El anonimato es lo que tiene

Manuel Valero.– A ver si ustedes me entienden que va a ser que sí. La red, las redes sociales, han creado una nueva sociología. Las cuentas en Facebook, twitter y los periódicos digitales ofrecen la posibilidad de publicar y publicitar  el propio ego –redes sociales- con la propagación de la vida de uno como si fuera una serie b de calidad dudosa en algunos casos y la prensa internauta es una herramienta que incrementa exponencialmente la participación de los lectores a propósito de una información o de un artículo.

Lo que a primera vista pudiera parecer una extraordinaria oportunidad para canalizar el natural bullir de la sociedad se convierte con desgraciada frecuencia en atalaya para el despotrique, el insulto, la calumnia, el mal gusto y la cursilería. Por supuesto que hay muros y cuentas interesantes de personas que se limitan a dejar un pensamiento propio, colgar una canción hacia la que tienen una especial querencia por su peso recordatorio y por supuesto que hay comentarios en los digitales que son absolutamente respetuosos aunque esa calidad argumental lo sea para moldear una crítica aunque sea feroz. La crítica y la libertad de expresión son consustanciales a un sistema democrático pero lo que no vale es que en lo que compete a los diarios digitales como éste, por ejemplo, las entradas de los comentarios se parezcan más a las viejas  que se colocaban al paso de los reos aristócratas camino del cadalso en la Revolución Francesa.

Posiblemente tenga que pasar un tiempo para que el populacho anónimo se asiente o tal vez haya que acudir a la previa identificación de quien opine o comente para que cada cual sea  responsable de sus opiniones. La libertad ya saben no es un juguete es un don y una preciosa condición del hombre para su desarrollo integral que a su vez conlleva obligaciones y responsabilidad.

Lo que diferencia a las redes sociales de los comentarios digitales en los diarios –en aquellos que lo consienten claro- es el anonimato. En las primeras un ciudadano/a puede contar su vida, los viajes que hace, las comidas que cocina, colgar una foto del hijo o del nieto sin tener en cuenta que manipulan y exponen a un menor… Puede colgar citas de autoayuda en ocasiones tan blandengues que hacen de Paulo Coelho un escritor de transgresión irredenta. En fin, cada cual con su vida-muro puede hacer lo que quiera, elegir a los amigos que quiera, eliminar a los amigos que no quiera e incluso amistarse con algún enemigo que odie con el fin de fisgarlo… Salvo que el muro sea el de una identidad usurpada, las cuentas son de cada cual y por extensión cada cual se retrata en la pared tal cual es o adornándose un poco. Ya hay por ahí pensadores de la sociología digital que apuntan a que somos lo que colgamos en la red.

En cambio la participación en los digitales que podrían ser un foro de debate enriquecedor, de democracia adulta y más real que las bases de los partidos, ha dado un arma a los desalmados del mundo. Antes, quien mandaba una carta a la sección cartas al director, lo hacía previa identificación con una fotocopia del carnet de identidad. Si este requisito se cumplía la carta se publicaba fuera cual fuera su contenido: si era felón o calumnioso ya tenía la persona o persona aludidas los datos suficientes para actuar en consecuencia. Si el escrito era duro pero políticamente correcto – la única corrección política respetable es precisamente la del buen ejercicio de la libertad de expresión– se publicaba y la persona o personas aludidas no tenían más remedio que beberse el ricino. Son las reglas del juego.

Pero en estos tiempos de pseudodemocracia anónima las cartas al director son en buena medida misivas emponzoñadas que tienen como objetivo la degradación de alguien,  la pulverización de su dignidad y la trituración de lo que quede del sujeto de las invectivas anónimas. Suele ocurrir que los más activos son éstos. Tal vez porque los lectores limpios del bajo apasionamiento o a salvo de otras motivaciones se limite a leer sin más, o a darle a la tecla del me gusta. Los otros siempre encuentran la ocasión para disparar. Y claro, en cuanto son moderados o los responsables del diario filtran las participaciones levantan la voz cual justicieros libertadores de la mordaza. Qué sabran ellos de la mordaza.

Por mi parte, estoy en la línea de la identificación previa. Pero, no, amigos levantiscos, no. No. Que no es  para husmear policialmente, que no, que no, ni para amedrentar. Que noooo. Sino para que quien se atreva a traspasar la crítica (la libertad de expresión acaba en la dignidad del otro) afronte las consecuencias de sus palabras. Por lo demás, no veo problema alguno. Al contrario se le da transparencia (la palabra de moda) al ciudadano libre opinante y claridad a la participación y salubridad a la opinión pública. Prefiero una opinión pública a cara limpia que la que se oculta tras la máscara como hacían las viejas desdentadas que  gritaban excitadas cuando rodaba la cabeza de Madame de Pitimíní, con la salvedad que éstas estaban en primera línea, aunque claro no había redes ni cámaras. A lo sumo algún dibujante apresurado, y los  cronistas e historiadores que han dejado testimonio y son fuente de primera mano para los investigadores.

En fin, es una triste realidad que la cosa haya derivado hacia el lado oscuro de la red donde sepa Dios quienes se den cita. Porque esa es otra. Los que  informan y aquellos que  opinamos, las personas públicas que tienen responsabilidades de gobierno o de oposición, hacemos sabedores a los lectores de quienes somos, donde trabajamos y hasta donde vivimos. Los valientes de la desindentidad sueltan su exabrupto y posiblemente se queden tan contentos por la hombrada o la mujerada, vaya usted  a saber. Tal vez nos quedaríamos de una pieza si supiéramos quien o quienes están detrás de los machacones comentarios hirientes y tóxicos. Pero de una pieza. Aunque lo sospechamos. El anonimato es lo que tiene.   

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36 COMENTARIOS

    • Y en qué os diferencias, Charles y tú? Y en qué coincidis? Exacto En el anonimato. A lo mejor, el primero solo trata de contrarrestar las barbaridades que aquí se comentan con las mismas armas que los valientes anóninos. Un sin Dios. Y aviso a navegantes. Ni un comentario grosero o calumnioso. Ni uno. Y el que no quiera que navegue, que hay muchos digitales. Tanto como estrellas.

  1. Este tema ya lo hablé un poco con Angel Manuel, nuestro paladín personal de la identificación.
    No estoy muy de acuerdo con la base y el planteamiento, pues obvia que el que comenta aquí, deja su firma e identificación completa en base a la IP con la que comentamos.
    Nada es anónimo en internet.
    Por lo tanto, yo le daría el mismo valor a las opiniones escritas, ya lleven un nombre disparatado, o uno que parezca real.
    Querer ponerle cara y saber exactamente con quien hablamos, me parece una excusa cogida por los pelos de quien si pone su nombre real para darle mayor valor a sus comentarios, y una manera de querer etiquetarlo y encasillarlo todo.
    No deberia variar nuestra opinion de un comentario según si viene de fulano o de mengano.

    • Yo no pienso que todas las opiniones valgan lo mismo, eso es un disparate. Los votos valen lo mismo las opiniones no.

      Afortunadamente somos distintos.

      Y es que aunque pretendieramos ser iguales eso va en contra de la naturaleza humana y la realidad.

      Iguales ante las leyes.

      Y el anonimato solo es inmoral e ilícito si con él se pretende injuriar o calumniar, dos tipos delictivos y dos conductas inmorales.

      A mí eso de que un anónimo pretenda dar lecciones de moral me parece una payasada.

      Las opiniones las emitimos las personas y…ahora en redes sociales también los cretinos.

      Distinto valor sin duda.

      Las personas están obligadas a razonar, los cretinos a ser descalificados y en su caso denunciados.

      La diferencia? Uno se hace responsable de lo que dice. El otro pretende que todas las opiniones valgan lo mismo, o peor aún, que las que son mejores pasen por peores por pura manipulación.

        • El problema surge cuando esa opinión mejor porque describe mejor la realidad choca con una ideología.

          Porque cuando la ideología choca con la realidad, es decir cuando ésta la deja en cueros, suele reaccionar mal, bastante mal.

          Y como eso deja mal al ideólogo…pues las redes arden.

          Esto también funciona cuando un ideólogo no se ampara bajo el anonimato.

          El anonimato no es bueno ni malo, depende de para qué se utilice.

          Contra el poderoso?? Quizás se entienda como autodefensa.

          Pero contra un oponente superior?? Eso ya no.

          La opinión pública es un campo de batalla dialéctico.

          No es real describirlo como un voluntariado social, a lo sumo raramente, las más, un campo de batalla.

          Que esto es lamentable??

          Pues posiblemente, pero la tecnología habrá avanzado mucho…pero la naturaleza humana no.

          Buscamos el dominio sobre el otro…

          Y raramente la búsqueda común de la verdad, es decir del alma de la realidad.

  2. Le agradezco que al menos su comentario sea correcto. Y no hay paladines que valgan. Efectivamente no hay anonimato puro en la red aunque tenga su intringulis, de ahí que me parezca una contradicción su valoración de las opiniones a cara descubierta o no. Por qué encubrirse entonces? Los que opinamos identificados podemos meter la gamba y de hecho lo hacemos, pero si usted estuviera en esta parte del diario se asombraría de la escoria que se recibe. Son precisamente quienes no opinan, degradan e insultan los más entusiastas de ese anonimato. Y hay que acabar con esto, aunque en contrapartida tengamos menos lectores y menos opinadores con fundamento. Lo que sobra es lo otro, lo insoportable. Así de simple. Quien quiera peces que se moje las témporas. Buen día.

    • En mi caso, mi anonimato aquí viene de hace unos 10-12 años, cuando empecé a comentar con mi nombre real y recibí amenazas personales por mis opiniones.
      Estuve con mal cuerpo varias semanas.
      Supongo que este anonimato es una buena manera de protegernos con un primer filtro.
      Entiendo que los administradores puedan obtener mis datos de mi ip, lo acepto, porque confío en este medio y valoro donde comento, pero no es lo mismo dar esa visibilidad a cualquiera.

      • En ese caso, usted se debería haber puesto en contacto con el medio y dar nombres y apellidos de sus acosadores. Los hubiéramos publicado. Pero para opinar hay que mirar todas las puertas y tener valentía para enfrentarse al acosador. Se trata de limpiar un poco esto de mugre. Que la critica es sana por dura que sea, estamos cansados de decirlo. Si este medio supiera de represalias contra un ciudadano que por criticar o comentar recibe amenazas no tardaríamos un segundo en publicarlo, una vez confirmada la denuncia. No le quepa duda.

  3. Bueno, don Manuel, no se ponga usted así. Fuera bromas, yo haré propósito de enmienda en lo malo que yo haga. Aunque, creo que el problema no es el anonimato. O no es sólo el anonimato. Cierto es que a veces perdemos las formas.

    Saludos.

  4. Un excelente artículo, que nos invita a todos a reflexionar sobre el comportamiento en los foros de opinión, blogs y redes sociales.

    Mis felicitaciones al autor.

    Un saludos a todos!

  5. Buen artículo Manolo y la cita a Paulo Coelho, muy venida a cuento para gente que utiliza lo primero que se le viene a la cabeza con la autoría ficticia de quien le viene en gana en cada momento…y ¡Paulo es muy recurrente!
    No estoy en contra de los anónimos siempre que se respete a quien se critica, con educación.

      • Pero vamos ver, tan anonimo es firmar «jose»(que es mi nombre) como con manuel v. O angel manuel, no somos los unicos con ese nombre. Pero los insultos y difamaciones hasta hoy, de estos tres «anonimos», solos los he leido de uno de ellos.

        • Como un puñado de otros entre los que no entráis tú ni los que pretendeis que todas las opiniones valgan lo mismo porque creáis ser tan honestos como esos otros…desde el anonimato utilizado para injuriar o calumniar.

  6. Pero si es más sencillo.

    No hay capacidad para moderar los comentarios. Es como una hidra.

    Pero las herramientas legales siguen vigentes y a disposición de quien realmente quiera usarlas. Me refiero a las injurias y calumnias.

    Contra el matonismo de patio de colegio, para los trolletes y los faltones, menos autoimportancia y más sentido del humor.

    Hay quien se ha sentido libre para insultar. ¿Por qué será? Eso, es responsabilidad de este medio.

  7. La gente tiene derecho a navegar de forma anónima por Internet si no comete delito y lo hace de forma positiva. Es una estrategia casi tan antigua como la Literatura…..

    • Carlitos tú no eres gente…

      Eres el PSOE.

      Un profesional de la propaganda periodística a sueldo del partido.

      Llamemos a las cosas por su nombre.

      Hacer propaganda no es lo mismo que emitir opiniones.

    • Estoy de acuerdo contigo, el anonimato mientras no sea insultante o injuriante y sea correcto, no tiene porque ser «pecado».
      Lo de Angel Manuel del «nombre» es por dar un toque de humor al tema de los nombres copiados…
      El auténtico Angel Manuel no me molesta excepto en que se repite mucho con ciertos temas y siempre le gusta quedarse por encima del «contrincante».
      ¡Un saludo Angel Manuel, auténtico, y buen día!

      • Buen día.

        Siento no agradarte en lo que has dicho…pero es que no nací para hacerlo.

        Subrayar esta evidencia no significa que quiera quedarme encima tuyo.

        Es que la realidad es así…en mi caso y en el del que tengas al lado.

  8. Querido Manuel! Siempre tan correcto y, por supuesto, bien narrado! Estoy muy d acuerdo contigo! Y no voy a hablar d los q no se identifican! Ellos sabrán! Pero el asunto del insulto, q, tan bien expones, como nueva sociología, d las redes,no es baladí! Ya, desde hace tiempo, me he retirado en gran medida del debate, porque al final salen palabros y más bien poco d generar nuevas y entretenidas discusiones, o discursiones! Al final, quien mete la peor, o más fea, d sus hirientes intenciones, parece querer ganar la partida! Sea lo q fuere, y sin profundizar más, me parece oportuno tu artículo! Un abrazo!

  9. Enhorabuena Manuel Valero, tocayo, como siempre dando con la bala en el objetivo concreto, apuntando y ¡zas! llega el blanco.
    Siempre ejerciendo tu maestría, pero el mundo actual es un entramado de redes desde arpanet o mucho antes en el que ya parece valer casi de todo y, más aún, si nos ocultamos bajo máscaras que no muestran ni la persona ni la personalidad de uno como interlocutor válido.
    Un saludo

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