Para lo que me queda en el convento…

Artículo de opinión del área política de Izquierda Unida Valdepeñas.- Es sabido que desde que Jesús Martín llegó a la alcaldía ha habido rumorología sobre cuando se iba a marchar. Pero, en esta legislatura llega algo inminente, su edad de jubilación, por lo que se presupone que esta vez, es verdad, tras dejar la concejalía de Hacienda en manos de su supuesta sucesora, este relato, además, gana peso.

Gobernar Valdepeñas durante 20 años pasa factura, son muchos los cadáveres de amigos y enemigos los que se encuentran debajo de su alfombra, y la inquina va creciendo, de la organización local de PSOE, mucha gente le ha dado la espalda debido a su autoritarismo y a sus decisiones al poner en listas electorales personas ajenas al partido. A nivel provincial era intocable, 5 mayorías absolutas seguidas, pero tras no conseguirla en estas últimas elecciones locales, ya tenían la excusa perfecta para quitárselo y colocar a otras personas menos problemáticas para las listas del senado que se votaron este pasado domingo. La cosa no queda aquí, el alcalde en más de una ocasión ha afirmado que tendría la posibilidad de volver al senado por designación de las cortes regionales, pero parece ser, que su pacto con Vox, no ha gustado mucho en el PSOE de CLM y Page ha optado por elegir al alcalde de la Roda y a Pilar Zamora para esa designación, otro varapalo para el alcalde valdepeñero.

El tirón de Jesús Martín no ha hecho más que menguar. En las elecciones municipales perdió  670 votos respecto a las elecciones de 2019, siendo Page mucho más votado, con 6904 votos (frente a los 6.167 votos del edil valdepeñero). Pero el verdadero problema ha llegado tras este ignominioso pacto con Vox en Valdepeñas. La ciudadanía progresista de la localidad se ha desmovilizado en estas elecciones generales del pasado domingo obteniendo el partido socialista tan solo 5640 votos, “para qué votar al PSOE si apoya a la ultraderecha, para eso voto a la derecha directamente”.

La legislatura acaba de empezar, pero se está llevando de una manera que no está gustando en muchas capas de la sociedad, concejalas socialistas que se echaban las manos a la cabeza cuando se tragaron el bulo de que Unidas por Valdepeñas había negociado con Vox y que ahora agachan la cabeza cuando en el pleno el propio alcalde deja meridianamente claro que se ha sentado a hablar con la portavoz del partido ultraderechista Vox para conseguir sus abstenciones. O concejales que llevan la chapa antifascista en el pleno de investidura y que cobran ahora gracias al pacto que se ha forjado con los que se han enfrentado toda tu vida. Mientras en Ferraz se coreaba el “No pasaran” este domingo electoral, en Valdepeñas el PSOE se sentaba con la ultraderecha para pactar una subida del 44% en las retribuciones de siete de los 10 concejales socialistas que han sido elegidos (ocho, si contamos que uno de ellos cobrará de la Junta de Comunidades).

El marco ideológico es muy importante, pero si pones a todos los partidos en la misma balanza y agradeces la coherencia y la disponibilidad a un partido ultraderechista cuando te llena los bolsillos, ¿qué credibilidad tendrás cuando te quejes de que este mismo partido quita las banderas LGTBI de los edificios públicos, o cuando censuren actividades culturales, o cuando se posicionen contra la evidencia científica sobre el cambio climático, o cuando nieguen la violencia machista?

Jesús Martín no tardará en marcharse, pero nos quedaremos muchos defensores de los servicios públicos, el ecologismo, el feminismo y de la clase trabajadora, muchos de ellos son simpatizantes o votantes del PSOE, en su mano está no permitir que para lo poco que le queda en el convento, se cague dentro. 

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