El carajal de las Cajas en Castilla La Mancha

De sorpresón debemos calificar la noticia de las fusiones de las Cajas Rurales de Ciudad Real, Albacete y Cuenca, algo que deja en suspense la ya presentada fusión de la Ciudad Real con la de Toledo. Desde Toledo se habla de puñalada trapera, y desde la de Ciudad Real hablan de las reticencias de la toledana para continuar con la fusión que fue presentada al mismísimo Barreda.

Desde Izquierda Unida recogemos con cautela el anuncio de esta fusión rápida, casi a escondidas, de estas cajas, sobre todo porque puede llevar al traste la idea primigenia de una gran caja regional, resultado de la fusión de todas las rurales con CCM, que era la propuesta que se trasladó desde IU al Gobierno regional en julio del año pasado en las negociaciones del Pacto de Castilla La Mancha, y que Barreda rechazó.

Aunque las Cajas Rurales tienen una naturaleza distinta a las cajas de ahorro, los movimientos de reorganización del sector financiero evidenciaban un imparable proceso de reagrupamiento de entidades pequeñas, para así no quedar expuestas a tiburones y especuladores.

Castilla La Mancha necesita esa entidad regional vinculada al territorio y a su tejido social y productivo, y lo necesita porque el crédito sigue sin llegar, porque se necesita financiación para sacarnos de la crisis, y porque este solo puede llegar si se cuenta con esa herramienta financiera, por eso todas las autonomías buscan e instan estas fusiones.

La nueva Ley de Cajas pactada por Zapatero y Rajoy no es la solución más acertada, es mas, aboca a la desaparición de las cajas y de su función económica y social, produciendo un proceso de concentración de banca privada, en el que prevalecen otros intereses antes que el general o el territorial.

De hecho ya se habla de graves deficiencias en esa Ley, pues un decreto de 1995 impide a los bancos de nueva creación, que es el resultado final que impone el pacto ZP-Rajoy, no pueden salir a bolsa, ni modificar su composición del capital social, en sus primeros CINCO AÑOS, por lo que toda esa patraña de buscar recursos en los mercados, “profesionalización”, etc…, no va poder ser posible, salvo que haya nuevos decretazos de última hora.

En lo que concierne a nuestra región, es evidente que el lastre de la gestión de Caja Castilla La Mancha ha impedido que sean las propias instituciones regionales quienes impulsen este proceso de reagrupamiento de las Cajas, y esa falta de dirección, liderazgo e iniciativa está en el epicentro de este carajal en el que andan envueltas nuestras cajas rurales.

La corresponsabilidad del Gobierno regional, PSOE, PP y algunos más en el fracaso y quiebra de CCM, como ha confirmado el Banco de España en su informe que ha sido remitido a la Fiscalía Anticorrupción para dirimir las responsabilidades delictivas de la gestión de CCM (y que generó un agujero de 7.100 millones de euros según la Unión Europea), han imposibilitado un proceso normal, razonable y necesario de creación de una entidad financiera regional al servicio de Castilla La Mancha, y con mecanismos de control ciudadano y democrático para evitar nuevos fracasos.

Puede que finalmente el tiempo, y la necesidad, lo cure todo, pero mal empieza la creación de ese sector financiero regional, si ya se habla de puñaladas traperas o solo se busca no perder el sillón de directivo, pues ellos mismos deben saber cómo las gasta los “mercados financieros”, en el que un síntoma de debilidad como este les hace convertirse en carne de cañón, una presa fácil para todo tipo de especuladores.

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