Bajo la garra globalista

En nuestra querida España no dejan de suceder cosas; casi todas en un mismo sentido: su distaxia, es decir, la fragilidad del Estado.

Cuando observamos que los responsables de su salvaguarda, continuidad y fortaleza son los principales impulsores de su debilitamiento, sin duda, tenemos un problema y no precisamente menor.

En cualquier otro período de la historia tales comportamientos se habrían considerado traición y sus autores debidamente juzgados. Hoy, sus actos se consienten bajo el disfraz de un manto contaminado al que llamamos democracia; una impostura capaz de proteger a los dinamiteros y atacar sin paliativos a quienes les hacen frente, además, con riesgo de su integridad física, visible a todo el que no gire la cabeza ni baje la mirada al suelo como hacen los cobardes, los tibios y los hipócritas.

Por supuesto, no habrá epítetos suficientes, tan retóricos como vacíos, pero tan repetitivos y henchidos de elocuencia como para penetrar las voluntades de quienes aun confían en que los grandes medios de comunicación se dedican a informar.

¿Qué mano invisible tiene la capacidad de que casi no existan diarios, radios, canales de televisión, organizaciones relevantes, que no encajen a la perfección en dichas categorías: cobardes, tibios o hipócritas?

Esa mano tiene un nombre: la Agenda 2020/2030. Cuántos recursos no se habrán movilizado para asegurar su implantación.

En este punto, quizá convenga recordar algo que España vivió y sufrió en los años 80 del siglo pasado, con el PSOE en el poder –cualquier otro partido de los entonces existentes hubiera actuado igual-; me refiero al Desmantelamiento Industrial, llamado reconversión por el lenguaje mágico de quienes la impusieron.

Aquella villanía fue posible por la traición de las élites de nuestro país y la ingente cantidad de dinero utilizado para acallar las protestas. Ese dinero salió de unos fondos de la CEE, llamados coloquialmente de globalización. Gracias a ellos, una generación de trabajadores se prejubiló en condiciones muy ventajosas. Pensaron que habían conseguido una gran victoria. Quizá ellos sí, pero sus hijos, sus nietos, hoy están en el paro o cobrando un sueldo que apenas les da para vivir, y gracias.

¿Cuántas prebendas no estarán circulando ahora, en este momento, para neutralizar cualquier obstáculo a la puesta en marcha de la famosa Agenda de las Naciones Unidas?

En los últimos mítines, Santiago Abascal ha repetido que aspira a ser presidente del gobierno de España, no de la ONU, en clara referencia a quienes mueven los hilos tras los ataques a su partido.

No se trata de ser o no de Vox; de coincidir o no con sus postulados. Hay que llevar a efecto la Agenda 2020/2030 sea como sea.

Los diputados provinciales, autonómicos y nacionales del PP, así como sus senadores, alcaldes, concejales, van a tener que enfrentarse a un enorme dilema: o asumir definitivamente los postulados totalitarios y la demolición antropológica propugnada por la ONU y el FEM –Foro Económico Mundial- o plantarse. Fue en 2015, gobernando Mariano Rajoy, cuando España se adhirió a la reiterada Agenda, de ahí la bipolaridad y tibieza mostrada por sus dirigentes.

Es posible que cuando se tomó aquella decisión alguien pensara que el 2020 estaba lejos; no digamos el 2030. Ya estamos en 2021. Hemos llegado a un punto en que cada cual debe mirarse al espejo, olvidarse de su afiliación o simpatías y pensar que, hoy, toda la actividad política es imposible entenderla en clave nacional. Son las organizaciones supranacionales quienes marcan el paso, y lo hacen sin miramientos. Harán lo posible para dar vida a su proyecto. Ese es el único motivo por el cual Vox es demonizado, porque con sus aciertos y errores ha decidido no claudicar.

Los miembros de las demás organizaciones políticas, especialmente los del PP, deben recordar que no existe el patriotismo de partido; que la única patria es España y española la única nación. El tiempo de los remilgos ha terminado.

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Sin tapujos
Marcelino Lastra Muñiz
mlastramuniz@hotmail.com

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6 COMENTARIOS

  1. Buenos días Don Marcelino.

    Oportuna columna.

    Bien recordado lo de la reconversión industrial y los fondos esos derivados de nuestra adhesión a la CEE en el 86. Y cómo los nietos de quienes fueron comprados están con una mano delante y otra detrás, excepto si tienen mando en una ONG de esas.

    Conviene reseñar que 1973 se hizo un acuerdo con la CEE con muchas mejores condiciones para nuestra nacióm que lo que se frimó en el 86.

    Conviene reseñar también que en nuestra adhesión a la NATO se renunció a la defensa conjunta de Ceuta y Melilla. Ceuta y Melilla están fuera del paraguas NATO mientras nuestras tropas, porque lo dice la NATO se van de excursión a Lituania, Afganistán, Shahel francés, Siria/Líbano, Irak… territorios que nada tienen que ver con nosotros.

    Idem con Gibraltar. Que está también bajo el amparo de la NATO.

    Mientras tanto el Vaticano, que está de hoz y coz en la Agenda postula a favor de tirar vallas y de que nazionalistas catalanes y vascongados decidan no se sabe muy bien que…

    Son dos temas respecto los que me gustaría saber explicitamente la opinión de VOX.

    Si es que hasta nuestro Rey lleva el PIN. O es que ya no es nuestro Rey.

    Un cordial saludo

  2. Todo empezó un 11 de marzo de 2004. Se asustaron al ver una España próspera. Desde entonces, cada vez más sometidos, cada vez más endeudados.

    Es muy cierta la desindustrialización impuesta, y llevada a cabo obedientemente, en los 80. Pero ¿qué me dice usted de toda la deuda de los bancos alemanes, que Rajoy aceptó traer a los balances de la deuda nacional, fruto de burbuja inmobiliaria? La Unión Europea es un casino, y nosotros unos pardillos.

    Lo mejor está por llegar…

  3. El problema de lo que mencionas es que si se menciona públicamente te tratan de loco conspiranoico.
    Sin ni siquiera pararse a pensar que el gobierno de España tiene ministro de agenda 2030.
    Llevan muchos años y dinero detrás de esto y ahora es cuando se empiezan a ver los efectos.
    Y como dice Marcelino muy pocos están dispuestos a defender la nación y todo lo que ello implica. Ni del Rey nos podemos fiar

  4. Bueno, no nos engañemos ni nos dejemos engañar, ‘Vox’ no está en contra de la globalización. Está en contra de que las nuevas élites globales les dejen sin el trozo de pastel del que llevan gozando desde el franquismo……

    • ¿Qué pasa en Correos?

      Primero son un coladero de sobres con balas y cartas amenazantes
      Y ahora están emitiendo facturas con el concepto «Voto por correo» a cualquiera que haga una gestión con ellos.
      Algo huele muy mal en Correos
      #Pucherazo

      • Las sucursales de Correos están emitiendo facturas con el concepto «Voto emitido» sin que el usuario haya votado por correo ni esté censado en Madrid.

        Si esto no tiene una explicación convincente, la Junta Electoral Central debe detener el voto por correo de inmediato.

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