Ecologistas en Acción-Ciudad Real.- Ecologistas en Acción-Ciudad Real lamenta profundamente el giro dado por el Gobierno español al decantarse por el plan de autonomía del Reino de Marruecos «por ser la base más seria, creíble y realista para la resolución de este diferendo» como subraya el presidente Pedro Sánchez en una carta dirigida al monarca alauita.
España decide de esta manera dar un paso en falso, abandonando su papel de potencia administradora (en un territorio pendiente de descolonización desde 1975) y de acompañamiento a la delegación de las Naciones Unidas (MINURSO) en el contencioso. Sin reconocerlo expresamente, Madrid se desmarca de las resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, que emplazan a un acuerdo negociado, democrático y satisfactorio para todas las partes (Marruecos, Frente Polisario, Mauritania y Argelia) y que ya en 1991 fijó la celebración de un referéndum de autodeterminación con una serie de requisitos y obligaciones que Marruecos ha incumplido, aprovechándose de la benevolencia de Estados Unidos, España y Francia, y torpedeando o boicoteando la labor de los sucesivos enviados de Naciones Unidas en la zona.
A la falta de celo de los distintos gobiernos españoles en su obligación de restañar un error histórico, como fue el abandono de la provincia que propició su inmediata ocupación por Mauritania y Marruecos, hay que sumar ahora el posicionamiento de Madrid con las tesis de Rabat, esto es, el reconocimiento tácito de la soberanía y marroquinidad del Sáhara
Occidental, contraviniendo la legislación internacional y el proceso de remediación política y diplomática auspiciado por Naciones Unidas.
El Gobierno español no se da por enterado del recrudecimiento de la represión de las fuerzas de seguridad marroquíes contra activistas, periodistas y población civil de los Territorios Ocupados (con denuncias de torturas, encarcelaciones, violaciones y desapariciones documentadas por organismos de defensa de los derechos humanos), de la existencia de un muro de 2.720 kilómetros, de la amenazadora presencia de minas antipersona, o de la sentencia del Tribunal General de la Unión Europea, de septiembre de 2021, que condena los acuerdos comerciales entre la UE y Marruecos (que incluyen el Sáhara Occidental, en particular sus caladeros) por no contar con la aprobación o consentimiento de la población autóctona.
Resulta miserable la utilización de un conflicto, que se remonta a los estertores del franquismo y a la Guerra Fría, y la suerte y triste condición de un pueblo desterrado en un inmenso pedregal al otro lado de la frontera de Argelia, en condiciones durísimas, y dependiente de la ayuda internacional, como canje para la normalización de las relaciones bilaterales con nuestro vecino del Sur. Del mismo modo, es inaceptable que el Gobierno de Pedro Sánchez se deje embaucar por la política de hechos consumados de una autocracia semimedieval, que es capaz de manipular la desesperación de miles de personas, entre ellos 700 menores, para chantajear a un país democrático, promoviendo avalanchas junto a la valla de Ceuta. Como es desconcertante que España se pliegue a las intimidaciones y coacciones de un estado que viola sistemáticamente los derechos humanos, o que el restablecimiento de la confianza mutua suponga la reanudación de una gestión militarista de la frontera, con episodios tan vergonzosos como las devoluciones en caliente y la deportación ilegal de menores indefensos.
La decisión del presidente español es un aldabonazo a la ilegal anexión del Sáhara Occidental. Decisión que no representa el sentir del Parlamento (a quien se ha escamoteado una explicación previa, junto al debate y al consenso de todos los grupos en un asunto de enorme importancia para nuestra política exterior) y de la sociedad española, con fuertes lazos de fraternidad con el pueblo saharaui.
Ecologistas en Acción-Ciudad Real apela al Gobierno de España a asumir su responsabilidad histórica en la descolonización de su antigua provincia, a denunciar los crímenes de lesa humanidad de las Fuerzas Armadas marroquíes en los Territorios Ocupados, a liderar en el conjunto de la Unión Europea un arreglo político justo y en consonancia con el cumplimiento de las resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y la mediación de la MINURSO, que dé lugar a la celebración de un referéndum de libre determinación (garantista, democrático, supervisado por observadores internacionales) para elegir entre la integración o la independencia del Sáhara Occidental, respecto al Reino de Marruecos, conforme al Derecho Internacional.
