Necesitamos un cambio de paradigma (3): Una nueva autarquía

Hace algunas semanas preguntaban a John de Zulueta, Presidente del Círculo de Empresarios (“centro de pensamiento y debate”, como ellos se definen) qué opinaba sobre la creación de nuevos impuestos a los grandes empresarios, para que el Estado pudiera hacer frente a la crisis económica derivada de la pandemia.

Su opinión es que la recaudación de impuestos debe provenir principalmente del I.V.A. y del I.R.P.F. Gracias, señor Zulueta, por reconocer que la salida de la anterior crisis económica se debe a los impuestos indirectos (al 21%) y a los asalariados, que por el camino recortaron poder adquisitivo y otros derechos laborales, sin recibir ayudas del Estado. Amén de los autónomos, que no mencionaba, que se quejan de una fiscalidad difícil de soportar – sobre todo en los inicios – y que hasta ahora no parece que la cosa haya cambiado, sea el gobierno de turno del color que sea.Esta vez, parece que los bancos pueden amortiguar la caída, y que habrá créditos. Cómo se concedan a los particulares o las empresas, ya dependerá de cada caso, obviamente. Aun así, no serán los bancos, sino el Estado, quien tenga que socorrer a muchos desempleados y muchos negocios. Podrá haber intervención de los poderes públicos – reales o fácticos – pero en definitiva, la “nueva economía” va a depender de nosotros mismos como pueblo, solidariamente. Lo lógico es que la próxima revisión salarial, asociada al I.P.C., sea negativa, y que esto cree conflictos. Por tanto, señor Zulueta, es preciso revisar las formas de ingresos para el Estado y buscar nuevas formas de impuestos directos, toda vez que la ayuda exterior (Unión Europea) se prevé insuficiente.

Se vislumbra el final de las restricciones, y añoramos la situación previa. Es lógico. Pero ni podemos ni deberíamos volver atrás, ni al punto anterior ni al más remoto.La decadencia del sistema productivo y empresarial español lleva en franca decadencia desde hace décadas. A mi modo de ver ha habido muchos responsables: la reconversión industrial de los años 80’ y la política agraria común de la Unión Europea; la forma en que se privatizaron empresas públicasen los 90’, como Repsol, Endesa o Argentaria [ahora se plantean en la UE la conveniencia de nacionalizarlas…]; pero también la venta de empresas españolas a multinacionales que las compraban y vendían, en sectores de alimentación, suministros, industrias, etc.; por último, la deslocalización – llamarle globalización, uniformar la dispersión, es comomiraren un catalejo por el lado contrario – para conseguir ahorrar costes de mano de obra, a la larga ha beneficiado a esos grupos empresariales (como Inditex), ha hecho de China la mayor factoría mundial y el mayor prestamista financiero del mundo, y ha debilitado nuestra economía nacional. Nuestra deuda externa, antes de la pandemia, ya era excesiva.En 2008,la debilidad del sistema bancario nacional e internacional, así como el “pinchazo” del modelo productivo basado en la construcción y la especulación inmobiliaria,nos dejaron muy maltrechos. Se abría una oportunidad de cambio para la economía, decían. Se habló con grandes palabras de potenciar la tecnología, la innovación, … pero lo que ocurrió mayormente es que la falta de oportunidades y la precariedad laboral obligó a muchos de nuestros titulados universitarios emigrasen, malviviesen aquí, o trabajasen en puestos de menor cualificación. Años de esfuerzo colectivo como país, y de inversiones en formación, para que el país quedase desvertebrado por la insuficiencia de apoyo gubernamental y empresarial al I+D+I. No es que no haya habido una evolución en este tiempo, pero está claro que no es suficiente.

Aunque es imposible generalizar y acertar (todo a la vez), la mano de obra y el coste de los locales son las partidas de mayor gasto para las empresas. Con esta crisis, se cierran también oficinas y se buscan espacios más económicos. Antes de la pandemia era desolador pasear por las calles de España y ver la cantidad de locales cerrados. En Ciudad Real, también es vox populi que el mercado está inflado desde hace décadas. Se traspasan locales para convertirlos en bazares chinos, en negocios de duración incierta o en bares; y de paso, cambiar la geografía urbana.Recuerdo de joven haber viajado a pueblos de la “España profunda”, donde aparte de algún que otro comercio, lo que había era bares. Muchos bares. Así que éste ha sido el cambio del modelo productivo en España tras la crisis de 2008:los bares y el turismo.

¿De verdad que es a esto a lo que queremos volver?No se debería volver al punto anterior, sería una mala copia de lo que tampoco era bueno. Es preciso cambiar de paradigma.

Hablar de economía es hablar de modo de vida, de todos y cada uno de nosotros, y en muchos casos de mera subsistencia. Las tensiones del mercado laboral proceden sobre todo del poder adquisitivo que nos pueda proporcionar una calidad de vida digna. En España, el presupuesto familiar medio en 2015 era de 10.950€ anuales, y se dedicaba el 31,79% del sueldo al capítulo de vivienda, el 15,06% al de alimentación, el 11,53% al de transporte, el 5,09 a ropa y calzado; el 9,30 a hostelería, el 5,81 a ocio. Me llama la atención la imagen de precariedad de los trabajadores de países asiáticos en industrias de capital europeo. Pero las imágenes que vienen de China muestran prosperidad, capacidad, incluso una contaminación atmosférica incontrolada. El modelo chino no puede consistir solamente en la conjugación del intervencionismo estatal con la economía de mercado. Aunque no hace falta ver cómo se las apañan en China: deberíamos recuperar el modelo de Estado social surgido en los países europeos de las cenizas de la II Guerra Mundial(que se abandonó con el Neoliberalismo) para que las necesidades familiares se vean cubiertas.Con la crisis de 2008, el coste de la vida en España se ha rebajado con respecto a los países de la Unión.Ahora tiene que fluir el dinero en la población, pero no mediante políticas de subsidio, sino revisando la legislación y el modelo económico para que repercuta de manera estable en la calidad de vida real de la población, no solo en datos macroeconómicos. De lo contrario, es de esperar que afloren las tensiones sociales.

Para salir cuanto antes de la recesión,va a ser necesario reactivar las exportaciones (el consumo exterior, para que haya demanda de productos españoles) y sobre todo el consumo interno. Generar riqueza e impuestos. Conviene revisar también nuestro modelo productivo y comercial, la economía nacional, poniendo en valor el mercado interior, y ver si somos capaces de revertir la balanza para que nuestra economía “abierta” no dependa tanto de las importaciones a otros países. Es preciso mejorar la economía “circular” que nos permita ahorra costes.Impulsar la economía “colaborativa” que favorezca el comercio local. Es decir, plantearnos todos, como sociedad, la necesidad de volver a un cierto grado de autarquía en la producción, comercio y consumo de productos nacionales, y favorecer los medios de venta directa, minimizando en lo posible la intervención de los especuladores intermediarios – sin que se entienda como un boicot, absurdo por otra parte. Todo esto es ya una realidad en una economía de mercado como la nuestra.También nos damos cuenta ahora de lo que ha supuesto desinvertir en sectores estratégicos y en determinados servicios, como en Sanidad o Dependencia. Para todo esto se requieren políticas, y para que se hagan efectivas, crear un entorno constructivo y dialogante; no crispado, desconfiado o intolerante; un diálogo que no anteponga intereses clientelares o electorales. Necesitamos que nuestros políticos cambien de actitud y se pongan a la altura de las circunstancias.

Pares y nones
Antonio Fernández Reymonde

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9 COMENTARIOS

  1. Pare, pare, pare. Mezcla demasiadas cosas para tratar de justificar una definición a bombo y platillo: «Es preciso un cambio de paradigma». Pues muy bien. Yo también lo creo. Pero, disculpe, se nota que este tema no es su especialidad, aunque está bien que haga manifiestas sus reflexiones.
    Le voy a decir qué creo yo que es un cambio de paradigma. Un cambio de modelo, o una modificación del modelo existente, reseteándolo, introduciendo las mejoras necesarias y cambiado los mecanismos que crean disfunciones. hasta ahí estaremos de acuerdo, supongo.
    Para ello, lo primero que hay que desterrar son los prejuicios. Noto un cierto desdén en su referencia a las opiniones del sr. de Zulueta. Espero equivocarme, porque el sr. de Zulueta representa a una organización empresarial, mientras que usted o yo, formamos parte de un colectivo heterogéneo, con intereses que podrían ser idénticos, pero representándonos a nosotros mismos.
    Al grano. Una de las claves del nuevo modelo en España (en otros países lo tienen superado) es la ortodoxia en la gestión. Tome como ejemplo la actual crisis sanitaria. Podrá discutirse por afinidad ideológica si la gestión es buena o mala, pero objetivamente ha sido ineficiente. El ministerio de sanidad al centralizar todas las actuaciones que desde hace décadas realizaban las comunidades autónomas se ha encontrado con la cruda realidad: no disponía de medios, ni conocimientos, ni de procedimientos habilitados para acudir al mercado de proveedores y un sinfín de cosas más.
    Piense ahora en la anterior crisis financiera. Al margen de que el detonante fue un mal funcionamiento de los mercados que se dejaron llevar por tentaciones autoreguladoras con la colaboración, desde luego, de los gobiernos que dejaron hacer dejando sin efecto las supervisiones técnicas y las regulaciones. Pero una vez metidos de lleno en la crisis se adoptaron dos políticas distintas. Expansivas en EEUU y de austeridad en Europa. Se dice que acertaron allí y nos equivocamos aquí. Y yo creo que si Europa, en esta ocasión, opta por el dinero a borbotones volvería a fracasar, porque se olvidarían de nuevo de la gestión. Otro ejemplo de lo nefasto que podría ser este abandono de la gestión: Si sale la norma del ingreso mínimo vital y no se regula hasta el último detalle el quién, cómo y cuánto tiempo lo recibe, será un caos. Y las secuelas de una crisis mal gestionada son muy duraderas.
    Aún no nos habíamos recuperado de los daños de la anterior crisis y el miedo se iba superando poco a poco. Ahora el miedo se ha extendido y de qué manera. Esto es muy negativo a corto y a medio plazo, por una razón muy sencilla: la certidumbre es fundamental para la inversión y si no se da, se puede producir incluso una desinversión. Del mismo modo que se produjo en el sector del ladrillo, se podría producir en el del turismo o el de automoción. Y eso no nos lo podemos permitir como país.
    Otro elemento del nuevo modelo, o paradigma como usted lo llama, debe ser la visión a largo plazo y la capacidad negociadora. Hay ahora, una parte del gobierno, la que representa Unidas Podemos, que hace una enmienda a la totalidad del modelo y eso es lo contrario a la capacidad de negociación. Es evidente para la mayoría que el Estado del bienestar
    se financia con impuestos del sector privado. La inversión productiva se realiza en el ámbito privado. El sector público que en España en la situación actual puede llegar a representar el 50% del PIB tiene una función básica que lograr una redistribución justa de la riqueza con servicios amplios a la población, básicamente educación, sanidad y prestaciones sociales(pensiones). Pero el gasto público debe destinarse también a la inversión: investigación, tecnología, transporta, etc, etc, y las partidas para estos fines son insuficientes- Reducir el tamaño de la administración pública y reducir el gasto en políticos y asesores puede parecer un mantra pero es importante. En los departamentos públicos más técnicos para asesorar a los políticos. No más asesores de partido para meter a los técnicos en cintura, como ocurre ahora y de forma claramente nefasta.
    No quier hacer un contra-artículo, perdóneme. Escribo a vuelapluma y resumo:
    El nuevo modelo debe basarse la gestión eficiente, evitar la corrupción en el sector público (gastos clientelares, información privilegiada, etc.), certidumbre para los empresarios, pieza clave del bienestar de un sociedad por su carácter emprendedor tan necesario, redistribución de la renta como elemeto de justicia y no de venganza de clases (como pretenden en Unidas Podemos), Imposición justa y evitar el Estado beneficencia que no estimula la economía. Actuar siempre con rigor y evitar los prejuicios. Esto último creo que lo hace con mejor criterio el sr. de Zulueta que mucho izquierdista de salón que no conocen la economía real y hacen conjeturas y castillos en el aire.

    • Señor bombo y platillo, melómano como yo, no me molesta su artículo, ni por su extensión ni por su contenido. Al contrario, agradezco que tras un artículo se pueda abrir un hilo de debate sin crispación.

      Una vez hecha esta aclaración, por deferencia, me parece que en general compartimos algunos puntos de vista, sobre todo sobre la valoración de la historia de la gestión económica. Pero no es una cuestión de prejuicios, ni creo ser más prejuicioso que el señor Zulueta, a juzgar por sus propias declaraciones; como tampoco me parece que deba traer a colación más opiniones representativas de otros colectivos, ya que solo trataba de argumentar que, en contra de la opinión de Zulueta, sí es momento para revisar la contribución a las arcas del Estado por parte de la gente con más dinero. Tampoco me parece que usted no peque un poco de prejuicio contra Unidas Podemos, por las dudas que puedan generar sus palabras y sus programas; pero tampoco creo que haya que darle más peso a Unidas Podemos del que realmente tiene.

      Menciona que la economía no es mi especialidad. Es cierto. Tendría que investigar para poder rebatir la afirmación de que «el Estado del bienestar se financia con impuestos del sector privado», porque hasta donde yo sé, el peso del I.R.P.F. en los ingresos del Estado es bastante alto, mientras que las grandes fortunas (a través de fundaciones y otras argucias legales), o las multinacionales (que hacen aquí su negocio pero pagan sus impuestos en otros países) no contribuyen proporcionalmente a su riqueza.

      Tampoco creo que los problemas de la Administración vengan del personal. En la función pública hay de todo, gente vaga, y gente que trabaja hasta la extenuación: ordenanzas, administrativos, técnicos,… Lo que hay que adelgazar no son las plantillas, sino el diseño. No estaría mal que las competencias de las diputaciones pasaran a las CC.AA… pero eso requeriría una reforma constitucional, y nunca llega el momento ¿verdad? Eso sí que sería un ahorro (supongo, porque no soy economista). Eso, una regulación más eficiente sobre los asesores y sus sueldos, y una regulación más eficiente y equitativa de los sueldos de los cargos públicos en los ayuntamientos de toda España.

      Pero sobre todo, el artículo no pretende versar tanto sobre Economía, como sobre la actitud ciudadana, para que intentemos entre todos empujar con responsabilidad en favor del beneficio de la ciudadanía de la nación, antes que en el beneficio propio.

      • El Estado del bienestar es propio de una economía social de mercado a la europea. No hace falta investigar mucho, surge en los países del norte y centro de Europa a mediados de la década de los sesenta del siglo XX. Se caracteriza por ser una economía de mercado con correcciones desde el sector público. Con diálogo social en el marco macro (entre el Estado y los agentes sociales) y micro (entre el empresario y los sindicatos). En España, entonces, estábamos a por uvas (ni libertades, ni diálogo, ni normas, por ejemplo, sin un sistema fiscal moderno).
        El bienestar se financia con impuestos, no solo con el de sociedades, o los impuestos sobre el capital (que muchos desconocen), también con el IRPF, y los impuestos indirectos. El IRPF, por cierto, le recuerdo que lo recauda el empresario de sus asalariados mediante retención e ingreso directo en Hacienda. Sin empresa no hay IRPF que pagar, ni IVA, ni muchos otros impuestos que pagar. La clave de la riqueza está en el empleo que crea el sector privado. El creado por el sector público, como el suyo, el de los sanitarios, o la policía, tan activa estos días, también es fundamental, pero cuanto menor mejor, es decir, más eficiente, para así disponer de margen, llegado el caso, y no incurrir en excesos de déficit por gastos inútiles (no productivos), como fue el gasto de 8000 millones de Zapatero (pan para hoy, etc) y otros que derivados de esta crisis conoceremos quizás a posterioridad.
        Ahora vamos con los impuestos a los ricos. Lo de los ricos es relativo, porque para Pablo Iglesias (no creo que sea fijación, es simple observación), rico puede ser cualquiera, él mismo el primero. Una persona no puede ser rica si en una vida laboral como asalariado durante cuarenta años ha acumulado un millón de euros en patrimonio. Es algo muy común por la simple revalorización del valor catastral teniendo solo dos viviendas en una capital de provincia y en la costa. Él es muy joven y debe andar cerca con una única vivienda.
        Los ricos, ricos, tienen blindado su patrimonio al estar bien asesorados fiscalmente y haber movilidad de capitales a nivel internacional sin mucho control (es casi imposible a día de hoy). La economía global es lo que tiene. Y es que esa riqueza es financiera no se trata de bienes raíces que puedas perseguir.Un Ferrari, o un yate, es la mínima parte del patrimonio de un rico.
        Y las grandes empresas (pongamos del IBEX 35). tienen que competir en mercados exteriores con empresas de su tamaño y además buena parte de su facturación se produce fuera del territorio. ¿Cómo le vas a meter mano a Inditex? Están los puristas con que si explotan mano de obra infantil en la India o no sé donde (tocan de oído, tocan mal y además no sirve más que para escandalizar sin fundamento y no para recaudar). La negociación es necesaria y además se hace, afortunadamente, entre el ministerio y estas empresas que son muchas de ellas estandarte de un país moderno ¿se acuerda de la campaña de imagen de Repsol?
        La gestión de marca, la gestión de negocios por el sector privado no supone exención impositiva. Pero un Estado moderno (sus gobernantes) deben tener tacto con ellas porque representan la marca país en el exterior.
        Por ello, corramos el velo de los prejuicios y vayamos por la senda de lo posible mejorando lo que hay. Pablo Iglesias pretende (no lo creo, lo afirmo porque lo dice con descaro) un nuevo paradigma que es viejísimo: un Estado autárquico, basado en el autoritarismo y fuera de la realidad. Si siguen por esa senda, con ese tira y afloja, en las circunstancias actuales, donde vamos a necesitar ayuda externa y me temo que no será gratis, pues arrastrará al PSOE, que bien debería hacer dejándolo caer del gobierno (hacerle cambiar de opinión me temo que es imposible) y centrarse en recomponer la parte del viejo paradigma que no funcionaba.
        Perdón por los errores, porque escribo desde el móvil y no suelo revisar lo que escribo

        • De acuerdo. En todo.

          Si me lo permite, una aclaración (para evitar posibles suspicacias): al referirme en estos 3 artículos a un cambio de paradigma, no estoy parafraseando a Pablo Iglesias. No sé si coincido con él, o no, sino todo lo contrario: él por su senda y yo por la mía (vamos, que no le sigo la estela).

  2. No le corrijo ni un verbo, Antonio. Excelente análisis.

    El habitual mantra de los grandes empresarios es que la recaudación provenga principalmente de los impuestos indirectos. Que la carga impositiva recaiga siempre en los mismos desgraciados. La progresividad de los directos les perjudican a ellos, pobres adinerados.

  3. Hay varias cosas que permanecerán vigentes en la nueva realidad, herederas de la realidad antigua. Una de ellas es y será que el poder empresarial y financiero endosará la mayor carga impositiva a los más débiles. Otra, tan grave como la anterior, es la sospechosa y estrecha relación del poder político con la clase empresarial. Verbigratia: la relación de la «virgen de la pandemia», más conocida como Isabel Díaz Ayuso , con Quique Sarasola, progenie del fallecido Enrique Sarasola, amiguísimo este último de Felipe Gónzalez Márquez y muy vinculado a la cultura del pelotazo. Dios los cría y ellos se juntan.

    En otro nivel más doméstico hay otra cosa que tampoco cambia y es que sea usted, Antonio, el único que , en los últimos tiempos y en este digital, escriba textos verdaderamente interesantes y esclarecedores. Gracias.

  4. Menos mal que en esta crisis, la banca no necesita ser rescatada y dispone de suficiente liquidez. Esperemos que arrimen el hombro. Ojalá.

  5. Ni un pero a lo que has dicho Antonio. a mí me duelen ya los dedos de escribir que España no puede seguir siendo un país de hamacas y de terrazas. O nos dedicamos a la investigación el desarrollo y la innovación, o volveremos a la construcción, a la obra pública y a estar en los ratos libres tomando una cerveza.

    Por otro lado, todavía estoy esperando que la banca española se estire de la misma manera que nos estiramos los españoles con ella en 2008. Sería de justicia que la banca empezará a dar créditos a muy bajo interés para todos aquellos pequeños autónomos o empresarios que han sufrido lo peor de este virus.

    Y sería también de agradecer que todos aquellos políticos que en este momento lo único que hacen es malmeter, hicieran la maleta y se fueran a su casa. Es un momento de aunar fuerzas y de remar en el mismo sentido.

    EN CUANTO A UN TEMA TAN DELICADO COMO ES LA INMIGRACIÓN, AHORA QUE TODOS MIRAMOS A ALEMANIA Y EL RESULTADO DEL VIRUS ALLÍ, QUE NADIE SE OLVIDE QUE GRACIAS A LA INMIGRACIÓN, ALEMANIA ES UN PAÍS MUCHO MÁS REJUVENECIDO QUE ESPAÑA. Y LOS EFECTOS DEL VIRUS ESTÁN SIENDO MENORES.

    EN DEFINITIVA, YO CREO QUE EN ECONOMÍA TODO ESTÁ INVENTADO, QUE QUIÉN MÁS TIENE, ES QUIÉN MÁS DEBE PAGAR Y QUE QUIÉN MENOS TIENE Y, PEOR LO ESTÁ PASANDO, DEBE TENER AYUDA POR PARTE DE TODOS LOS DEMÁS A TRAVÉS DE LA REDISTRIBUCIÓN DE LA RENTA.

    ESPAÑA DEBE SER MUCHO MÁS DURA CON TODOS AQUELLOS QUE SE DEDICAN A ELUDIR IMPUESTOS USANDO LAS PUERTAS TRASERAS DE LA NORMATIVA. Y NO HAY QUE TENERLES MIEDO, AUNQUE SE LE SUBAN LOS IMPUESTOS, VAN A SEGUIR AQUÍ PORQUE LES VA BIEN.

    Perdón por las mayúsculas. Fallo del móvil.

  6. Suprimir los impuestos es incompatible con un ‘Estado del Bienestar’ fuerte, que es, precisamente, lo que demanda la ciudadanía: más recursos para Sanidad, para investigación, para prestaciones sociales.
    La oposición política ha tirado de la improvisación para proponer medidas incoherentes…..

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