Manuel Gallego Arroyo apela al cuidado de nuestro legado en el Pregón de las Fiestas de Manzanares

La necesidad que tenemos los manzanareños de cuidar nuestro patrimonio, “todo aquello que hemos heredado, nuestro legado”. Ese fue el principal mensaje que transmitió el sábado en el pregón de las fiestas en honor a Nuestro Padre Jesús del Perdón el profesor, escritor y crítico de arte, Manuel Gallego Arroyo. Lejos de hacer un discurso conservador, el pregonero explicó que lo que se hereda “es para rehacerlo, renovarlo, con sentido, con sentimiento y sensibilidad”. En opinión de Gallego, nuestra existencia necesita de ello, “nos necesitamos como vecinos y conciudadanos, es así como hacemos tierra y estamos obligados a conservarla, amarla, conocerla e inculcarla”.

manzanares_pregoneroAl pregón de las fiestas patronales asistió una representación municipal encabezada por el alcalde, Antonio López de la Manzanara. Se celebró a las diez de la noche del pasado sábado en la Parroquia de la Asunción, donde este año ya se encuentra la imagen del patrón de Manzanares, “un símbolo heredado de nuestros mayores, un amor, una sensibilidad, un sentido”, según Gallego Arroyo, para quien Nuestro Padre Jesús del Perdón “ha de ser y creo que es el símbolo que nos hermana a creyentes y no creyentes de Manzanares”. Por ello, como símbolo, “está y debe de estar por encima del acontecimiento histórico”, explicó antes de afirmar que Jesús, rodilla en tierra, “es en efecto, un símbolo del dolor, del dolor esperanzado que se recobra con la alegría, preámbulo de fiestas”.

En sus primeras palabras, Manuel Gallego habló del orgullo y gratitud de ser pregonero. Previamente declaró que es “la oportunidad de lanzar a las conciencias cosas que por obvias pasan desapercibidas, cosas que todos sabemos y que eludimos, cosas que es necesario que alguna vez nos digan y nos las recuerden”. “Pregonar es ejercitar la responsabilidad ciudadana desde una posición privilegiada, con un agravante, te pone en el candelero de la ejemplaridad y esto produce vértigo, desasosiego”, añadió.

Gallego estructuró su discurso en su primera parte en la fluencia, porque como a los ríos Jesús nos alimenta como “fuente perpetua”, en la menesterosidad y la esperanza. Posteriormente, manteniendo su línea filosófica, se refirió a la tierra, el dolor y la intemperie, para terminar hablando de la imagen del patrón. El último párrafo de su pregón fue una sinopsis de lo expuesto. “Fluimos y vamos juntos fluyendo. Nos mueve la esperanza porque necesitamos de agarraderos, somos menesterosos. El cielo, Dios, nos da un asidero. La tierra nos ofrece el otro. Y la tierra somos todos, el que hacemos lugar que nos cobija de la intemperie, el lugar que nos hace humanamente humano el dolor, un dolor, no lo olvidéis, que es el fundamento de la alegría de estas fiestas en honor de nuestro Patrón”, pronunció el pregonero.

Manuel Gallego Arroyo fue presentado por su predecesor el pasado año, Óscar Parada Maroto, que hizo un acercamiento a la figura del nuevo pregonero mediante la contemplación de cuatro virtudes: la estabilidad, la sabiduría, el compromiso y la pasión. “Se desprenden de las Sagradas Escrituras como cualidades loables que permiten trazar cualquier perfil profesional y humano”, dijo. Por ello, con constantes alusiones a estas Escrituras y a Cartas Apostólicas, dio cuenta de los méritos de Gallego Arroyo.

Currículum del pregonero

El pregonero de este año estudió EGB en el Colegio San Luis Gonzaga de Manzanares. Pasó al Instituto de Bachillerato “Sotomayor” y se licenció en Geografía e Historia, con la especialidad de Historia del Arte, en la Universidad Complutense, donde se doctoró con un trabajo sobre la deshumanización del Arte. Además se licenció en Filosofía en la Universidad Nacional de Educación a Distancia, donde también cursó estudios de posgrado en el Departamento de Filosofía, realizando el trabajo de investigación sobre la Filosofía de Xavier Zubiri. Profesor de Secundaria en la especialidad de Geografía e Historia, actualmente es profesor del Ámbito Sociolingüístico del programa de  Diversificación curricular del Departamento de Orientación en el IES Azuer, donde trabaja desde 1998.

Gallego Arroyo es además crítico de arte y literario en diversos medios. Ha sido redactor de la revista “Siembra” y colabora con la revista literaria “Calicanto”. Recientemente presentó su libro “Del verbo, la oscuridad”, publicado por la Biblioteca de Autores Manchegos de la Diputación.  El deporte es otra de sus pasiones. Fue miembro fundador del Club de Tenis de Mesa y más recientemente del Club de Triatlón de Manzanares.

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