«Mi madre alquiló su casa de Puertollano por compasión y la inquilina se convirtió en su infierno»

Carta al director de Beatriz G. López.- Hoy en día es muy difícil encontrar personas con valores éticos y/o morales, como son por ejemplo, el respeto, la tolerancia, la honestidad, etc. Si bien es cierto, que en algunas ocasiones la ley favorece a personas que carecen de ellos, como sucede en el hecho que relato más adelante. En la actualidad las leyes favorecen a personas que manipulan y se aprovechan de ellas, mientras que las que intentan darles cobijo (a un precio más que económico) pierden sus ahorros o gran parte de ellos.

Mi madre, viuda separada y pensionista, alquiló su vivienda de Puertollano a una mujer de 47 años por 325 euros mensuales. Por compasión, ya que ambas habían perdido un hijo y estaban separadas, llegaron al acuerdo de no cambiar de nombre los suministros de la vivienda ni hacer ningún tipo de recibo (craso error por parte de mi madre). Transcurridos ocho meses desde el inicio del contrato la inquilina se negó a pagar el alquiler porque según ella la vivienda era inhabitable. Se contrató a un abogado para que inspeccionase la casa; el cual, junto con un aparejador/arquitecto, realizó un informe en el que contradecía las palabras de esta persona. Debido a estos hechos mi madre empezó a sufrir fuertes depresiones y crisis de ansiedad, que en cuestión de pocos meses le costaron la vida.

Fallecida mi madre se celebró el juicio reclamando las cantidades que dicha persona debía, y actualmente debe. Afirmaba no tener ingresos ya que se encontraba desempleada. Finalmente ha sido condenada a pagar los más de seis mil euros que debe, aunque recurrió a los Servicios Sociales diciendo que se encuentra en situación vulnerable al estar en paro y con dos hijas.

Pese a la sentencia en contra, apuró los plazos otorgados por Servicios Sociales hasta el alzamiento del procedimiento de desahucio, que se consumó el pasado 24 de abril, y ha reclamado el acceso a la casa posteriormente, en una actitud de hostigamiento a sus propietarios.

Que la vida no es justa todo el mundo lo sabe; pero que se produzcan este tipo de actos haciendo sufrir a otras personas hasta el punto de costarles la vida es de lo más deplorable que puede existir. ¿Qué tipo de valores puede enseñar esta persona que dice llamarse madre?

A mi madre: “Siento muchísimo que tu ilusión se convirtiese en tu infierno».

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