australia. Da igual el autoproclamado color político del gobierno que sea. El temor autoritario es general. Salvo excepciones, están actuando igual de cara a la Nueva Normalidad, independientemente de que tengan o hayan tenido unas cuantas mascarillas más o menos en existencias y su ratio de mortandad sea menos doloroso.

El comportamiento de los sistemas sanitarios, en general, ha dejado mucho que desear, abandonando a su suerte en las residencias a los que de verdad se morían y colapsando los hospitales o bloqueando camas vacías para dar prioridad a los enfermos más jóvenes del Covid o, sencillamente, no ocuparlas ¿Alguien puede explicar que nuestros mayores se murieran mientras las clínicas privadas tenían camas vacías puestas a disposición del Gobierno y lo hicieran siguiendo sus órdenes? Desgraciadamente, denuncias similares existen en otras partes del mundo. Con ello quiero hacer hincapié en que un accionar tan destructivo podría justificarse en la ineptitud dirigente si hubiera sido la excepción y no la regla.

Entretanto, la ciudadanía se rige de forma irracional, defendiendo al gobierno del que se considera afín ideológicamente sin advertir de que en otros países sucede lo mismo con gobiernos de signo contrario ¿Por qué? ¿Será porque esto no va de izquierdas o derechas? ¿Que todo ha dependido de a quién la ha tocado estar en el poder?

La denuncia de la deriva totalitaria es muy abundante, se mire a donde se mire, independientemente, insisto, del color del gobierno. Una ciudadanía en sus cabales debería ser precavida y no cegarse por los colores ideológicos de los detentadores del poder. Porque aunque la situación afecta a gran parte de los Estados, será cada Nación la que deberá sacarse las castañas del fuego.

La Nueva Normalidad no nació en la mente de Iván Redondo, ni en la de Boris Johnson, ni Ángela Merkel, ni Trudeau, ni AMLO, ni Alberto Fernández……..

La Nueva Normalidad puede llegar a ser muy anormal si seguimos con las peleas estériles de campanario mientras los césares de hoy observan sonrientes el resultado de la estrategia del verdadero César: Divide et impera, más de 2.000 años atrás.

Marcelino Lastra Muñiz

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Sin tapujos
Marcelino Lastra Muñiz
mlastramuniz@hotmail.com

Fuentes:

https://www.zerohedge.com/health/81-canadian-covid-deaths-are-nursing-homes?utm_source=feedburner&utm_medium=feed&utm_campaign=Feed%3A+zerohedge%2Ffeed+%28zero+hedge+-+on+a+long+enough+timeline%2C+the+survival+rate+for+everyone+drops+to+zero%29

https://hitchensblog.mailonsunday.co.uk/

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5 COMENTARIOS

  1. Leo con asombro que utilizas la frase, con la que estás de acuerdo: «Así es un Estado policial. Es un Estado en el que el gobierno puede emitir órdenes o expresar preferencias sin autoridad legal y la policía hará cumplir los deseos de los ministros”… ole y ole y ole., Claro que sí, excepto en Madrid debe ser, vuextra celebración motorizada del «segundo mundial» el pasado sábado en la que estaba prohibido manifestarse fuera de vehículos se saldó con la cifra de 0 ya no sanciones, o detenciones, ni una indentificación siquiera. Al parecer para ese Estado policial que usted defiende que tenemos en la actualidad debe ser muy distinto llevar folios con frases con una verdad rotunda, en comparación con una bandera de la nación española comprada en los chinos, y eso que agredieron a varios del personal de informativos de TV ante las cámaras. Pero oye, que debe ser que en Madrid no existe ese Estado policial ni Ministros, y claro la policía no puede acatar sus deseos.
    Voxostros a los vuestro en medio de esta pandemia, a incumplir la ley, a caravanear con jolgorio y fiestuki, y a perrocacerolear.

    clon clin clan clon clon tolón tolón, clink clan clonk clin tolán tolón clin clan.

  2. Real y brillantemente expuesto.

    La Nueva normalidad es un eufemismo. Es autoritarismo para el que gobierna porque sin habilitación legal no se pueden restringir derechos y libertades fundamentales que sí procederían en un estado de excepción sometido a riguroso control legislativo.

    Luego está la NUEVA SUBNORMALIDAD de quienes eligen el miedo a la libertad. Algo que ya explicó Erich Fromm.

    Unos eligen vivir en un mundo virtual donde se confía ciegamente en los gobiernos por miedo a tener que elegir y sacrificarse y otros deciden vivir resistiéndose, es decir, en la realidad y con pensamiento crítico.

    Porque muchas restricciones a los derechos no tienen sentido y porque no son legítimas.

    Y así entramos en una nueva guerra entre humanos reales y virtuales.

    Lo del abandono de los ancianos es un crimen y tiene una explicación también antropológica.

    En las generaciones nacidas en la opulencia hay una parte significativa que es antropológicamente darwinista y nihilista. Beben del mismo sustrato ideológico de los que bebieron los fascistas y comunistas en el siglo XX.

    Aparentemente hoy los fuertes solo piensan en su supervivencia los débiles en la de los demás.

    Estos últimos son nuestros ancianos y así se ha resumido buena parte de sus vidas por lo general.

    Miserable tratamiento el que se les ha dado.

    Trágicas consecuencias han de derivarse de ello.

    El que quiera salvarlo todo lo perderá.

    El que teme odiará.

    Bienaventurados los que no temen y son perseguidos por ello, porque ellos sí se salvarán. Son lo que queda de la mejor Humanidad.

    Hoy salvarse significa anclarse en la realidad para que la idiotez no acabe con tu vida. Los fuertes son libres y espirituales y sobreviven. Así describió Viktor Frankl cómo sobrevivió en el campo de concentración de Auschwitz.

    El que tiene sentido de la vida sobrevive. Y el que no lo comparte porque no lo tiene lo pierde todo.

    Y eso pasará porque siempre ha ocurrido en la Historia.

    Hasta aquí. Te lo prometo Marcelino.

    Tengo un proyecto de colaboración. Lo compartire en su momento contigo. Tratare sobre la Nueva Normalidad o subnormalidad según se mire y parafraseando a Arcadi Espada.

    Saludos.

    • A ver perrocacerolas golpista barriobajero AngelBatmaNuelito, en todo caso tu proyecto solo sería para tratar la continuidad de la subnormalidad o bipolaridad de elementos rancios e inútiles para una sociedad progresista, en donde se caravanea con jolgorio y fiestuki miserable en medio de una pandemia sanitaria. De lo demás no tienes ni idea. Ale tira golpista peligroso fracasado bipolar.

  3. No veo, Marcelino, tan claro eso que llamas El Planeta, SA, como especie de Gran Hermano en la sombra. No existe immortalidad, no hay Soros que valga una centuria. Para qué, entonces tanto maquiavélico plan. Sí me parece llamativo que ese tipo de constructos: el quédate en casa, la nueva normalidad, etc. se apliquen de forma generalizada en muchos países, si bien la diferencia puede estar en su aplicación.
    Yo he venido escribiendo que fui educado en los valores constitucionales y me temo que me los quieren trucar. No digo que crea en la literalidad de las cosas. En el día a día tragamos mucho y casi de todo, pero vamos tirando.
    Con este triste acontecimiento, porque no es inventado, ha sido grave, se han pasado en la ración. Y me refiero a nuestro país. Si el eslogan ha sido similar, la respuesta de los poderes públicos ha sido distinta. El Gobierno de España, me fijo aquí en Ciudad Real, determinó que buena parte de los fines de semana de finales de marzo y primeros de abril patrullaran dos cuerpos policiales y otros dos militares ininterrumpidamente por las calles de la ciudad.
    No me extiendo. Hay otras formas de explicar la gravedad del un problema distintas a tener que pasear uniformes por las calles desiertas, con evidente pretensión intimidatoria y no educadora. Eso no es imaginable en sociedades democráticas. Como imagen me recuerdan más a Chile en otoño de 1973 que a otra cosa.
    Los irreductibles seguimos existiendo, unos más desafiantes que otros, contra Franco en la calle, en mi caso, y, sin ser lo mismo, con la palabra o el teclado, también sin desfallecer en el momento actual. Y siempre atentos, por si llegado el caso hay que hacer más fuerza. Con el Psoe no tengo temor, pero de Iglesias no me fío, ni un pelo ni medio. No me verán con Vox, pero sí contra el que se quiera pasar de listo.

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