y Vox

Mucho se está hablando de Vox desde que ha irrumpido en el Parlamento andaluz. Sin embargo, me parece muy conveniente moderar el tono del debate, sea cual sea la posición que uno tenga al respecto.

La crispación es nociva, la agitación beneficia la movilización – que ya ha comenzado, y que parece absolutamente probable que se intensifique hasta mayo – porque todos los que piden nuestro voto (algunos más que otros) tienen mucho interés en que así sea. No nos contagiemos. Conversar sosegadamente es una de las mejores herramientas para empatizar con alguien que no opina como tú. Antes al contrario, la despersonalización del contrario, es capaz de desatar en nosotros la imaginación y dotarle de atributos inverosímiles, como hacen los niños cuando juegan con sus muñequitos.El diálogo respetuoso es imprescindible, no como en ese tipo de debates que se prodiga en las televisiones, cuyo propósito no es contribuir al entendimiento, sino a un espectáculo bochornoso, de gente que desprecia sin empacho al prójimo, ni le deja hablar con tranquilidad.El diálogo, me permite tratar con gente que se confiesa de derechas o de izquierdas, moderada o vehemente, sin que esto me cause personalmente el menor trastorno, ni me “contamine” ideológicamente. Es premisa imprescindible desterrar la agresividad verbal o física, pública o anónima, preludio y justificación de violencias peligrosas posteriores.

Es preciso romper tabús. No existe “la izquierda”, como no existe “la derecha”. Esta afirmación es maniquea, falsa y provocadora, y quiero pensar que el idioma no tiene términos cómodos que ayuden a matizar esta expresión. No se puede igualar a grupos amplios a partir del comportamiento de unos pocos. Esta miope visión de las cosas se percibe solo cuando se lanzan desde posiciones extremas.No son grupos irreconciliables,se puede ser de uno u otro signo con muchos matices distintos. La opinión de las personas podrá estar influida por las consignas que propaguen los medios, se podrán reconocer grupos de simpatizantes de determinadas tendencias… pero en el fondo, lo que más abunda, es que cada uno tenga su propia manera de ser, sin que ésta tenga por qué ser obediente y militante. Incluso no habría razón de avergonzarse por tener puntos en común con el adversario. Por ejemplo, recordemos cómo el pacto entre P.S.O.E. y P.P. para alcanzar el gobierno del País Vasco, fue muy útil para lograr la derrota de E.T.A. La moderación, la creencia en el entendimiento entre opuestos con el mismo talante, se basa en la confianza mutua y en el respeto al adversario, en el pacto. Es necesario entenderlo como virtud, como actitud constructiva, siempre que se compartan valores realmente democráticos, que prevalezcan éstos ante simplonas posiciones de izquierda o derecha.

En mi opinión, sería necesario templar el ambiente, y a la vez exigir a los voceros políticos (¡a todos, a los propios y a los ajenos!) la ejemplaridad, coherencia y un mínimo de empatía que hoy por hoy no se ve por ningún lado. Dime de qué presumes, y te diré de qué careces.

No se pueden crear falsas expectativas a base de promesas sobre empleo, impuestos, libertades, participación, etc. que no van a cumplirse.

No se puede predicar una cosa y después del recuento de votos hacer la contraria, no se puede admitir ese pecado en el adversario y negarlo en nuestro caso.

No se puede poner de excusa a la coyuntura para estar a favor o en contra de algo, sea un“pacto de perdedores”, dar o pedir la abstención para que el adversario logre la investidura, dialogar con los que muestran mayor ardor en sus posiciones patrióticas de un tipo u otro, o los apoyos que una formación pueda recibir o no para alcanzar un gobierno: renegar de otros y al día siguiente vender la limpieza y el éxito de los acuerdos.

Lo verdaderamente importante es la veracidad o la “post-veracidad populista”que dan base a los argumentos utilizados y,sobre todo, las prebendas obtenidas realmente por las partes en el resultado final del proceso. No desesperen, nadie va a mostrar este tipo de autocrítica.

Ahora lo que toca es honestidad, entendimiento y tolerancia con el contrario, y que la sociedad aplauda esa actitud, y no otra.  En cierto modo, esa falta de autocrítica (sobre todo en el prójimo) alimenta la crispación, la desconfianza hacia los viejos partidos y la moda por los recientes (se llamen Podemos, Ciudadanos o Vox) que pretenden hacernos creer que son distintos, que con ellos las cosas volverán a ser “como deben ser”. Para nuestros políticos, el fin justifica los medios, aunque sea muchas veces a costa de la verdad o a fuerza de contradicciones.

Por el contrario, si no hay confianza, no hay entendimiento; la tolerancia se agota y entonces las posiciones se vuelven extremas – las cuales, por definición, son maximalistas e intolerantes.Para captar nuevos adeptos, hay muchos recursos, yninguno nuevo. Primeramente, decir que los males del país provienen de haber impuestoa la sociedad (¿quién fue el culpable?) una ideología decadente, cuyas nuevas manifestaciones culturales lo evidencian. Otro recurso es el miedo, situación que te lleva rápidamente de un extremo pasivo, al extremo opuesto, activo y peligroso (la cuestión, en este caso, es si hay razones objetivas para alimentar al miedo y a la intolerancia). Otro recurso es la apropiación de los símbolos de todos (sea la bandera, las Fuerzas Armadas, la educación, la televisión, la carta de naturaleza de la españolidad…). Otro recurso consiste en alimentar el victimismo, predicar la defensa social de las víctimas y la idea de la falta de igualdad de oportunidades, donde se han priorizado derechos para otros antes que para los nacionales. Es decir, predicar la igualdad, a la vez que se acusa al prójimo de su diferencia, y la falta de derechos que como tal le asiste…

Se da la paradoja de que, en los tiempos de la globalización económica, la realidad cultural no es una, sino diversa.Parece necesario recordar que la democracia se sustenta en el derecho a la igualdad en el reconocimiento de la diferencia, sin confundir la igualdad con la uniformidad, ni criminalizar la diferencia. La igualdad no deja de ser un concepto abstracto, fácil de pronunciar y atractivo de oir, que se moldea a conveniencia del guion de cada momento. Pero, por ser más concreto, en el fondo del asunto, hablamos de igualdad de derechos, respeto y oportunidades para equiparar a todas las personas, a todos los españoles de cualquier rincón del país.

Por mucho que a sus socios les cueste retratarse, Vox es perfectamente etiquetable:es un partido de extrema derecha, no de centro-derecha, y a mucha honra. Ya no es necesario extender el brazo.Vox, al igual que otros partidos de la extrema derecha europea, no es fascista, es otra cosa:el fascismo es de corte paramilitar. Por ejemplo,Amanecer Dorado, el partido de ultraderecha griego, sí es fascista. Sin embargo,en el caso de España, de más de media España,el temor reside en su singularidad: España ha sido el único país europeo de larga trayectoria con un régimen fascista, integrado y respetado como tal por países que a su vez abominan del fascismo en los foros internacionales. Ahora toca hacer “revisión” de la historia, y que creamos que con Franco vivíamos mejor. Aunque los “tecnócratas” entrasen en el Gobierno en los años cincuenta para modernizar la economía y las costumbres del país, el Estado social siguió siendo de corte fascista, segregador, con un ideario programático y simbólico plenamente reconocible. Y sin embargo, aquella idea añorada de país es imposible de resucitar tal cual: la España rural, la tecnología, el catolicismo, la economía, la industria, incluso la geopolíticade entonces, fueron muy distintos de cómo se presentan en la actualidad. El Franquismo pareció haber desaparecido con la llegada de la democracia. Ilusión vana, la base social del Franquismo que antes creía en el P.P., se ha ido a Vox. La cuestión, es saber si esemodelo superado por los tiempos es el horizonte futuro de Vox,y cuál va a ser su grado de toleranciao de agresividad, no ya simbólico sino real, frente a quienes defiendan o manifiesten posiciones contrarias. Al fin y al cabo, Vox defiende sus postulados anticonstitucionales desde la legalidad.

El problema no radica en Vox, que es una fuerza emergente, sino en los partidos que –para lograr cuotas de poder – se aprovechan de su empuje y aceptan su discurso anticonstitucional, dándole una fuerza real que hoy por hoy aún no tiene, mientras minimiza las consecuencias de dicho discurso.

Pares y nones
Antonio Fernández Reymonde

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32 COMENTARIOS

  1. Ultraderacha bla bla bla. Pero solo quieren que se cumpla la ley,como en cualquier otro país. Todas estas campañas de desprestigio solo le dan más votos.La gente no es tan corta como pensais…

    • A ver que yo me entere:

      Estás harto de comer arroz con pollo, pero para cambiar y acabar con tu hartura, te pides una ración de arroz con pollo.

      En fin, moderando el debate como dice Antonio, muy listo no parece.

      • Ah, por cierto, este arroz con pollo es musulmán radical. Diríase que casi yihadista:

        Odia a las mujeres, los extranjeros, los LGTB, los ateos o agnósticos etc etc.

        Dicen que los polos iguales se repelen, por eso VOX odia tanto al mundo musulmán.

        Yo, me quedo con las mujeres, los extranjeros, los LGTB y todos aquellos/as que comen lo que le pongan en la mesa. Eso sí, que sea comestible. La basura para los animales.

  2. Me pareces una persona razonable, que significa que razona y trata de ser ecuánime en sus razonamientos.

    Pero por supuesto no estoy de acuerdo en varias cosas que has dicho.

    En lo esencial hasta que analizas a VOX, estoy totalmente de acuerdo.

    Y digo esencial porque antetodo somos personas. La dignidad de la persona está por encima de sus diferencias. La igualdad que asimilas a un absurdo igualitarismo, es realmente una tiranía del uniformismo.

    Hay que ejercer la honestidad intelectual tal como indicas,y además la tolerancia porque esta sociedad es plural y democrática. Algo que no fue durante ni la II República ni durante el franquismo porque predominaban las tendencias totalitarias y autoritarias. Su lucha se vio reflejada más tarde en Europa y con la guerra fría.

    Porqué no estoy de acuerdo.

    VOX es originalmente la derecha sociológica que no ha sido respetada después de Aznar por el PP.

    Pero también es reflejo de esa corriente popular o populista que critica y reacciona frente a la Dictadura del pensamiento políticamente correcto.

    La izquierda ha impuesto en los últimos tiempos culturalmente las cuestiones relativas a la ideología de género, el animalismo, la globalización, el ecologismo, el feminismo y el relativismo cultural.

    Políticamente se ha impuesto el desmoronamiento interno (federalismo) y externo (UE) de los Estados-Nación.

    Y no ha encontrado reacción hasta ahora.

    La progresía se violenta si se entra a debatir sobre el fondo de los postulados de estas sus ideologías.

    La izquierda debe asumir que todo es debatible, y sus postulados también porque no ostenta superioridad moral ni cultural ni política para fijar o cerrar los debates.

    VOX no es la ultraderecha, que sí son Democracia Nacional o Falange, es la derecha sin complejos que siempre ha existido y que ha encontrado en VOX (como se encontró en Podemos no hace mucho en el caso de muchos socialistas o comunistas) que el PP abandonó con Rajoy.

    Pero sobretodo VOX es la nueva indignación, que cambia de bando (estuvo en Podemos), en este caso frente al aquí el cambio somos nosotros pero luego sigue todo igual o peor, y frente al pensamiento políticamente correcto lleno de posverdad impuesto por los tiranos ofendiditos de turno.

    Se puede y se debe poder discrepar de vuestro pensamiento.

    Y ahora si alguien se siente el ofendidito porque cuestionamos su «religión ideologica», pues que se cuestione si realmente no es él de ultraderecha o ultraidiota, o lo que es peor nos considere a los demás ambas cosas.

    Estamos en una Democracia y verdades absolutas ideológicas NO HAY.

    Ni que estuviéramos en tiempos de la Inquisición.

    A partir de ahí, el protagonismo de VOX y su aportación revolucionaria a la política española, la fijación y apertura al debate sobre lo que ha sido considerado sagrado (ideologia de género, federalismo y otros ismos), no es más que un reto que se le vuelve incómodo y peligroso a la izquierda y la progresía, PORQUE SE VE OBLIGADA A DEBATIR Y CUESTIONARSE Y SER CUESTIONADA.

    Y no está preparada.

    • Por eso se rebota tanto y encuentra en los descalificativos ideológicos su único argumento.

      Y todo porque la realidad cuestiona severamente sus análisis y sus soluciones.

      A la izquierda y a la progresía sencillamente la realidad le ha despertado del sueño.

      Se ha despertado y se da cuenta que eso de adaptar la realidad a los ideales es de «ultraderecha», que es la ultraizquierda de toda la vida.

      La ultraderecha terminó en España con Tejero.

      Y la ultraizquierda terminará en España con Puigdemont.

      El sistema político español se encuentra ahora tratando de vencer las resistencias de la corrupción institucional del bipartidismo y el nacionalismo regional.

      Esa corrupción se superará por un relevo generacional pero sobretodo por un cuestionamiento del Estado Autonómico y la partitocracia que es para lo que VOX puede resultar muy útil.

      Ya veremos si VOX es coherente y puede hacerlo.

      El problema, encontrar esa tecnocracia que desmonte décadas de corrupción y no contar con un poder judicial radicalmente independiente.

    • Podemos estar de acuerdo, o no, pero siempre con argumentos y respeto, como has mostrado en este comentario. Es lo que pido, y es lo que me has dado. Gracias por tu intervención

  3. Uno de los grandes mitos de la Transición fue dar a entender que con Franco, el 20 de noviembre de 1975, murieron cuarenta millones de franquistas. Se pretendía hacer creer que todos aquellos que abarrotaban las algaradas oficiales, los que hicieron cola para visitar la capilla ardiente, los muchos que portaron un luto mal disimulado y los nostàlgicos de la caverna, desaparecieron con él. Y no desaparecieron, se inhibieron, se camuflaron en espera de lo que pudiera venir.
    Esos ciudadanos que formaban aquella mayoría silenciosa les seguiràn votando por una sola razón: son de los suyos…..

    • Todo cambió con el 11-M.

      De aquellos barros estos lodos.

      El poder a cualquier precio NO.

      Por las urnas.

      El PSOE no se quiere enterar. No tiene mensaje ni realidad en la que respaldarse.

      El poder a cualquier precio NO.

  4. A mi en verdad no me preocupa si vox sube o vox baja, al fin y al cabo es un pequeño grano en el culo que le ha salido a España y que más pronto que tarde terminará desapareciendo con unos talcos. Lo preocupante es el enorme porcentaje de los que no han ido a votar de izquierdas en Andalucía y que de rebote han conseguido esa subida de los voxtrencos.. Nada irremediable, y que no debe volver a pasar. Si la gente sale a votar se les puede dar la correspondiente patada en el culo a esta extrema derecha inútil para una España de siglo XXI.
    Pero si hasta los mismos cuñadisimos que han conseguido consejerías gracias a los voxtrenquillos reniegan de ellos.

    • Date una vuelta por la redes sociales y verás.

      A Podemos le pasó lo mismo.

      De todas formas vamos a ir a votar varias veces en este año y lo veremos.

      Ya sabemos que si no os gustan los resultados os queda la calle, la democracia parlamentaria no es para vosotros. La vuestra es la democracia parlamentaria a la bolivariana.

      • Cuando dices la calle te refieres a eso de la reconquista a caballo?. Jejeje. Venga, que si que quedamos en las votaciones. Yo solo quiero que la gente no se quede en casa que luego se echarán manos a la cabeza.

        • La justa como con Trump=Abascalito. Solo para vergüenza de un país y chistes.

        • Crecimiento…solo de altura de muros. Y de mofas internacionales.
          El muy hdp de Trump manda a 800.000 funcionarios a casa para utilizar sus sueldos en el muro… Vergonzoso.
          Abascal que hará?. Ya te digo que lo mismo. Estan hechos de la misma mierda.

        • Lo difícil es bajar el nivel para acercarme al tuyo. A ver, a mi Maduro me la trae tan floja como tu. Lo que me preocupa es mi país y en general aquellos compatriotas que les falta un hervor lo cual les produce dejarse llevar por la palabrería barata de los voxtrencos jefes para llevarlos a su redil. Luego que no se quejen.

        • Todos votaremos lo que nos de la gana, o no votaremos.

          Y si no te gusta esta libertad…puedes irte a Cuba con Willy Toledo.

          Nadie te lo va a impedir ni te va a forzar.

          Los antifascistas sois muy fascistas.

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