La ruta del trenillo, situada entre Puertollano y Valdepeñas, atraviesa Argamasilla de Calatrava, Aldea del Rey, Calzada de Calatrava, Granátula y Moral de Calatrava. Un camino por el que pasaba el antiguo trenillo de vía estrecha y que transportaba vino, entre otras mercancías. Así lo ha expuesto el poeta y escritor Pedro Antonio González, en la ponencia Ruta enoturista del trenillo durante la segunda jornada de FENAVIN.
Durante la misma, la profesora de Lengua y Literatura Rocío Acevedo ha presentado al escritor y ha leído algunas líneas de la obra “La tierra que nos parió”, en la que habla de “reivindicar lo nuestro”. Seguidamente, González ha hecho una valoración, acompañada de una proyección de fotografías, de la “riqueza paisajística”, la “impresionante geología volcánica” y la diversidad cultural y enoturística de cada pueblo que conforma la ruta.
“Es una especie de viaje nostálgico por el pasado, hace casi 100 años que ese trenillo desapareció de nuestras vidas y creo que es importante y un buen escaparate para recordarlo”, ha añadido destacando que, “cuando se pierde una bodega artesanal, aparece una industrial con mucha capacidad de producción”.
Asimismo, ha incidido en la Feria Nacional de Vino, en que algunas de ellas se han convertido en museo y que Castilla-La Mancha tiene la suerte de tener una capacidad de vino “que supera todas las estadísticas”. De esta manera, ha resaltado que la posibilidad de hacer turismo “con el pretexto del vino, también significa ir de vinos por la Mancha, algo que también se puede hacer a través de estos museos y bares”.
