Análisis a posteriori del inicio de la pandemia (I): Sin tests

En la página web de Civio, aparece publicado un artículo de Angela Bernardo (consultando a especialistas a nivel nacional) sobre el historial de los protocolos del Ministerio de Sanidad, y la falta de tests y medios humanos para combatir el coronavirus en España – algo que resulta imposible obtener de la noche a la mañana, porque requieren una inversión sostenida por parte de las administraciones públicas, cuando lo que ha sucedido es lo contrario, la disminución (más o menos de conformidad) de los presupuestos en Sanidad en las CC.AA.

El 24 de enero, cuatro días después de que China confirmase que el virus SARS-CoV-2 se podía transmitir entre personas, el Ministerio de Sanidad estableció que solo se analizara (con una sola prueba) a aquellos individuos con síntomas y que hubieran mantenido un contacto estrecho con un caso positivo o que hubiesen viajado a Wuhan (China) en los catorce días previos. Poco después, el 6 de febrero, se amplió el radio de búsqueda a toda China, donde ya empezaba el confinamiento.

A finales de enero, cuando la OMS declaró la emergencia sanitaria internacional, el Ministerio de Sanidad decidió entonces cambiar de criterio, y dio luz verde a que las autonomías pudieran diagnosticar la infección. Solo podían descartarse los casos negativos.Los que hubieran sido positivos o dudosos(mediante 2 pruebas) debían enviarse al CNM para que realizase la confirmación,porque en un primer momento la metodología no estaba puesta a punto en la mayoría de los hospitales y los kits comerciales eran escasos y no bien conocidos. El número de especialistas del Centro Nacional de Microbiología (CNM) – encargados hasta entonces de analizar y diagnosticar todas las muestras de coronavirus que llegasen de todo el país –pasó de 7 a 60.Los medios en la ciencia española son escasos: la cifra de 60 especialistas en el CNM tan solo duplica el número de profesionales que trabajan en la actualidad en el Hospital de Oviedo para detectar la infección(28).Los tests siguen siendo la mejor herramienta disponible para detectar a las personas que tienen el virus en ese momento en sus células, pero no para identificar a aquellos que ya han pasado la infección, para los que se requieren otro tipo de pruebas. Además, cualquier investigador que haga la prueba PCR no puede hacer diagnóstico, porque no solo se necesita hacer el análisis, sino también gestionar bien la muestra y validar clínicamente los resultados. Tan problemático puede ser no hacer pruebas como hacerlas ofreciendo conclusiones erróneas. Se necesitan también laboratorios que cumplan condiciones de seguridad biológica, ya que el virus es “muy contagioso”.

Durante semanas, el virus parecía estar demasiado lejos.La falta de reacción occidental se puede explicar en parte por lo ocurrido con los anteriores coronavirus, el del primer SARS y el del MERS, cuyo impacto había sido más localizado. Otro factor fue la experiencia de la gripe A, cuando se criticó la sobrerreacción de Sanidad por la compra masiva de vacunas y antivirales contra una enfermedad que, al final, tuvo mucho menos impacto en nuestro país. Esa confianza explica también que no se hicieran muchas más pruebas.

A finales de febrero se encendieron todas las alarmas. El virus ya no estaba tan lejos: de los 483 casos confirmados en Europa, 400 habían sido detectados en Italia, la mayoría en el norte.Hasta entonces asumíamos que el coronavirus solo podía venir de fuera, pero Italia y España tienen tal nivel de interacción que era imposible que no tuviéramos montones de casos ya metidos dentro. Los criterios para hacer pruebas permitían detectar a las personas con síntomas, pero no a aquellos que no los tuvieran o que padecieran signos leves, que era por donde se estaba colando todo el mundo, algo que en ese momento no se sabía.

El protocolo del 27 de febrero incrementó todavía más la detección hacia las áreas con “evidencia de transmisión comunitaria”, donde no resulta factible relacionar el contagio de nuevas personas con casos previamente conocidos. Se necesitaban al menos tres pruebas para los positivos hospitalizados (la de diagnóstico y dos para dar el alta) mientras que en los casos domiciliarios eran dos (para detectarlos y para considerarlos curados). Además, el plan pedía investigara pacientes hospitalizados o fallecidos, que, por ejemplo, tuvieran neumonía de origen desconocido, algo que no se había hecho hasta entonces. Así fue como a finales de febrero se confirmó que el primer fallecido con coronavirus había muerto el 13 de febrero[una persona que viajó a Nepal].Para entonces, nuestro país había investigado un total de 276 casos, de los que 31 eran positivos.

Desde principios de febrero,Sanidad “recomendaba” que cada autonomía dispusiera al menos de un laboratorio con capacidad diagnóstica. Pero al principio los medios autonómicos también eran muy escasos: 2 hospitales en Zaragoza; 1 en Sevilla y 1 en Granada; 4 en Madrid; 4 en Castilla y León; 1 en Mallorca; 1 en Canarias; 1 en Cáceres[no se cita a Castilla-La Mancha]. Entre marzo y abril, cada autonomía ha intentado multiplicar su capacidad de detección del coronavirus: Madrid cuenta ahora con 12 laboratorios; Andalucía, con 14. En Cataluña y País Vasco, también se ve que el número de pruebas se disparó a partir de marzo.La Rioja, Cantabria y Asturias son las que más pruebas por millón de habitantes habían hecho a finales de marzo – La Rioja era la comunidad que tenía más incidencia acumulada de casos por cada 100.000 habitantes (9,15), muy por delante de Madrid (2,06) y el País Vasco (2,04), en parte debido al primer gran foco de coronavirus en España, localizado en el municipio de Haro y a que La Rioja es una comunidad uniprovincial con pocos habitantes y relativamente rica.

A comienzos de marzo, los hospitales madrileños dejaron de enviar muestras al CNM para que las confirmase. El 3 de marzo, la Comunidad de Madrid notificó 49 infectados; el 9 de marzo, esta cifra alcanzaba los 469 afectados. Pero estos datos no ofrecían una imagen a tiempo real debido a los días que tardan en aparecer los síntomas y al tiempo necesario para obtener los resultados de las pruebas.

Así se mantuvo el protocolo hasta el 11 de marzo,el mismo día que la OMS declaró a la covid-19 como una pandemia, cuando se indicaron las pruebas para todas aquellas personas con síntomas que hubieran tenido contacto estrecho con un positivo o que hubiesen viajado o residido en áreas donde el virus ya circulaba sin control, como la Comunidad de Madrid y el País Vasco. El 15 de marzo, Sanidad ya admitió el escenario de “transmisión comunitaria sostenida” en toda España. A partir de entonces, la prueba “solo” se indica en hospitalizados, personal sanitario y trabajadores de servicios esenciales.

Si la falta de transparencia[en los datos suministrados por las CC.AA.] sobre el total de pruebas realizadas es muy preocupante, la opacidades aún mayor en el númerototal de personas que se han sometido al análisis. Hasta la fecha, a nivel regional, La Rioja, Madrid, Galicia, Cantabria, Canarias y País Vasco son las seis únicas autonomías que han hecho público el número de personas que se han sometido a test de PCR. En términos relativos, la comunidad riojana vuelve a liderar la corta clasificación al haber analizado a 14.000 personas por millón de habitantes.

En la actualidad, además, existen dificultades para obtener los productos para hacer las pruebas. El mayor problemaestá en los reactivos para el proceso de extracción de material genético de la muestra, fundamental para detectar el virus. Los laboratorios de países de todo el mundo(entre ellos España) se enfrentan al desabastecimiento, porque está habiendo una “demanda masiva. España está intentando sortear esta dificultad apoyándose en empresas biotecnológicas nacionales, intentando extraer el ARN del virus de forma automatizada y probando nuevos protocolos.


Pares y nones
Antonio Fernández Reymonde

Puedes leer la segunda parte de este artículo aquí.

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2 COMENTARIOS

  1. Debemos aprender de todo esto y recordar que nuestra mejor arma para vencer al ‘coronavirus’ es el mejor conocimiento científico y la opinión de quienes de verdad lo poseen. Ellos han de ser nuestra principal guía…..

  2. Me gustaría saber qué están haciendo ahora mismo al respecto los Centros de Transferencia de la I+D de todas las Universidades españolas a este respecto, ya que tenemos suficientes facultades de Química y Medicina para poner en marcha la maquinaria.

    Lo hago a modo de solicitud, ya que no sé cuál es el nivel de implicación en este caso. Pero creo que conocimiento no nos falta, no tampoco industria que lo pueda hacer.

    Cómo siempre, lo que nos sobra son capitanes a posteriori y maestros liendres.

    Creo que ahí Duque y Castells tienen un papel importante.

    Y mi agradecimiento a todas las facultades de Química de España que están ayudando a los hospitales a hacer las pruebas de coronavirus.

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