Explorando la naturaleza sin límites

La conexión entre su nombre, Maigualida -que hace referencia a una cordillera ubicada en el Amazonas- y su gran pasión, las carreras de alta montaña, hacían presagiar lo que era un secreto a voces: su vinculación con el deporte y la naturaleza. Natural de Toledo y graduada en Ciencias del Deporte en 2013 por la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM), esta atleta internacional de ultra trail y creadora del proyecto LOBXS acaba de terminar 2ª en la Volcano Ultramarathon de Islandia. Carrera que puso el broche final al circuito de las series mundiales

“No tenemos límite”. Esta es una de las principales consignas de Maigualida ‘Maigua’ Ojeda Pérez (Toledo, 1991), atleta internacional de ultra trail, entrenadora y graduada en Ciencias del Deporte en 2013 por la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) en su 12ª promoción. Un lema que esta atleta lleva consigo desde que comenzara con 10 años en carreras de asfalto y del que no se ha separado hasta el momento. Siempre con el objetivo continuo de superarse a sí misma y convertirse en una de las referencias internacionales de las carreras de montaña.

Era un secreto a voces que su destino estaba predestinado. Su nombre, Maigualida, como ella ha explicado en numerosas ocasiones, hace referencia a una cordillera ubicada en el Amazonas, por lo que desde que nació “estaba predestinada a estar conectada de una manera muy profunda con la naturaleza”.

Su deseo de disfrutar haciendo lo que más le gusta le ha llevado a competir en pruebas de máxima dificultad al alcance de muy pocos. Más allá de sus logros, su palmarés así lo atestigua, Maigua se centra en el proceso. En el día a día que le lleva a poder competir. “La competición es una parte de todo. Me siento ganadora, aunque no sea la mejor en una prueba. El resultado no es lo realmente importante, es el proceso. El puesto que ocupas cuando acabas una carrera es solo un momento. Es importante, sí, pero yo soy igual de valiosa sean cuan sean los resultados”, sentencia.

La idea de no enfocar todo el trabajo a los resultados puede llevar a confusión. Pero en este sentido Maigua es muy clara y contundente: “siempre doy lo mejor. Que todo gire en torno a cómo acabas en una carrera es un error. Prepararte para una competición requiere mucho esfuerzo, sacrificio y renunciar a muchas cosas”.

Su afán de superación, por mejorar y de vaciarse en todo lo que hace, se refleja en los resultados cosechados. Aunque acaba de participar en la ‘Red Bull Buen Camino’ -carrera de 314 kilómetros por relevos que une por el Camino Primitivo a Oviedo y Santiago de Compostela- con el objetivo de “comunicar la carrera”, en la retina quedan sus actuaciones en Costa Rica y en Islandia, dos de las carreras más duras del mundo.

En la Volcano Ultramarathon de Costa Rica (del 28 de marzo al 5 de abril), Maigua se alzó con el segundo puesto después de superar 250 kilómetros, dividida en seis etapas, con un desnivel positivo de 12 200 metros y la subida a cuatro volcanes. En Islandia (entre el 10 y el 19 de septiembre) puso el broche final al circuito de las series mundiales subiendo al segundo puesto del cajón. El recorrido llevó a los participantes por las zonas más remotas y hostiles de Islandia atravesando glaciares y ascendiendo volcanes. “Hicimos las etapas en completa autosuficiencia, lo que implica que, a excepción del agua y la tienda de campaña, los corredores hemos tenido que cargar en las mochilas toda la comida, ropa y material de salvamento durante cada día. Una dificultad extra que se traduce en 10/12 kilos”.

Este largo camino hasta llegar a la competición al que deben hacer frente los atletas se hace aún más duro, según apunta la propia Maigua, para las mujeres. Sin dudar un momento de que “se está haciendo historia”, echa la vista atrás y recuerda que cada vez que acaba una carrera agradece el esfuerzo de las rivales. “Estamos haciendo historia. A pesar de las barreras.  Hasta 1982 una mujer no se pudo colgar un dorsal. Somos el ejemplo de que podemos hacer grandes cosas”, afirma con seguridad.

En este sentido, alza la voz ante la escasa cobertura que los medios de comunicación dedican al deporte femenino. De ahí que reclame más trabajo y respeto por su parte. “Los medios no se están esforzando para que se vea más el deporte femenino. Rigen más otros intereses antes que los deportivos. En Islandia, la entrada a meta del segundo al cuarto fue apretadísima, emocionante…pero nadie lo supo. Solo se habló de la categoría masculina”, reivindica.

Por ello, en 2015 se lanzó a crear el proyecto LOBXS. Una iniciativa que pretende empoderar a otras mujeres con el objetivo de que persigan sus aspiraciones y encuentren su esencia. “Creo que los sueños se cumplen si ponemos el corazón en hacerlos realidad”, afirma.  Su lema, ‘Persigue tu instinto’, es una clara declaración de intenciones de la fuerza con la que vive todo lo que hace. Y LOBXS no iba ser menos. Creada inicialmente para “inspirar a otras mujeres para que hagan lo que más les gusta, no necesariamente correr”, cuenta ahora con hombres que se han sumado a un proyecto, entre otras razones, “por la buena sintonía y el buen rollo que hay en el equipo”. Su intención de extender su experiencia y sus vivencias no se quedan aquí. Maigua, a través de las redes sociales, graba y escribe lo que vive en cada desafío que afronta. Abriendo su corazón con el objetivo de “conectar con personas con mis mismas inquietudes y deseos”.

La próxima competición de Maigua será la Glaciar Race. Competición de 212 kilómetros que tendrá lugar a mediados de octubre en el Parque Natural del Lago de Sanabria y alrededores. Dividida en seis etapas que discurren por senderos y camino tradicionales de montaña de la comarca de Sanabria y de la Alta Sanabria. Una buena oportunidad para que esta toledana continúe disfrutando.

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