Hospital Virgen de Altagracia de Manzanares: ¿Y ahora, qué, PP? (opinión)

Comité Local de UPyD de Manzanares.- Ya hace un año que el Partido Popular inoculó el virus del desasosiego en la comarca de Manzanares, en su Hospital y en su área de influencia, entre los ciudadanos, los enfermos, sus familias y los trabajadores sanitarios. Y lo hizo justo a los pocos meses de ganar unas elecciones a las que concurrían asegurando la viabilidad pública de lo público.

En menos de una semana pasaron de las bondades y de las excelencias del Hospital de Manzanares, según el Consejero Echániz, a esto hay que modificarlo, por decisión de la Presidenta Cospedal.

Al amparo de la crisis durante este tiempo están abaratando el valor del centro hospitalario y sus correspondientes Centros de Salud: menos cobertura, menos servicio, menos profesionales, menos ambulancias, implantación de las “cospehoras”, rebajas salariales cercanas la 27%, etc., etc., en fin que se han empeñado y ya tienen un hospital devaluado.

Se degrada, sea abarata y luego se oferta, pero ahora tocar negociar. Y en la negociación para alcanzar una colaboración público-privado, de lo público a lo privado, entiéndase, los candidatos se mosquean y dan marcha atrás. Y así ha pasado un año, un año que demuestra que las iniciativas políticas no estaban pensadas ni mediadas, ni estudiadas a fondo ni cuantificadas.

Mejor habrían hecho en diseñar un buen proyecto, luego discutirlo y finalmente proponerlo. Pero no, todo al revés. Y para más INRI con el Hospital de Manzanares que no necesitaba nada de esto porque iba bien y con expectativas de mejora, porque sus trabajadores estaban comprometidos y además el centro estaba amortizado. Y los cuidadnos satisfechos entonces y ahora inquietos. BASTA YA.

La colaboración público privada (CPP) «resulta muy atractiva políticamente porque permite construir centros sin aportar dinero y no computa como deuda pública, ya que transfiere el riesgo a la empresa adjudicataria», explicaba hace no mucho tiempo (Diario Médico del 21-X-
2010) José Martín Martín, profesor del Departamento de Economía Aplicada de la Universidad de Granada y de la Escuela Andaluza de Salud Pública. Se trata, por tanto, de una fórmula ideal para mantener el ritmo de construcción de infraestructuras en tiempos de crisis.

Hasta que es la propia crisis, agudizada hasta el extremo que estamos viviendo, la que amenaza con dinamitar las mimbres del modelo. En los últimos cierres financieros de proyectos licitados se está ajustando tanto la rentabilidad que las empresas tienen que solicitar reequilibrios y pueden llegar a plantearse abandonar los proyectos.

El problema es que hace años firmar un contrato con la Administración era lo mejor que a algunos, los empresarios, les podía pasar. “Ahora se están empezando a producir impagos, algo impensable antes, por lo que hay que pensárselo mucho antes de firmar un contrato», confiesa Javier Hernández Izquierdo, del Departamento de Financiaciones Estructuradas de Banesto. (Diario Médico del 27-IX-2012).

Las consecuencias de este cambio pueden ser la puntilla del sistema de CPP en el sector sanitario, dado que las financiadoras no son ONG. Así ya todos sabemos, es vox populi, que los esfuerzos por encontrar un “comprador” en Manzanares no acaban de alcanzar sus frutos.

Y ¿AHORA QUE, PP?

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