En un lugar de La Mancha…

Manuel Fuentes Muñoz.- En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre si quiero acordarme… Después de esta pandemia que parece infinita, El Toboso se despereza y empieza a salir del obligado letargo de sus actividades culturales, al que ha estado sometido durante más de dos años. Pero por fin parece recuperarse una normalidad, tan deseada como necesaria, para que estos actos dejen de ser exclusivamente virtuales —como, con el esfuerzo de todos, lo han sido en estos últimos tiempos— y se realicen con el calor y la presencia de visitantes que, residentes o foráneos, acuden habitualmente para disfrutar de estos eventos.

En este pueblo toledano, una de las más populares fiestas culturales que se celebran a lo largo del año, son las conocidas Jornadas cervantinas que, anualmente —en torno al Día internacional del libro—, y desde hace ya más de tres décadas, se vienen celebrando en fechas próximas al 23 de abril. Este año están previstas para los días 29 y 30 de abril y el 1 de mayo, aunque para el día del Libro y en Semana Santa, también hay actos programados.

Por iniciativa de un toboseño singular, José Ángel Muñoz, se iniciaron allá por el año 1991, —al principio con más ilusión que expectativas de continuidad—, unas fiestas innovadoras en las que primaban las representaciones de teatro clásico y de capítulos del Quijote, por escenarios naturales de esta villa que, con dignidad y, hasta con solvencia, interpretaban actores locales aficionados que formaron grupos teatrales que han perdurado a lo largo de los años en los que estas jornadas —con el apoyo institucional, el de muchas entidades privadas y el de la gente que participa a título particular— se han ido consolidando. Hoy, son unas fiestas declaradas de Interés turístico regional, en las que, además de las representaciones teatrales, se celebran conciertos musicales, exposiciones de todo tipo, conferencias, bailes regionales y cuantos eventos culturales se puedan imaginar.

Los escenarios naturales que se utilizan son: la Casa de Dulcinea, la Glorieta de García Sanchiz y, entre otras ubicaciones singulares del centro de la localidad, la plaza de Juan Carlos I, donde —por su espaciosidad—, la afluencia de público es más numerosa y el espectáculo resulta más atractivo. A veces se simultanean varias obras, representadas por distintos grupos de actores que van rotando por los escenarios urbanos elegidos para ello.

Y por las noches se organizan las sugerentes y populosas rondas o el llamado teatro de balcones que, a la luz de la luna o de las antorchas, entusiasman a lugareños y visitantes en su recorrido por los rincones más sorprendentes, por las sinuosas calles y recoletas plazas de esta ciudad vieja, como algún escritor del XIX la llamó hace más de un siglo.

En estas jornadas también se suele invitar a reconocidas compañías de teatro clásico. Se programan actuaciones infantiles, como los tradicionales guiñoles, títeres y marionetas o las representaciones callejeras para todos los públicos. Incluso se ha estrenado alguna obra de un dramaturgo local.

Además de las representaciones teatrales, intervienen grupos musicales locales o foráneos, la coral Morales de Nieva, o la banda de música municipal. También hay actividades gastronómicas o para degustar un buen vino de la tierra en una bodega típica. En la recepción al visitante, no pueden faltar los lugareños vestidos con trajes típicos de época. Sus calles se engalanan para la ocasión y cuentan con un mercado medieval.

Y no pueden faltar los eruditos cervantistas, que intervienen como pregoneros de estas jornadas o que dan sus disertaciones —en conferencias o coloquios organizados— sobre los personajes del Quijote y sobre Cervantes. Pero también participan otras gentes del mundo de la cultura, como pintores o escritores.

Este año, excepcionalmente, se van a celebrar en abril tres eventos importantes en el calendario de la patria de Dulcinea. Uno más lúdico, los carnavales —que debido a la pandemia no se pudieron celebrar en su fecha, para San Antón y San Sebastián en el mes de enero—, otro más íntimo, la Semana Santa postrera de este año, y, el último más cultural, el de las Jornadas cervantinas y el Día del libro.

La sala Domus Artis, —cuya construcción original se remonta al siglo XVI—, además de sus exposiciones de arte habituales, programa para estas fechas conferencias de especialistas sobre temas relacionados con el mundo de Cervantes, de la Mancha y de los principales personajes del Quijote.

La Casa de la Torre —ubicada en una casa solariega reformada del siglo XVI— fue la primera hospedería con vocación cultural de La Mancha hace ya más de veinticinco años. En ella se programan las más diversas actividades culturales. Y, para el día 23 de abril —día del Libro—, está prevista la intervención de tres ponentes de reconocido prestigio que hablarán sobre la imagen actual de Cervantes.  

Son unas fiestas que merece la pena conocer y disfrutar y que el visitante no podrá olvidar.

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