Felicidades, Diego

José Manuel Campillo.- En la vida hay dos tipos de hombres: los que son y los que no son. Luego hay muchos subgrupos, categoría en la que englobamos a todos los que no son. Es una afirmación simple que desmiente cualquier tratado ético escrito por Aristóteles o por Séneca.

Creo que la vida tiene realidades paralelas, es un poco como el gato de Schröedinger, ese que es capaz de morir y de vivir al mismo tiempo en el mismo mundo. En la realidad que vivimos aún no se han escrito los suficientes tratados sobre la moral como para que tengamos claro hacia dónde deben dirigirse nuestras atribuladas acciones. Sin embargo, en el mundo paralelo de nuestros sueños y recuerdos todo es mucho más simple y, quizá, más real.

En el lugar en el que el gato está vivo, Maradona recibirá reproches por el contubernio de las personas intachables, esas que, sin embargo, han leído a Mandeville y saben lo de «vicios privados, virtudes públicas». Pero el lugar en el que la censura es el oxígeno que respiramos, no me interesa. A mí me gusta ese donde el gato no vive y la impostura tiene prohibida la entrada. Ese al que viajo en mis ensoñaciones y en los momentos en los que lo prosaico intenta agarrarme cual arena movediza.

Y ahí es donde vive el Maradona que yo conozco y al que sigo en la red social de la imaginación. Mi romance con él empezó una mañana en la que mi padre llevó el Don Balón a casa y leí cosas sobre «el pelusa». Después certificamos nuestro enlace el día que fichó por el Barcelona. Y hasta el día de hoy, en el que nunca he sentido cansancio existencial en nuestra cotidianidad. Hemos sido una de esas parejas que aún se escuchan, se miran y se cogen de la mano. Sí, todavía existen. Nunca le he sido infiel y mira que Messi me lo ha puesto difícil. He pasado más de una noche justificando en monólogos iracundos que el número uno sigue siendo Diego. A veces peleo con mi hijo por demostrarle que yo tengo razón, él es más de Messi, sé que le costará entenderlo. Y todo esto por una sencilla cuestión: porque Messi es mejor futbolista, pero Maradona es un hombre en el campo. Y esto mi hijo aún no lo entiende.

Diego es de esos tipos con los que uno se iría a la guerra, pero a los que no les dejaría el dinero. Esto es, un hombre de verdad. De los que saben que solo hay dos cosas importantes: la lealtad y el honor. Un poco como decían en  Dartacan y los tres mosqueperros: «Esta serie basada en la novela de Alejandro Dumas Los tres mosqueteros pretende, a través de sus divertidos protagonistas resaltar dos virtudes que nunca se deben olvidar: el honor y la amistad».

Maradona es el tipo que le da la vuelta al campo dándole toques a una naranja, el que sienta a Juan José con un recorte, en la línea de gol,  antes de marcar, el que le hace un caño a Camacho de tacón, el que hace un calentamiento con el Nápoles espectacular, el que consigue el Calcio para esos marginados tifosi, el que le gana la batalla de las Malvinas a Inglaterra en el campo, y el que me hace soñar con sus goles para quedarme dormido. Ese tío es el meme que me interesa. La persona que vive en el mundo de los vivos es tan mediocre como lo pueda ser yo. Bueno, quizá no tanto. Pero el meme que yo conozco y al que sigo, al que no me cansaré de darle likes existenciales, es extraordinario. Como nunca lo serán esos que no se cansan de la moralina.

Diego Armando Maradona Franco ha cumplido 60 años. Feliz cumpleaños, Diego. Eres el más grande.

José Manuel Campillo es autor de Los siete pecados capitales del fútbol.

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4 COMENTARIOS

  1. Qué buen articulo. Uf, cuánto se echan de menos textos como este en mcr,oro puro. Me ha fascinado.

    Una pena que el genio Maradona no vistiera la camiseta del Madrid de mis amores.

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