Cuatro corales y una banda

Manuel Valero.- Dejo a un lado el vértigo de la actualidad. El presidente sigue… Pues que siga. ¿Pasa algo? No. Ni cuando dijo que si se iba o se quedaba nos lo diría luego de unos días. Nada de nada. No pasa ni media. Como debe ser en una democracia que aunque degenere… -¿degenera? ¿Y quienes son los degeneradores?- es sólida porque está en Europa que es la que manda y en la OTAN que manda más todavía. Así que un poco aburrido del verbenón montado por el señor presidente, me bajo a lo verdaderamente placentero: el disfrute del arte. Pero no como un diletante irredento e incurable a lo Oscar Wilde sino como un simple aficionado que contribuye, o eso cree, a hacer un poquito de arte para que otros lo disfruten. O lo padezcan, que nunca se sabe. Bueno, sí, si se sabe. 

Pues eso, que hace diez días cuatro corales y una banda (parece el título de una película o un cuento) se subieron al escenario del Auditorio de Puertollano y pusieron en solfa temas de pelis viejunas, ochenteras, noventeras y modernas con un resultado espectacular a juzgar por la ejecutoria de banda y corales y por la respuesta del público. Sin ser profesionales sonaron como si lo fueran. Y es en esos momentos en los que uno se olvida de todo y se centra durante un par de horas en lo que está haciendo, sin perder la noción de que lo que uno hace en la cuerda baja no es sino una pequeña partícula del todo que es el sonido general, en el que confluimos todos en una sonoridad magnifica. Me apetece escribir de música en estos tiempos agrios de desencantos. ¿Por qué se lleva tan mal la clase política? 

Que me voy. A lo nuestro. Lo del concierto peliculero que llevó con sabia paciencia el director German Huertas, me ha dado pie para escribir con ambas manos sobre algo que nada tiene que ver con el vértigo de los días. Si cuatro corales y una banda con la ayuda de media docena de voces blancas, hicieron lo que hicieron en el Auditorio de Puertollano… ¿qué no puede hacer una Coral regional si existiera, que no existe pese a algunos intentos según tengo recabado por ahí entre bemoles y fusas? No es tarea fácil porque un proyecto así requiere de mucho material, material humano, material económico … Y compromiso, disposición, organización, etc.. Sin embargo ya hay para gozo de los castellano-manchegos una orquesta filarmónica -la OFMAN- que desde 2008 se viene subiendo a los escenarios, tanto de la tierra, como del resto de España. Y, como todo proyecto, debió implicar un esfuerzo ciclópeo para montar obras, incluso composiciones propias, de todos los géneros, y, claro, ensayarlas.

Es una idea que lanzo a quien corresponda y a quien tenga el valor de recoger el guante: la creación de una Coral Regional que como la OFMAN pueda llevar su trabajo a los teatros de España y de Castilla-La Mancha e incluso ofrecer el fantástico maridaje que resultaría de un concierto conjunto.

Nada mejor que la musica para olvidar las cosas del mundo durante unas horas.

Insisto en que el concierto de bandas de música- corales de Ciudad Real, Almagro, Malagón y Puertollano y Banda Sinfónica de Almagro,Cuatro corales y una banda, o sea- fue una experiencia tan excitante que a uno le ha dado por lanzar sobre la mesa, la citada y tal vez, osada, propuesta. Y que salga el sol por Terrinches, Motilla del Palancar, Sacedón o Puertollano. 

La musica está como presa en el pentagrama después de ser creada por el autor. Luego llegan los músicos y/o los coralistas y la liberan para que nota a nota se vaya desprendiendo de los cinco barrotes donde conviven blancas, fusas, corcheas, puntillos, calderones, bemoles y silencios, y vuelela música y vuelen las notas y se desperdiguen por el aire hasta alcanzar el corazón del oyente. 

Pues eso. Ahí lo dejo.      

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