La fiesta patronal capitalina

Hubo un tiempo en que Puertollano y Ciudad Real rivalizaban. Tanto era así que los puertollaneros sacábamos pecho ante nuestro abultado guarismo poblacional, y desde una inocencia adolescente sin más objetivo que calmar nuestro ego minero y calvosotelero, reivindicábamos la capitalidad de la provincia ya que doblábamos a la capitaleja en habitantes, empleo y dinero circulante. No es que en Puertollano fuéramos ricos pero corría el parné al albur de la expansión industrial. Además teníamos el Calvo Sotelo en segunda división y en algunas temporadas de gallito arriba que si no subió fue porque no quiso la empresa. Por lo tanto no era raro que llegando mayo o septiembre no fueran pocos los de la capital que se venían al rutilante Faro Industrial de la Mancha.

Pero las cosas cambiaron. Con el régimen democrático (hoy en cuarentena) sellado en 1978, el crecimiento de Ciudad Real fue espectacular. Uno que ha pasado en la capital treinta años en la redacción del único periódico que había, ha sido testigo de la expansión urbanística y su consolidación férrea como corazón administrativo. De alguna manera competíamos como provincia, y como ciudad, con Toledo… en cuanto a peso político. Toledo es una joya y Ciudad Real, bueno, no llega a la universalidad de la que fue capital de España durante los visigodos.

Con la entrada de España en la UE, el vértigo progresivo de los años 80 e incluso 90, la vertebración autonómica, la masa muscular administrativa acrecentada por la descentralización, el AVE, las infraestructuras, carrteras, autovías, la expansión urbanística en forma de adosados -icono exacto de los años de bonanza, por todas partes-, la llegada de los hiper y, sobre todo, la Universidad convirtieron la pequeña ciudad provinciana en toda una capital que pronto dejó en mantillas a Puertollano que ya entonces iniciaba una sutil decadencia tan solo interrumpida por las nuevas alternativas solares cuya espantada acrecentó aún más la sensación de abatimiento. Con el tiempo la capital dobló en habitantes al faro industrial y asi… hasta hoy.

Sin embargo hay cosas que nunca cambian y uno que con los años se va volviendo a la par que más escéptico más tolerante, ha contemplado los vídeos festivos que ha colgado MICR y me ha sido de todo modo imposible liberarme de cierta morriña. Recuerdo que entonces hacíamos una apuesta y era ésta:

 ¿Qué es más difícil, que Ciudad Real sea gobernada por el PSOE o que Puertollano sea gobernada por el PP?

Obviamente la balanza se inclinaba por la segunda opción. Todo se argumentaba con la rotundidad de lo evidente. Ciudad Real era conservadora con la misma contundencia que Puertollano lucía ADN proletario y de izquierdas. Tan solo el audaz fichaje del entonces independiente Lorenzo Selas abrió el consistorio a los socialistas por primera vez. Aquí era inconcebible ver a la derecha presidiendo el plenario.

El tiempo, sin embargo, para el que no hay nada imposible ha despejado y posibilitado esa segunda opción. Y por primera vez en la historia democrática,  la capital y el faro son hoy responsabilidad del PP en cuanto a su gobierno.

Pero no va por ahí la cosa. La fiesta patronal de la Virgen del Prado en su vertiente religiosa y festivo-laica es un bullicio de gente como este año de 2023 lo es todo. ¿Quién iba a imaginar al personal haciendo cola para acceder a una playa? Desde la pandemia parece haberse incubado en la sociedad la sensación de paso de la vida misma  y se ha aferrado al hoy y el ahora, ese carpe diem colectivo tan budista, tan práctico… y divertido. El ayer no existe sino en las piedras y en los libros y el mañana… puede que lo estén planeando cuatro orates en sepa Dios qué centros de poder.

Insisto, me ha dado morriña ver a Francisco Cañizares de alcalde -yo lo conocí de concejal en los tiempos de Rosa Romero– al colega de oficio Javier Ruiz lanzar su pregón con el humor somarro que lo caracteriza, la recuperación del Baile del Vermuth-Mahoueño que puso en alza, el inolvidable Ramón Barreda (su hermano José María que lo fue todo en Castilla-La Mancha aunque le diera el bastón a la fugaz María Dolores de Cospedal fue uno de los artífices, si no el principal, de la Universidad regional y del campus capitalino)… Y el recinto ferial hasta arriba.

No entro en la parte de cartón piedra de las costumbres y tradiciones. Toda costumbre se reactiva y reactualiza al calor y el buen recibimiento de las masas. Y así, misa, procesión, bailoteo, vermuteando o mahouando, viajes insólitos en los cada vez más sofisticados cacharritos… configuran una realidad por lo menos amable. Todo convive. Tradición y modernidad. Y todo es elegible: quien quiera alumbrar que alumbre y quien se quiera alumbrar que se alumbre.

Aquí en Puertollano, mientras tanto, con nuestra fiestas patronales a las puertas seguimos con el culebrón Carrasco como si el cantante fuera el pilar maestro de los primeros días de septiembre. Ciudad Real y Puertollano siempre han competido en buena lid aunque hoy la ventaja sea de la que ayer era una vetusta capitaleja casi decimonónica y hoy es una capital más que no ha perdido ni el pulso ni el impulso.

Por supuesto que ante cualquier competición siempre tiraré de la cuerda de Puertollano, mi pueblo natal, para traer el pañuelo de la dinamización, las inversiones, la limpieza, el empleo, el acabado de El Bosque y cuantos proyectos baraje la nueva corporación por el bien de la ciudad, hacia mi terreno. Claro que en el juego de la cuerda no tira uno solo, ya saben.

Ha sido ver la fiesta desde lejos a través del dgitial (las redes tienen cosas buenas) y me he puesto a pensar lo deprisa que va todo. Espero que nosotros, los puertollaneros, llegado septiembre del que decía la canción todo será maravilloso, estemos a la altura con o sin Carrasco, que es lo de menos. Y que acabado septiembre venga todo lo demás. A su tiempo, pero sin más demora que la necesaria

Felices fiestas patronales a los capitalinos.        

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7 COMENTARIOS

  1. C.Real y Puertollano, tanto monta… poblachones bastante feos. La diferencia entre ambos está en sus ciudadanos. Los de Puertollano, gente sociable y abierta aunque no tanto en los últimos tiempos; los de C.Real, engreídos como si fueran propietarios de un castillo . Vamos, ciudades feísimas.

  2. La dinamización y la limpieza vale, pero las inversiones y el empleo, a mi entender, los ayuntamientos ni fú ni fá. No extendamos la idea de que el alcalde es el que genera fábricas y empleo, o mal vamos.

  3. La mejor ciudad de la provincia es la capital. Siempre ha sido centro universitario de referencia, de compras y servicios, posee buenas comunicaciones.
    En estos 8 años de gobierno socialista, Pilar Zamora la ha sumergido en un total declive.
    La Junta de Comunidades siempre la ha tenido marginada, dotó a muchos pueblos, grandes y pequeños, de teatro auditorio y a la capital ni un euro. Ni Barreda, como presidente, siendo de aquí, invirtió en ella.
    No se ha continuado la autovía a Valdepeñas. La de Toledo ni se la espera.
    También adolece de falta de suelo industrial, esperemos que el nuevo polígono industrial Oretania se ponga pronto en marcha.

  4. Revise la historia la Junta negó centros universitarios a Puertollano; la facultad de química la pusieron en Ciudad Real por la antigua azucarera y la escuela de ingeniería industrial por lo complejo de los araos en la agricultura (modo irónico on). Siempre se marginó positivamente a la capitaleja, con los impuestos de la industria de Puertollano la agricultura de ciudades como Tomelloso, Valdepeñas y muchos otros pueblos prósperos que colaboraron al desigual engrandecimiento de la provincia.

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