Nieves Fernández, una escritora contundente y minuciosa

Cuando llegaba algún acto social o familiar siempre era requerida para ponerle un trazo literario al momento. Quizá porque ya llevaba la vena narradora bulléndole de historias. Tan evidente era que un día se plantó ante el papel blanco para escribir su primera novela, Los ojos del misterio. El bautismo de Nieves Fernández como escritora acaba de consolidarse con Trincheras de hielo y vino, una historia brutal, en ocasiones extrema, que gira en torno a dos mundos implacablemente antagónicos que desdobla a la despiadada y cosmopolita Nina, la protagonista, y la humaniza al final cuando encuentra su sitio en un entorno rural y familiar… por culpa de un diario. La prosa de Nieves Fernández es acero puro. La autora de Trincheras…firmará este sábado ejemplares de su novela en la caseta de Ruiz Morote de 18,30 a 20,30 en el marco de la Feria del Libro que se celebra en la Plaza Mayor de Ciudad Real.

MICR.- Se nota tu pulso literario que se consolida en tu última novela Trincheras de hielo y vino…. ¿Podrías recordar cual fue tu primer trabajo del que te sintieras orgullosa de haberlo escrito y te dispusiera a continuar?

NIEVES FERNÁNDEZ.- Trabajo en sí no, pero si es cierto que siempre, cuando había que leer algún escrito en alguna celebración como boda, cumpleaños o aniversario, siempre me ha tocado a mí. “Que lo haga Nieves, que escribe muy bien” es una frase que he oído muy a menudo y yo tan contenta de poder sacar un poquito de mi arsenal emocional y plasmar con palabras todo lo que sentía por las personas que en ese momento estaban celebrando algo especial.

MICR.-  La escritura cuando se convierte en compromiso reporta la satisfacción de ejercerla con todas las consecuencias. Es una tarea placentera con la que también se sufre. ¿Sufriste mucho con Trincheras?

NF.-  Sufrí en el sentido de que de las tres novelas que he escrito, Trincheras de hielo y vino es, sin duda, la más especial. Quería que quedara “perfecta” y que todas las piezas encajaran, sin dejar flecos sueltos. Para mí era muy importante que toda la obra quedara a la altura del lector más exigente. 

MICR.-  Y todo, o casi todo el meollo de tu último trabajo se debe a un diario…

NF.-  Efectivamente. Soy de las personas que piensa que todo ocurre por algo y el que el diario de mi bisabuelo Santiago llegara a mis manos en el momento oportuno, fue por ese algo. Cuando lo leí, pensé que su historia tenía que ver la luz y, junto con una trama que ya me rondaba por la cabeza desde hacía tiempo, se gestó lo que al final fue Trincheras de hielo y vino. He querido trasmitir a través de esta obra de ficción parte de la historia real de mis bisabuelos, de mis raíces y por eso esta novela es tan importante para mí. 

MICR.-  El contraste entre la Nina de Vancouver y la Saturnina de Fontanillas del Rey es sorprendente, insólito. De un mundo cosmopolita, de un ambienteurbano tremendamente competitivo y poderío económico en ocasiones disoluto a un mundo rural y atávico. ¿Con cuál te quedas?

NF.-  Me quedo con ambos. Creo que la mayoría de las personas necesitamos en determinados momentos la paz de un pequeño pueblo y en otros, la vorágine de la gran ciudad. Quería con ese contraste que el lector también fuera participe de la dicotomía de la vida de Nina y que pudiera extrapolarlo a todas las dicotomías que tenemos a diario en nuestras vidas. Blanco o negro… sí o no… esto o aquello… Al final, todo en la vida son decisiones entre dos o más opciones y Nina no iba ser menos. 

MICR.-  Hay alguna transferencia de ti en Nina o a la inversa. ¿Tienes algo de ella? ¿O eres una síntesis de las dos?

NF.-  Obviando la promiscuidad y el estatus socioeconómico de Nina, es el personaje con el que más me siento identificada. A nivel de carácter y personalidad, ambas somos muy parecidas y pensamos de manera similar. Quien me conoce bien, sabe que Nina y yo nos llegamos a fundir en una sola en muchos pasajes de la historia y, es bonito y extraño a la vez sentirse tan cerca de un personaje irreal pero que tiene mucho de real para mí.

MICR.-  ¿Cómo te las apañas para ser madre, mujer trabajadora y desarrollar el oficio de escritora con tanta contundencia?

NF.-  Pues siendo bastante organizada con las tareas, en los horarios y apuntando todo en mi agenda. Lógicamente no soy “superwoman” ni pretenderlo serlo. Soy como muchas mujeres de este país que cuidan de sus hijos, de sus casas, trabajan y buscan tiempo para alguna actividad que les aporte un plus en sus vidas, que en mi caso es escribir. Creo en la corresponsabilidad dentro de la familia y en luchar por la conciliación de la vida personal y laboral, aunque a veces es muy complicado, por eso es esencial tener claro que no se puede con todo y que si es necesario parar hay que parar, respirar y reorganizar tu vida y tus pensamientos, para tener lo más importante de todo: Salud mental y física. 

MICR.-  Todo escritor/a tiene autores de referencia que de algún modo le influyen hasta conseguir el estilo propio... Supongo que tendrás tus debilidades por alguno o alguna.

NF.-  Recuerdo que mi padre siempre ha sido un apasionado de los thrillers policiacos y de suspense, por lo que me he criado leyendo a Agatha Christie y a Edgar Allan Poe. El hecho de jugar con el lector, engañarlo mientras lee y que se sorprenda a cada capítulo me parece básico para que una novela enganche y, autores de la talla de los anteriores, o como Juan Gómez Jurado o Dolores Redondo, si nos venimos a la época actual, son gran fuente de inspiración. 

MICR.-  Tampoco les faltan las manías, los pequeños rituales para escribir. ¿Cuáles son las tuyas?

NF.-  Siempre escribo con música y dependiendo de la escena que este escribiendo en ese momento, puede ser de un género u otro. Si hay alguna canción o melodía que me inspire particularmente para escribir algún pasaje, me la pongo en bucle hasta que termino de escribir. También necesito tener los personajes muy definidos y saber la relación entre ellos, así como las tramas y subtramas que van surgiendo. Es como en las películas policiacas en las cuales el inspector tiene una pizarra con las pistas del caso para coger al culpable, en las que tiene todo lleno de fotos, escritos y flechas enlazando unas cosas con otras, pues yo escribo igual, como un policía en busca del culpable de su caso. 

MICR.-  Escribir también requiere a veces un trabajo sordo de documentación para contextualizar correctamente la historia. En Trincheras se nota y mucho.

NF.-  Para mí la documentación es clave. Siempre me pongo en la piel de un lector que mire con lupa todo lo que se cuenta en la novela y que, dentro de las licencias literarias que un escritor se pueda tomar, todo resulte realista y sea susceptible de comprobación, si es que el lector así lo desea. No me gusta dejar nada al azar y me gusta empaparme de la historia real que hay dentro de la historia de ficción que se crea. Creo que le da un punto de realismo a la obra muy importante y que sin duda hace que novela y lector conecten mucho mejor. 

MICR.-  ¿Quién es tu critico o crítica más feroz?

NF.-  Sin duda, mi madre. Ella, pese a ser yo hija única, siempre ha sido muy asertiva conmigo y me ha dicho las cosas tal y como son, me gusten o no. Ha sido una de las primeras personas en leer los manuscritos de mis novelas y de decirme aquello que le parecía bien o no. Eso sí, siempre críticas constructivas y consejos que he aceptado con gusto, en la mayor parte de las ocasiones. Mi marido también es un astuto “cazador” de erratas y de errores en la trama, por lo que ambos hacen un tándem perfecto a la hora de revisar la novela antes de su publicación. 

MICR.-  ¿Hay alguna obra de la historia de la Literatura que te hubiera gustado firmar?

NF.-  Cualquier novela del siglo XIX escrita por grandes escritoras como Jane Austen o Charlotte Brontë. Eso sí, sin seudónimos de por medio por la represión hacia las mujeres artistas de la época. 

MICR.-  Ya apuntaste maneras con Los ojos del misterio y su segunda parte, Confluencia y no te digo con la contundente Trincheras... Supongo que como escritora vital ya tendrás en mente tu próximo proyecto. ¿Es así?

NF.-  Hay ideas que ya me rondan por la cabeza… la imaginación nunca para, pero poco a poco. Ahora creo que es momento de disfrutar de Trincheras de hielo y vino, que todavía tiene mucho recorrido por delante y que estoy segura me dará muchas alegrías. 

Trincheras de hielo y vino

Editorial Círculo Rojo

Tapa blanda

462 páginas

María de las Nieves Fernández Céspedes

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