Don Quijote por la Mancha. El Bojiganga

José Arias Mora.- D. Quijote después de recorrer El Toboso y recuperarse en la floresta de la presencia de Dulcinea que le dejó “hecho de piedra mármol, todo turbado y sin pulso”, decide proseguir su viaje a Zaragoza por el trayecto más corto, dirección Los Hinojosos.
quijote
Entre Los Hinojosos y Osa de la Vega se encontraron con el carro de la Muerte. Así lo cuenta Cervantes:
— Señor, nosotros somos recitantes de la compañía de Angulo el Malo; hemos hecho en un lugar que está detrás de aquella loma, esta mañana, que es la octava del Corpus, el auto de “las Cortes de la Muerte” (Cap. XI, II).

De Los Hinojosos a Osa de la Vega hay una distancia de unos 11 km, y cercanas al primero, a unos 3,5 km, existen unas lomas cruzadas por el camino que une ambos pueblos. Esta loma y este camino podrían ser el escenario del carro de la muerte. La geografía coincide.

Siguiendo con la escena del carro de la muerte, vemos que aparece otro personaje que asustó a Rocinante:

“Quiso la suerte que llegase uno de la compañía, que venía vestido de bojiganga, con muchos cascabeles, y en la punta de un palo traía tres vejigas de vaca hinchadas; el cual moharracho, llegándose a don Quijote, comenzó a esgrimir el palo y a sacudir el suelo con las vejigas, y a dar grandes saltos, sonando los cascabeles, cuya mala visión así alborotó a Rocinante” (Cap. XI, II).

En esta escena Cervantes describe un bojiganga con cascabeles que en principio se dedica a asustar a Rocinante, pero que consigue llevarse algo muy valioso para Don Quijote y Sancho como era el burro. A partir de este momento, cuando les arrebatan el asno, Cervantes, redefine al bojiganga como el demonio bailador de vejigas y, a continuación, Sancho como diablo:

“Mas, apenas hubo dejado su caballería Sancho por acudir a Don Quijote, cuando el demonio bailador de las vejigas saltó sobre el rucio” (Cap. XI, II).

“— Señor, el Diablo se ha llevado al rucio.
— ¿Qué diablo? —preguntó don Quijote.
— El de las vejigas —respondió Sancho.
— Pues yo le cobraré —replicó don Quijote—, si bien se encerrase con él en los más hondos y oscuros calabozos del infierno. Sígueme, Sancho (Cap. XI, II).

En Baza y Guadix relacionan al “bojiganga” con el «Cascamorras”, personaje principal de las fiestas de Baza que celebran del 6 al 15 de septiembre.

En Baza, el Cascamorras armado con un palo al que tiene unidas varias vejigas de vaca hinchadas, asusta a los niños el día 5 de septiembre, pero al día siguiente, al pretender llevarse algo tan valioso para Baza como es la Virgen de la Piedad, se encuentra con la total oposición de los bastetanos, que utilizan pinturas negras para embardunar al Cascamorras, pues según la tradición si llega manchado a la iglesia no puede llevarse a la Virgen, lo que le da al personaje aspecto de diablo o demonio.

La transformación de arlequín a diablo del Cascamorras que en Baza tarda un día, Cervantes lo logra en unas líneas de su novela.

Parece que nos está resumiendo lo que todavía recordaba de estas fiestas, pues él estuvo en Guadix el 7 de septiembre de 1584 y en Baza el día 9 del mismo mes y año y puede que conociera la fiesta del Cascamorras y supiera de Andrés de Angulo (reflejado en el Quijote como Angulo el Malo), ya que actuó en Guadix el día del Corpus de 1584.

Pero también es posible que ya conociera las fiestas de Baza porque les hubieran hablado de ellas alguno de los 200 moriscos (con los que se entendía perfectamente, pues estuvo cinco años en Argel) que llegaron a Arganda del Rey (el pueblo de su madre y la Aldea de don Quijote de la Segunda Parte), en 1571, pues estos procedían de Baza y Guadix.

Ahora el problema estaba en saber por qué Cervantes, cuando hace pasar a sus personajes por Los Hinojosos, se acuerda de las fiestas de Baza y de su Cascamorras.

La solución podría estar en que los dos pueblos tienen una leyenda que relaciona sus vírgenes, la Morenica (Los Hinojosos) y la Piedad (Baza) con los mozárabes, y con el empeño que pusieron las dos para quedarse en sus respectivos pueblos, pues cuando las montaban para su traslado en una carreta tirada por bueyes, estos eran incapaces de mover la carreta.

Como consecuencia de lo anterior se podría afirmar con bastante seguridad que D. Quijote y Sancho pasaron por Los Hinojosos y que el bojiganga del capítulo XI de la Segunda Parte del Quijote está inspirado en el Cascamorras de Baza y Guadix.

Después del encuentro con el bojiganga, Don Quijote y Sancho siguen de nuevo su camino a Zaragoza.

El pueblo situado al Norte de Los Hinojosos es Osa de la Vega. Aquí, en Osa de la Vega, vendrían al caso mencionar lo que narra Cervantes sobre el amor entre animales, comparándolos con el amor de Niso y Eurialo y de Pilades y Oreste, pues sus personajes habían penetrado en los territorios del Marquesado de Villena, y es posible que pretendiera en estos párrafos recordarnos las relaciones homosexuales que mantuvieron Juan Pacheco y Enrique IV.

En Osa de la Vega, junto a sus grandes árboles en la orilla del río Monreal, pudo tener lugar el encuentro con el Caballero de los Espejos.

Después de la batalla continúan su camino a Zaragoza, hasta que se encuentran con el Caballero del Verde Gabán, un criptojudío que vivía en Santa María del Campo Rus, que les invita a comer, comida limpia, en su blasonada casa.

De la casa del Caballero partiría D. Quijote para explorar la cueva de Montesinos, pero para regocijo de Sancho que había pasado muchas hambres en la Primera Parte de su historia, fueron invitados a las Bodas de Camacho.

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