La gestión del agua, a debate

El acto fue presentado por el Coordinador Provincial de Izquierda Unida, Miguel Ramírez, quien destacó la ausencia de un debate ciudadano en todo lo relacionado con el agua, ya que hasta ahora solo hablaban y disponían quienes negocian y sacan provecho económico del agua, pero no los ciudadanos que acaban sufriendo los errores en su gestión. Denunció las privatizaciones de los servicios municipales de agua, algo tan tremendo, que ningún partido lo lleva en su programa, pero que luego, sobretodo el PSOE, efectúan una vez pasadas las elecciones, traicionando sus compromisos con los ciudadanos y entregando un servicio tan importante para el desarrollo de los municipios a intereses ajenos al mismo.    

El ponente, José Manuel Hernández, empezó explicando que tenía especial interés en dar esta charla completamente gratis, en Manzanares, ya que la tenía preparada por encargo de la Concejalía de Medio Ambiente, en el marco de las actividades de la Agenda 21 Local y que pocos días antes, la técnica de Medio Ambiente le llamó por teléfono para preguntarle que si iba a criticar al Ayuntamiento, él, con gran sorpresa dijo que no especialmente, pero que con la Junta de Comunidades si se metería, por lo que le contestó que no viniera.

A todos los presentes nos pareció muy fuerte, y un buen motivo para meterse con el Ayuntamiento, pues si no tenían nada que temer, no tiene sentido que pregunten eso y que suspendan un acto que ellos han programado, y si tienen algo que ocultar, por qué lo programan, lo contratan y luego dicen que no se hace por miedo a que se diga algo que no les va a gustar… ¡No tiene sentido!, ellos solos provocan a la gente para que se hable mal del comportamiento injusto e inadecuado, poco democrático y caciquil de nuestros gobernantes municipales.

José Manuel Hernández es un gran conocedor de la problemática del agua y la persona más antigua del Patronato de Parque Nacional de las Tablas de Daimiel, por lo que nos ilustró con su visión del panorama de la comarca manchega y más concretamente, en el sobreexplotado Acuífero 23, que abarca unos 5.500 km2.

Por otro lado, el ponente habló de la trayectoria desarrollada por la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, que, desde el comienzo de la autonomía, apostó por la transformación del secano en regadío, a sabiendas de que nos jugábamos el futuro de esta región, y se trató el agua como si fuese una mina de oro que se puede extraer hasta terminar con el filón, vulgarmente: “matar a la gallina de los huevos de oro”. Lo que pasa es que sin oro se puede vivir, pero sin agua no, por lo que se ha hipotecado el futuro de esta tierra, haciendo ricos a unos pocos, pobres a muchos (que se han quedado sin agua sin percibir nada a cambio), gastado más dinero en subvenciones para recuperar los niveles extraídos que lo que se ha ganado, sin que hasta la fecha se haya conseguido invertir el deterioro infringido a nuestros humedales: ríos, numerosas lagunas desaparecidas, y -sobre todo- el acuífero 23, que es uno de los más grandes de España, el cual nos proveía de agua de calidad y en cantidad para nuestras necesidades personales, sociales y económicas, pero que se ha roto el equilibrio, al pasar “de la noria a la bomba”. Ahora hay que sacarla desde grandes profundidades, con el consiguiente coste energético y económico y llegando a capas freáticas con mucha salinidad, que la hacen inservible para el riego y que están salinizando también las tierras a las que van destinadas.

Con la excusa de salvar Las Tablas, se han inyectado grandes cantidades de dinero, primero para reducir el regadío, ahora para comprar derechos de riego para “legalizar” pozos ilegales, sin que en la práctica haya servido para recuperar los niveles perdidos.

El movimiento ecologista, que tenía grandes esperanzas en que el Plan Especial del Alto Guadiana viniese a resolver lo que en 25 años no se había querido, ya que era rentable mantener el enfermo en la UVI, no firmó el documento final, porque intuimos que la intención de las Administraciones y de los grandes regantes (ASAJA), era seguir por el mismo camino, y que tampoco ahora se quería agarrar al toro por los cuernos y reducir el regadío y otros gastos de agua como las termosolares programadas en el término de Arenas de San Juan, ubicadas en terreno público hidráulico (cosa que se ve con las abundantes lluvias de estos últimos meses), y que tienen un gasto de agua de 1.600.000 m3, los campos de golf, etc., etc.

Las lluvias han arreglado en poco tiempo lo que se ha venido destrozando en varias décadas, pero esto es solo un espejismo, no nos engañemos, pues sabemos que en esta tierra, las lluvias de este año no se repetirán en mucho tiempo y si no empezamos en serio a ordenar todos y cada uno de los gastos de agua, dentro de muy poco estaremos como estábamos.

Es hora de empezar a adecuar las salidas de agua, teniendo en cuenta la media a largo plazo de las entradas por lluvia y escorrentía, dejando una buena parte de esos ingresos, para que se terminen de recuperarse los niveles del acuífero y no se vuelvan a desequilibrar en el futuro.

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