Puertollano: Primeras novedades

Manuel Valero.– Nuevo marco para la constitución del parlamento de Puertollano -el Auditorio-, nuevo secretario del Ayuntamiento – Juan Alfredo Guzmán Mansilla- para iniciar una etapa de continuidad que ponga fin a la cadena de antecedentes de secretarios fugaces. Todo parece nuevo. Y de hecho lo es. Porque tanto la primera autoridad funcionarial como el lugar donde los representantes del pueblo darán forma a la Corporación electa son nuevos…

Nuevo el secretario en esta plaza, claro, dado que ya viene con experiencia que necesitará para ejercer sus funciones como principal fedatario de la Administración local. El ayuntamiento es la sede del gobierno local y por tanto es en esencia político. Pero los actos del gobierno municipal también han de ajustarse a las leyes. En ese sentido el cuerpo funcionarial es indispensable para el buen funcionamiento de la máquina político-administrativa, desde la burocracia fungible de un mero trámite a la ejecución de las grandes decisiones plenarias y su ajuste a derecho.

Tanto como el equipo de gobierno pesan en un ayuntamiento los secretarios, los interventores, los tesoreros, los funcionarios de nivel, como los funcionarios o trabajadores públicos menos cualificados pero absolutamente indispensables para que todo marche bien: desde el visto bueno del secretario a una decisión de fuste a la presencia de sillas en un simple acto público.

No han sido tiempos de bonanza y el Ayuntamiento de Puertollano, como la mayoría de los ayuntamientos de España, se administra a la sombra del ajuste imperativo de Hacienda y cada uno de ellos con su deuda, la viva, la muerta o la real, que esta es otra historia. La realidad pondrá por ello frente al espejo tanto a políticos como a funcionarios que tendrán que gobernar y engrasar las piezas a partir de lo que encuentren y arreglar entuertos pero también y necesariamente poner en marcha proyectos nuevos y refrescar el enrarecido ambiente de los últimos tiempos.

Sin embargo, el hecho de que el nuevo secretario haya tomado posesión de su cargo a pocos días de la constitución de la Corporación es una feliz coincidencia por cuanto aviva la sensación de regreso a la normalidad, luego del vaivén pasado. Y la normalidad es parienta de la tranquilidad, y la tranquilidad –sin sobresaltos- alumbra el seso en la toma de decisiones. Es como una tisana que alivia la carga de afrontar el gobierno de una ciudad.

Ha sido el nuevo secretario el que ha iniciado de alguna forma la nueva etapa que parece abrirse en el Ayuntamiento. Lo del Auditorio para firmar el acta de concejal y jurar o prometer fidelidad a las leyes y la investidura a la alcaldesa es inédito, aunque ya se venía barajando de antiguo. Nuevo e insólito.

Debo reconocer que cuando me enteré me pareció una decisión que descontextualiza el acto político más solemne de una legislatura que es la toma de posesión. Lo suyo es hacerlo donde corresponde: en el salón plenario soberano y si es chico, pues a apretujarse un poco, que los ciudadanos lo que tienen que hacer es asistir a los plenos con frecuencia. Pero no. Será un lugar destinado a la cultura el nuevo marco para la constitución de la nueva Corporación electa que arranca con un nuevo secretario y lo hará con una nueva alcaldesa.

Sí, debo reconocer que en principio me pareció un traslado para darle una grandilocuencia añadida a la que ya tiene de por sí la toma de posesión de los nuevos regidores. Pero dadas las razones que uno ha podido rascar –abultada asistencia familiar, exceso de público, ámbito pequeño para la concurrencia general, el calor, la incomodidad, la estrechez- más la novedad en sí misma de escenario que acentúa aún más la sensación de cambio no me parece tan fuera de lugar ni grandilocuente. Además se argumenta como bazas a favor, la amplitud del Auditorio, mayor solemnidad del acto, comodidad para los asistentes y la apertura a toda la sociedad y a cuantos ciudadanos quieran asistir.

El Auditorio no es un lugar incoherente para tal acto- jurídicamente no hay pegas- porque la política no está reñida con la cultura y mucho menos con la cultura política de la que muchos adolecemos, no en el sentido de que los concejales tengan que ser necesariamente cultos, sino en el modo de entender la política e incluso la democracia. Y si las matemáticas no lo impiden, que no lo impedirán, al nuevo secretario, al nuevo marco de inicio de legislatura se añade una alcaldesa nueva que recibirá la vara de mando de manos de otra alcaldesa por primera vez en la historia local.

Tampoco abunda esa sucesión femenina en muchos ayuntamientos. De los 21 concejales que darán cuerpo a la Corporación la inmensa mayoría son nuevos. Un estreno. Y en el Auditorio. Tal vez los que no sean nuevos sean los viejos asuntos pendientes pero es de buenos demócratas reconocer que lo mejor para enfrentarlos y gestionarlos son nuevas personas y nuevos ánimos.

Un voto de confianza, por tanto, a quienes nos representan en el hemiciclo local, tanto en el gobierno como en la oposición. Y al cuerpo funcionarial encabezado por el flamante secretario. Lo nuevo no siempre es garantía de éxito pero abre expectativas. Es justo darles a todos un recorrido razonable antes de hacer una foto fija de la situación, que se hará dé lo que dé el objetivo que fije la fotografía.

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11 COMENTARIOS

  1. El gatopardismo en estado puro: cambiar todo para que todo siga igual.

    Claro que un secretario es el que supervisa la legalidad de los trámites seguidos en la actuación política. Pero cualquiera que no se haya puesto una venda en los ojos sabe que la mayoría de los fedatarios de la administración local dan el visto bueno a todo lo que le presente el equipo de gobierno. Por eso, y no por incompetencia, el secretario accidental, cuya permanencia por más de 20 años contradice ese adjetivo, está acusado de varios delitos cometidos en el ejercicio de sus funciones. Ya se sabe: el que se mueve no sale en la foto.

    ¿El auditorio…? Si no abundarán las invitaciones a tanto prócer y capitoste para la foto , sobraría espacio en el salón de actos para albergar a familiares de los ediles y público interesado. Solo es un acto con cierta solemnidad, pero que no deja de ser normalísimo en una democracia.
    Ganas de trabajar y honradez es lo que falta. Y eso, mucho me temo que ni está ni se le espera.

    • ¿Estás insinuando que la mayoría de los secretarios dan el visto bueno a una ilegalidad política propuesta por un equipo de gobierno? Yo creo que no, entre otras cosas porque existe el contrapoder de la oposición y de la prensa y desde luego la honradez de los secretarios. No todas las rubias son tontas.como dice el anuncio.En cuanto a lo del Auditorio, sí, es perfectamente opinable.

      • La independencia e imparcialidad de los secretarios de Ayuntamiento se las cargó Zapatero cuando instituyó la libre designación para los puestos en los mayores municipios.

        El Cuerpo de Interventores y Secretarios municipales era un cuerpo estatal y no autonómico.

        Esa era la garantía para que los políticos no utilizarán la libre designación como modo de premiar su sumisión si querían ascender.

        Entérese don Manuel.

        • Usted resulta antipático, Angel Manuel, no por lo que dice que tiene derecho a opinar lo que quiera, sino por ese tono de saberlo todo con que aliña sus argumentos muy ricos a veces, cierto, y por ese afán compulsivo de querer quedar siempre, siempre, sobre los demás. Basta con hacer un rastreo de sus participaciones en este medio. Mire, ha habido ocasiones en que me he solidarizado con usted por las cosas que le han dicho, pero en una lectura de conjunto también salta a la vista que usted ha alimentado esa endiablada toxicidad con que se han contaminado los debates que han acabado inevitablemente en insultos y en un asfixiante toma y daca con un par de personas, o tres o cuatro o cinco. Insisto, ha habido ocasiones en que creo que el personal se ha pasado con usted pero usted ha sido campeón de la retroalimentación. No es muy normal ni habitual que una persona lleve años y años enganchada en esta sofocante esgrima sin parar y sin desmayo respondiendo a todo y a todos… en su peculiar tono de desprecio y vanidad. No es lo que usted dice sino cómo y por qué lo dice. Yo sigo creyendo en la competencia de los profesionales y en su buen hacer, en este caso de los secretarios, hasta que demuestren otra cosa con su comportamiento. No prejuzgo ni hago juicios de valor colectivos. Tanto es así que estoy seguro que también en Vox hay buena gente.Esta es la primera y la última vez que me dirijo a usted. Gracias.

        • Le agradezco la respuesta y la crítica.

          Y la acepto con humildad, porque admito ser corregido por alguien esencialmente bueno como usted.

          Pero yo no lo soy porque el conocimiento del sistema me impide ser confiado y bondadoso.

          Tengo amigos en esos puestos de secretario e intervención municipal y el traspaso competencial provocó grandes frustraciones porque la libre designación pervertía en esencia lo que se debe esperar de un puesto de control de la legalidad gestora de los municipios, la integridad derivada de su independencia del poder político.

          Por mi parte, me disculpo si mi tono le ha molestado.

          La verdad es antipática y molesta para todos, también para quien la busca.

          Pero libera.

          Y no pretendo quedarme por encima de usted.

          Le respeto porque usted es como he dicho una persona buena.

        • Por mi parte seguiré en mi cometido de descubrir mis conocimientos del sistema, lo he estudiado, lo vivo, lo conozco.

          Y si eso molesta porque compromete, primero a mí que no me oculto bajo el cobarde anonimato, entonces es que cumplo con mi deber y mi conciencia, aunque llegue a quemarme.

          Todos tenemos una misión en la vida, y esta es una de ellas para mí.

          La toxicidad proviene del ciego, el ignorante, el necio y el corrupto.

  2. Los políticos no cambian. Tienen su procedimiento bien aprendido. Una vez vendido su producto y tras las elecciones, se posicionan, se dan codazos para lograr su puesto de mamandurria, se desdicen de lo dicho o lo tergiversan, se olvidan de lo que les han dicho los electores con sus votos y van a lo suyo, sus intereses….en fin, se colocan (en el sentido de tener un curro, salvando a los pocos que lo hacen de forma altruista, sin cobrar) y ya está. La prueba: ahora están en su segunda fase (la de colocarse) y luego….de vacaciones veraniegas (3 meses) y después «ya veré yo si eso…yo ya…ya yo…»

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