Emiliano ante el espejo de las Cortes

Carolina Agudo Alonso. Secretaria general y portavoz parlamentaria del PP-CLM.- ¿A quién le merece la pena? Es una pregunta que ronda mi cabeza, y creo que por la de muchísimos españoles tras la farsa de Sánchez con su amago de dejar la presidencia y los apoyos sobreactuados de muchos dirigentes socialistas. Escuchamos a Page decir que Sánchez “va en serio”: lo dijo delante del Comité Federal del PSOE, donde hay que expresar los apoyos de verdad en su partido, y precisamente ahí, que es donde tiene que mostrar sus supuestas diferencias con Sánchez, las de los sainetes de los medios de comunicación y los titulares de prensa, va y se nos pone tierno a lanzar carantoñas, y ponerle ojitos a su líder.


Por eso vuelve a mí esa pregunta: ¿a quién le merece la pena? La respuesta aparece más nítida. ¿Qué sería de Page sin alguien a quien utilizar para tener titulares nacionales? ¿qué sería de un presidente que tapa su inexistente gestión y su nula capacidad de pelear por los intereses de sus ciudadanos a golpe de talonario y minuto de gloria en las televisiones nacionales?.


Sé que muchos de los que hoy me leen pensarán que el presidente de los castellanomanchegos es realmente un díscolo, que está en contra de Sánchez, y lo entiendo. La influencia de los medios en la opinión pública es enorme, y Page dedica todos sus esfuerzos en aparecer ahí para simular una oposición que, en la realidad, dista mucho de su posicionamiento real. No negaré su habilidad para engañar a todo el mundo durante muchos años, pero hay un lugar donde no puede engañar ni mentir, un espejo en el que se mira y donde el reflejo devuelve al verdadero Page. Las Cortes Regionales, y su diario de sesiones. Ahí es donde los españoles y los castellanomanchegos pueden encontrar al verdadero Page, porque ahí es donde vota, y lo hace siempre, con Sánchez.

Son muchas veces las que Page ha elegido las siglas del PSOE y ponerse al lado de su líder nacional, casi tantas como titulares vacíos, chascarrillos en prensa e interpretaciones merecedoras de un premio Goya: Al menos, en treinta ocasiones.


No son asuntos banales, no se crean: la defensa del Estado de Derecho y la cohesión de España; el acuerdo de Gobierno en coalición alcanzado por el PSOE y UP con el apoyo de los nacionalistas e independentistas; la concesión de indultos a los condenados por sedición; en defensa de los ataques a la separación de poderes del Gobierno de España; los pactos alcanzados por el Gobierno de España en materia presupuestaria con UP, ERC y Bildu; rechazo al Gobierno de coalición entre PSOE y UP; delitos de sedición y malversación; apoyo a la Constitución y a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado; defensa de la constitución y las instituciones del Estado español; defensa de la separación de poderes y condena de cualquier injerencia sobre la independencia del poder judicial; rechazo de los planteamientos que pretenden reconocer a favor de determinados territorios, privilegios en ningún ámbito, siendo incompatibles con el desarrollo de nuestra región la implantación de modelos ajenos a la realidad de España, como aquellos que establecen un modelo plurinacional del Estado; sobre la Policía Nacional y la Guardia Civil, para que “se garantice el equilibrio entre las retribuciones y los derechos de todos y cada uno de los agentes de fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, con el reto de los cuerpos policiales con competencias en España”; apoyo a la prisión permanente revisable; la Ley del sólo sí es sí; o el cese de la ministra de Igualdad por la aplicación de la Ley del sólo sí es sí.

Pero es que, además, en el último año, Page ha tenido tiempo de no admitir ni votar a favor de asuntos que hemos llevado desde el PP-CLM a las Cortes como: reconocer “que España es una nación de ciudadanos libres e iguales en derechos y obligaciones e impedir cualquier medida tendente a romper la unidad de la nación española, de modo muy especial aquellas que propugnen la autodeterminación o la alteración de las competencias en materia de inmigración, emigración, fronteras o cualquier otra que atente contra la igualdad de las personas o los territorios que forman España”.

Page también ha votado, en febrero de este año contra la resolución que instase al Gobierno Regional a impulsar un nuevo modelo de financiación autonómica que se negocie en una mesa común con todas las comunidades, salvo las excepciones que establece la Constitución, en la que Cataluña se siente como el resto, sin que haya negociaciones bilaterales, ya que, de no ser así, se estaría entrando en un conflicto constitucional.

También en el ámbito de la financiación, pero en este caso de la relacionada con el cupo catalán, el pasado 4 de abril, el PSOE de Castilla-La Mancha votaba en contra de mostrar su rechazo a los acuerdos del PSOE con Junts para establecer un nuevo pacto fiscal.

Este es el verdadero Emiliano, el que, ante el espejo, ve a un presidente que actúa como Sánchez: amordazando las Cortes Regionales, no dejando que se debata en las mismas sobre la Amnistía, sobre el apoyo a la Guardia Civil tras los asesinatos de agentes en el sur de España; el que no quiere que se hable de igualdad entre españoles en la tribuna del parlamento autonómico; el que no permite declaraciones institucionales para reprobar al ministro Marlaska ante su maltrato a la Guardia Civil; o no condena el daño que hace a nuestro país la Ley del solo sí es sí. La última de todas, la declaración institucional que pretendía alzar la voz en favor de los valores constitucionales, la libertad de prensa y la independencia judicial.

Valga esta tribuna para que ustedes, los lectores, también se hagan esa pregunta: ¿a quién le merece la pena que siga Sánchez? La respuesta se deduce fácilmente entre las líneas de este texto.

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