La cultura “progre” y la contracultura

Hay veces en que definir alguna cosa no resulta fácil; sin embargo,incapaces de definirlo, al ser comparada con lo contrario, es cuando se hace más palpable lo que ya era obvio. O dicho de otro modo, las cosas se echan de menos cuando no están presentes. Y tengo que reconocer que me encanta que Vox hable de la cultura progre; a ver si así logramos prestar atención al valor obvio de la realidad, y a lo que la cultura aporta a la sociedad.

Una vez más, es preciso centrar la cuestión: ¿Qué es la cultura? La cultura es todo, lo tangible y lo intangible, lo grande y lo pequeño, lo racional y lo irracional … así de simple, así de complejo. Por tanto, no cabe simplificar el concepto, pero habrá que intentarlo como punto de partida. Podríamos entenderla como un conjunto de preceptos (más o menos aceptados) que definen a una sociedad y a su tiempo, sea cual sea el tipo de comportamiento o manifestación.

Otra cosa sea la amplitud del conocimiento del entorno y el nivel de reflexión posterior que proporciona dicho conocimiento:conciencia y conocimiento de la realidad, de sus antecedentes, de su evolución, de su contribución al progreso (léase evolución). Por eso decimos que son “cultas” las personas con conocimiento amplio sobre las cosas. En conclusión: la cultura no es una materia vetada a la gente insuficientemente “culta”. Pero habrá que admitir que el progreso (propio o colectivo) guarda estrecha relación con la adquisición de conocimiento. Por eso, tiene una traducción productiva. Por eso, las clases pudientes de otros tiempos cultivaba la lectura, o acudía a conciertos de música clásica. Por eso, es preciso que el conocimiento y al arte sea accesible para todos; y por eso a partir de los años ochenta se hicieron muchos esfuerzos económicos para llevar la cultura a todas partes. Que aquella gestión sea o fuese la correcta, es otro cantar, para el que no cabe suficiente espacio en estas líneas. Aunque permítaseme una última digresión: la banalización y el deterioro de la cultura (y de las condiciones de los actores culturales), confundir ocio con cultura,tiene – en mi opinión – mucho que ver con el estado actual, en general insatisfactorio, de las cosas.

A partir de aquí, es lógico que haya diversas lecturas de la realidad, como diversa es la gente. Éste, y no otro, es el kilómetro cero de la interpretación de los tiempos que corren: Ya no hay una vía. Ni dos. Ni tres. La diversidad no es una cuestión irrelevante o circunstancial, sino todo lo contrario, es lo que define la cultura de nuestra sociedad en este tiempo.

Ante esta situación, caben dos opciones (como siempre): aceptar la diversidad o resistirse a aceptarla. Aceptar la realidad, no significa renunciar a la identidad propia, sino que implica (automáticamente) el respeto por el prójimo, incluso por el que no piensa como uno mismo – ¡el nivel de respeto que ejercemos, es el que merecemos!El respeto es un valor, cultural; perfectamente compatible con el desacuerdo –más aún, el respeto por el desacuerdo es una condición sine qua non para que el respeto sea real, veraz. Pero el valor de la identidad reside en el poso racional que contenga: no es posible que la irracionalidad prevalezca sobre el pensamiento. El pensamiento permite el debate entre diversos; la irracionalidad, no. La irracionalidad son los gustos propios, y éstos no pueden imponerse, porque están en el terreno íntimo del individuo, de la persona.

Cuando las manifestaciones de diversidad cultural son aceptadas, la convivencia es pacífica. Por el contrario, cuando la diversidad no es aceptada, las corrientes alternativas se definen (o autodefinen) como “contracultura”. La Contracultura (como su propio nombre indica) nace precisamente como un modelo de alternativa, o contestación, a la “corriente cultural oficial” que se expresa de manera explícita o implícita. Y nace la contracultura – y tiene su auge, precisamente – en tiempos de la Guerra fría. Afortunadamente, aquellos tiempos (el de las dos vías) están superados; lo cual no significa que ahora no haya una profunda inquietud en general, recrudecida por la aparición de comportamientos desafiantes de distinta procedencia. El hecho de dar cabida a todas las propuestas, de forma pacífica, expresa en sí mismo una forma de cultura. La única limitación, ha de ser la garantía de respeto, tanto a uno mismo como al que no piensa igual, y eso está garantizado.Por ley. Por tanto, la garantía de la libertad de expresión – así como la accesibilidad a sus formas de expresión – es en última instancia lo que permite la coexistencia pacífica en la sociedad.

Por tanto, es completamente falso afirmar que en la sociedad española hay un modelo cultural impuesto. En un país cuyo calendario festivo se rige principalmente por el calendario religioso, donde proyectan en las televisiones públicas películas españolas de los tiempos en que vivía Franco, donde la gente come o caza porque entiende ambas actividades como manifestaciones culturales,donde las subvenciones culturales se otorgan en convocatorias públicas atendiendo a baremos, donde la gente paga por la cultura que escoge,donde no persigue a nadie por sus ideas … no se puede decir que haya una dictadura cultural. Es más, muchas de estas manifestaciones culturales disponen de más medios para tener presencia que otras alternativas que podríamos calificar como “progres”.

Por el contrario, quien entiende la diversidad como amenaza, responde lógicamente como los seres vivos amenazados: atacando; solo que en este caso, quien ataca, cree que contraataca en legítima defensa.Y eso es otra falsedad, porque no se puede entender la simple discrepancia como un ataque, cuando sea una forma de libertad de expresión. Otra cosa sería impedir o cerrar espacios o vías de expresión, sin más motivo que la mera discrepancia.

En materia de cultura, puede haber involución, pero no retorno al pasado, sencillamente porque no es posible, todo suma. Y para que sume, ha de haber espacio para argumentar.No cabe la indecente manipulación de los hechos, sea en España o en Cataluña. Y luego, cada uno en su espacio propio de libertad, que decida lo que más le gusta o más le convenga.

Pares y nones
Antonio Fernández Reymonde

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27 COMENTARIOS

  1. Comparto el último párrafo, sin embargo no estoy de acuerdo en gran parte del resto porque tengo otro punto de vista que argumento.

    Existe un problema de definición de lo que es cultura. Algunos intelectuales (Gustavo Bueno) afirman que lo que entendemos por cultura es una falacia porque forma parte del mito, es decir, por aquello que es mera interpretación de la realidad pero no realidad.

    Pero aceptemos que cultura es lo que dices.

    En ella se dan muchas manifestaciones, opuestas y no opuestas.

    Sobre las opuestas se corresponden fundamentalmente con la adhesión a una cosmovisión o antrapología distinta a otras significativas.

    JULIO ANGUITA definía al progre:

    La palabra progresismo tiene una raíz en el XIX, son los que se enfrentan a la carcunda de Fernando VII. Era meliorativa. Hoy la palabra progresista tiene un barniz de izquierdas, pero en el fondo habla de alguien que es profundamente conservador de su estatus. El progre es un esnob, un tipo de izquierda en los salones, pero que no quiere darse cuenta de que la vida es muy dura. La progresía es algo perjudicial para un movimiento de cambio.

    https://www.elmundo.es/cultura/2016/08/29/57c31c0ce5fdea112f8b4580.html

    Pues aterricemos, PROGRE TIENE UNA CONNOTACIÓN POLÍTICA.

    Y como tal, es un instrumento de INGENIERÍA SOCIAL.

    GRAMSCI, el teórico marxista italiano concebía la lucha revolucionaria como una apropiación del monopolio de la cultura.

    “La conquista del poder cultural es previa a la del poder político y esto se logra mediante la acción concertada de los intelectuales llamados ‘orgánicos’ infiltrados en todos los medios de comunicación, expresión y universitarios”.

    PUES BIEN, la izquierda utiliza la cultura y su apropiación como arma revolucionaria de toma del poder político.

    TODOS LOS NEO MARXISMOS: Feminismo, homo-sexualismo, animalismo, ecologismo, y esa gran amalgama de COLECTIVISMOS, incluido el nacionalismo de corte marxista.

    Forman corrientes culturales marxistas cuyas TESIS SE ESTÁN HACIENDO PREVALECER POR LA VÍA DE LA LEGISLACIÓN.

    Y ESE ES EL CONFLICTO.

    Que la dialéctica de la confrontación marxista entre hombres y mujeres, humanos y medio ambiente, personas de distinto sexo, e incluso entre especies está configurándose como CULTURA OFICIAL, LEGAL Y EXCLUYENTE.

    EXISTE VETO Y CENSURA (por eso el odio al discrepante, que también es muy marxista), a quien rompa con el monopolio de la interpretación de la realidad.

    Y está ese asfixiante, LAS IDEOLOGÍAS PIENSAN POR EL PUEBLO PERO NO DEJAN PENSAR AL PUEBLO.

    De tal forma que lo que parece formar parte de la realidad (y que haya marxistas es tolerable) es inadmisible cuando pretende con el BOE y el bombardeo mediático hacerse instrumento revolucionario como medio de tomar el poder político.

    ANTONIO, CÍTEME QUE PLURALIDAD DE OPINIÓN O MANIFESTACIONES DISTINTAS DE CULTURA SE TOLERAN EN PAISES MARXISTAS.

    PUES VAMOS CAMINO DE ELLO.

    Y VOX…

    Simplemente dice y denuncia lo que millones de españoles pensamos.

    Y tenemos derecho a expresarlo con la misma contundencia con que se nos pretende imponer otra cosmovisión u antropología.

    NO SOMOS MARXISTAS.

    • Yo tampoco soy marxista, ni seguidor de Julio Anguita. En realidad, creo que el marxismo está prácticamente extinguido. Pero creo que cabe interpretar que del mismo modo que Vox no es fascista, los movimientos sociales a los que aludes tampoco son marxistas, ni la progresía es marxista.

      Efectivamente, la cultura cabe ser interpretada en términos de mito, incluso la propia interpretación de la historia. Por ejemplo, cuando se hurta la posibilidad de debatir sobre la historia, es más fácil caer en el mito. Ésta es la posición falaz de los independentistas, pero también de quienes reniegan de que Franco fue un dictador fascista (como argumenta la escuela de Gustavo Bueno, por cierto) o del cambio climático.

      • Antonio, la cultura engloba la Historia.

        Y cuando se conoce la Historia se identifican perfectamente las causas de los conflictos.

        En el siglo XXI no vamos a contribuir a la Historia con muchas novedades que no sean las estrictamente tecnológicas.

        La naturaleza humana tiene a querer imponerse a los semejantes, y el marxismo es un método vigente.

        No he dicho que seas marxista, pero confundes la realidad con tu idealismo.

        Y eso no es.

        He argumentado.

        • Franco fue fascista hasta que el Eje perdió la guerra, nacionalcatolico hasta que Pablo VI le amenazó con la excomunión por el caso Añoveros y llegó el Concilio Vaticano II y siempre fue un autócrata autoritario que primero pensó en él y luego en él a cualquier precio, incluso fusilando.

        • RESUMIENDO: Para ángel Manuel la cultura es cosa del rojerio, por lo tanto la cultura es caca.

          Ya sabéis, niños: prohibido acercarse a la cultura.

        • Resumiendo:

          No vamos a dejaros que definais lo qué es o no cultura.

          Eso solo lo hacen los comunistas y los fascistas.

          Además confundís cultura con propaganda.

          Y eso es para borricos.

  2. Mucho más sencilla y comprensible es esta definición de Martha Hildebrandt Pérez-Treviño, lingüista y política peruana. Congresista de la República desde 1995 hasta 2011, fue la segunda mujer que alcanzó la presidencia del Congreso
    Progresista:
    Fracasado que gusta culpar de sus miserias al “sistema “ y procura que los demás reconozcan sus méritos como “luchador social”, que, en el fondo, consiste en que unos vivan a expensas de los demás, utilizando al Estado como cómplice. Se les puede ver predicando su ideología en ONGs y organismos públicos, nacionales e internacionales, donde solucionan todos sus problemas desde sus escritorios con magníficos artículos llenos de palabritas como “articular”, “visibilizar”, “empoderar”, “desigualdad”… y destrozan el lenguaje con modismos sexistas como “ciudadanos y ciudadanas”. Son argolleros y gustan de hacerse pasar por intelectuales. Se les conoce también como “parásitos sociales”.

  3. Antonio, ojalá y pudiésemos ver por una ventanita si la cultura española, famosa en todos los ámbitos intelectuales del mundo, estuviera en manos de la derecha desde 1978. Lo que daría por poder verlo…pero no sufrirlo.

    Lamentablemente, la cultura española estuvo en el exilio demasiados años y, por suerte, desde la llegada de la democracia, ha sido libre para poder desarrollar cine, literatura, teatro, música, pintura sin ningún tipo de trabas.

    Además, se habla desde la ultraderecha siempre de cultura subvencionada, como si fuese algo malo. Me pregunto, qué sería de la cultura en cualquier sitio, si no tuviera la ayuda de un estado que cree en la formación de sus ciudadanos…

    Cuántos libros se habrán leído en su vida los líderes ultraderechistas, cuántas obras de teatro, conciertos o exposiciones habrán visitado. Entiendo que absolutamente nada que no sea del XIX, porque desde entonces toda la cultura está subvencionada.

    Ahora muchos se apuntan a García Lorca, sin ni siquiera saber, que también estaba subvencionado por la República. O acaso no se acuerdan de La Barraca.

    La cultura siempre supone romper y avanzar. Si no se es progresista, poco se puede hacen en cultura vanguardista. Esa que luego, al cabo de los años se conserva en museos, hemerotecas, biblotecas, videotecas etc etc.

    Personalmente me siento muy orgulloso de ser progresista y de tener aún interés por las cosas nuevas que hace la gente en el ámbito cultural. Y aprovecho para recordar al Teatro de la Sensación. Una rara avis en Ciudad Real.

    Estoy contigo de acuerdo en lo absurdo que es decir en el SXXI que la cultura sea marxista solo por el hecho de ser vanguardista o estar hecha por artistas, escritores o compositores con ideología progresista. La suerte es que la gente de bien y progresistas ya no estamos a eso. Lo dejamos para los que aún viven de las rentas.

    • Tú encajas a la perfección en la definición de progre de Julio Anguita.

      Y muchos como tú.

      JULIO ANGUITA definía al progre:

      La palabra progresismo tiene una raíz en el XIX, son los que se enfrentan a la carcunda de Fernando VII. Era meliorativa. Hoy la palabra progresista tiene un barniz de izquierdas, pero en el fondo habla de alguien que es profundamente conservador de su estatus. El progre es un esnob, un tipo de izquierda en los salones, pero que no quiere darse cuenta de que la vida es muy dura. La progresía es algo perjudicial para un movimiento de cambio.

      https://www.elmundo.es/cultura/2016/08/29/57c31c0ce5fdea112f8b4580.html

      O sea pura liquidez y estupidez.

  4. Antonio, con tu permiso. Que hoy Margarit se lo merece y hasta el más simple lo puede entender:

    IDENTITAT

    Què fer de les paraules al final?
    Si vull trobar què sóc no puc buscar
    més que en dos llocs: la infància i ara que sóc vell.
    És on la meva nit és neta i freda
    com els principis lògics. La resta de la vida
    és la confusió de tot el que no he entès,
    els tediosos dubtes sexuals,
    els inútils llampecs d’intel·ligència.
    Convisc amb la tristesa i la felicitat,
    veïnes implacables. Ja s’acosta
    la meva veritat, duríssima i senzilla.
    Com els trens que a la infància,
    jugant en les andanes, em passaven a frec.

    • El catalán es un idioma español, como el castellano, pero el castellano se habla en toda España es vehicular y lo hablan más de 500 millones de personas en el mundo.

      Lo que no se puede hacer con los idiomas, como con la Historia o con la educación es política, eso es fascista y comunista.

    • Monopolio de la educación.

      Monopolio de la cultura.

      Monopolio de la interpretación de la realidad.

      Monopolio en el poder.

      Monopolio en la idiotez.

      • Lo que le fastidia de VOX…

        Es que a ellos no les pueden tomar el pelo como al PP o Ciudadanos.

        Y les cuentan las verdades del barquero a estos cínicos y sinvergüenzas que van de lo que no son.

      • Una anomalía democrática que persiste en el FRAUDE ELECTORAL.

        Millones de españoles han flipado viendo el abrazo de Vergara entre Sánchez e Iglesias… enemigos acérrimos en los meses anteriores…

        Y votando en consecuencia ante lo que veían y escuchaban.

        Y nos ha costado muchos millones de euros!!!!

        El PSOE es un FRAUDE… moral, democrático, electoral y constitucional.

    • La de la caverna ya te digo yo que sí. Esos si que son «contracultura». Pero de la cutre.

      Aún a riesgo de equivocarme, creo que en los medios hay dos partes muy diferentes: una informativa y otra de opinión. Cuando ciertos medios no diferencian y ponen a telepredicadores incendiarios al frente, se destruye el trabajo de los medios y quien escucha, lo que escucha, ve o lee es el «relato», tan de moda con chusma como Losantos o Herrera, dos obsesos enfermizos que deben tener cianuro en las venas y en la lengua…

      Quizá tengamos que decir que el «relato» forma parte de la «cultura fascista». Y así tenemos la contraposición a la «cultura marxista» que tanto preocupa a los ultraderechistas analfabetos.

  5. UN JOVEN SE QUEDA TUERTO TRAS RECIBIR UNA PALIZA POR LLEVAR UN CHALECO CON LA BANDERA DE ESPAÑA.

    https://www.google.com/amp/s/amp.antena3.com/noticias/sociedad/un-joven-se-queda-tuerto-despues-de-recibir-una-paliza-de-un-grupo-de-antisistemas-en-zaragoza_201911135dcc05170cf235944929284c.html

    NO ES RELATO, SON LOS HECHOS, ES LA REALIDAD.

    EL FASCISMO OCULTA LA REALIDAD.

    EL FASCISMO BLANQUEA LA VIOLENCIA POLÍTICA.

    Hobbit-o es un fascista de tomo y lomo.

    Publicado por Hobbes el 25 de enero de 2017:

    «Me dejas más tranquilo, al menos ya no te ponen un coche bomba o te vuelan la cabeza…como antes. Habéis avanzado en esta materia. Ahora solo te cae una manta de hostias. Glups.

    Llévate una temporada a la mamarracha fascistilla de Angelmanuel, que es muy valiente escondido en su despacho de Hacienda…que vaya a soltar sus soflamas ultraderechistas al centro de Bilbao. Aunque lo mismo lo confunden con una mierda de perro y te multan…o te hostian.

    Yo qué sé.»

    BLANQUEA LA VIOLENCIA POLÍTICA.

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