Inteligencia artificial y música (1): jugando a componer corales como J.S. Bach

Se habla mucho sobre si la Inteligencia Artificial puede suplir al ser humano en imaginación y en creatividad. En general, se habla mucho de muchas cosas sin tener demasiada idea, lo cual, de partida, denota un bajo nivel de inteligencia de quien no piensa las cosas antes de decirlas; pero bueno… Como decía, lo de este reto viene de antiguo. En 1996 y 1997, el campeón mundial de ajedrez, Gary Kasparov ya se enfrentó, en una serie de partidas de ajedrez muy disputadas, contra una supercomputadora llamada Deep Blue, capaz por aquel entonces de calcular 200 millones de posiciones por segundo ¿Quién ha de ganar, el hombre o la máquina? No hubo un claro vencedor: a veces ganaba el humano y a veces la máquina. Pero si se trata de competir por ver quien es más listo, es cuestión de tiempo que el ser humano pierda: el cerebro humano no evoluciona tan rápidamente como la tecnología. Hay que saber perder, y aprender a hacer de la necesidad virtud.

El 21 de marzo de 2019 (334º aniversario del nacimiento de Johann Sebastian Bach) la página web de Google presentó su primer Doodle con IA, para componer corales a 4 voces, partiendo de una melodía de dos compases de extensión (8 notas) que sería creada por el usuario al ir pinchando sucesivamente en el pentagrama sobre distintas alturas. Los corales son formas de composición, normalmente para una polifonía de 4 voces mixtas (Soprano, Alto, Tenor y Bajo) creados a partir del canto en la voz de Soprano (la voz más aguda) en el que las voces tienden a fusionarse (principalmente gracias a la sincronización de las vocalizaciones en todas las voces, y a la armonía musical que se crea entre todas ellas). Por ejemplo: Noche de paz es un coral.

Mientras se aguarda el resultado realizado por la máquina, se presentan en la página pequeños cuadros de texto explicativos: La IA emplea un proceso denominado “aprendizaje automático” que consiste en detectar patrones en datos y predecir a partir de ellos qué pasará a continuación. La IA y el aprendizaje automático pueden parecer tecnología de vanguardia, pero se basan en teorías desarrolladas en los años 80. La mayoría de “mis”armonías [diría Bach] tienen una estructura estándar, por lo que es bastante fácil que los modelos de aprendizaje automático identifiquen patrones. Esta máquina analiza diversas características de las composiciones de Bach, como la duración de las notas, los tonos y la relación entre ellos. Para enseñar a esta máquina a reconocer patrones y crear armonías a partir de tus notas, se han analizado 306 composiciones de Bach. Los modelos de aprendizaje automático necesitan tiempo para saber cómo detectar los patrones adecuados. Entrenar a esta máquina llevó varias horas, a pesar de que el conjunto de datos de 306 composiciones de Bach era relativamente pequeño.

Es importante recalcar que es el análisis de partituras lo que permite concluir comportamientos normalizados y regulados en los estilos musicales: en el periodo del barroco tardío, el lenguaje armónico y su realización en el Bajo está tan sistematizado que permite regular su realización con bastante éxito. Cuando no se atienden dichas reglas, el resultado puede sonar extraño. El adiestramiento común de los estudiantes de música en los conservatorios incluye la composición de corales a 4 voces, aunque aquí normalmente se hacen a partir del Bajo, no del Soprano. Otra cosa es el nivel de complejidad y el modo en que se dan datos e instrucciones a la máquina a partir de las conclusiones que es extraigan del análisis.

Bien. Hice un pequeño experimento para poner a prueba este Doodle: la melodía consistiría en poner en la línea de Soprano (línea superior de notas en color negro) una escala en modo menor (en su variante natural, esto es, sin añadir alteraciones), primero en sentido ascendente y después descendente (más sencillo de resolver -como cualquier estudiante de música debería saber), y luego pedirle a la máquina 3 armonizaciones para ambas líneas. En realidad, la escala no es la línea melódica más apropiada, pero para este experimento creo que puede ser útil. El resultado es el que ilustro.

En general, un escuchante poco entrenado admitirá la proeza de esta realización en tan poco tiempo, pero al mismo tiempo va a apreciar cosas raras en todos los casos. Porque falta claridad armónica en la resolución de los corales con la escala ascendente; porque todos los ejemplos de la escala descendente comienzan con un raro acorde disonante. Incluso un cantante de coro aficionado con capacidad de leer una a una estas líneas de distinto color, encontrará dificultades que proceden del propio diseño de la línea (ritmos, ausencia de una direccionalidad clara, intervalos de séptima, intervalos consecutivos de cuarta). Un músico con algo más de entrenamiento observará no solo problemas de funcionalidad armónica, sino incluso faltas al criterio de independencia de las voces propio del barroco en el uso casi sistemático de intervalos armónicos de 5ª u 8ª consecutivos… En todo caso, solo se ha tratado de un juego inocente, no podemos concluir que la IA no sea capaz de crear piezas sorprendentes. Aunque las realizaciones contienen algunos rasgos comunes, o incluso idénticos, las soluciones no son uniformes, sino diversas, lo que nos da buena idea de su potencial.  Por mi parte, conclusión que extraigo es que el valor de la IA en la música no depende tanto de la máquina que las crea, sino de la percepción del receptor.

Relacionados

ESCRIBE UN COMENTARIO

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí


spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img