La casa de la calle Calatrava: una muerte anunciada por la indiferencia de las instituciones

Es el último ejemplo del cuestionable criterio que caracteriza a las instituciones de Ciudad Real a la hora de llevarse por delante el maltrecho patrimonio de nuestra provincia. La casa de la calle Calatrava era derribada la semana pasada ante un reducto de queja que ni tan siquiera inmutó a las instituciones que ordenaron y permitieron el derribo.

En los últimos meses, este inmueble venía evidenciando un preocupante estado que amenazaba con llevarse por delante toda su historia. Fue entonces cuando el Ayuntamiento de Ciudad Real decidía instalar un andamio de obra rodeando la casa. Su objetivo era proteger la calle ante un posible derribo. Pero con la casa no se hizo nada. A principios del pasado mes de abril, el Círculo de Bellas Artes de Ciudad Real pedía –a través de su socio José Ramón Gallego- a la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha que catalogase esta casa como Bien de Interés Cultural (BIC) para, de este modo, intentar asegurar su futuro.

Sin embargo, el Ayuntamiento de Ciudad Real procedió al derribo. El concejal de Urbanismo, Francisco Cañizares, preguntado por MICIUDADREAL.ES, asegura que “la intención del Ayuntamiento siempre ha sido proteger esa casa, pero al final no ha podido ser. Hace dos años y medio se empezó a ver el mal estado de la casa, lo que ponía en peligro a la propia calle Calatrava, así que se pidió a los dueños del inmueble que realizasen un estudio técnico. Como no lo hicieron, fue el propio Ayuntamiento el que encargó ese estudio a sus arquitectos. Tras ese estudio se tuvo que declarar el expediente de ruina, ya que la casa corría el peligro de venirse abajo”. José Ramón, del Círculo, desconfía de este estudio y asegura tener el testimonio de un vecino del edificio, quien le dijo que “tan sólo se había caído un techo de escayola que tenía muchísimos años; pero el edificio no corría riesgo de ruina urgente”. Para José Ramón, la paralización del derribo y la inclusión del edificio como BIC no ofrece dudas argumentales: «es uno de los pocos ejemplos arquitectónicos con fachada de ladrillo clásica que queda en Ciudad Real. Otro ejemplo de este tipo, el Hotel Alfonso X, fue declarado Bien de Interés Cultural en 1991. La similitud entre ambos inmuebles es más que relevante: su valor histórico-artístico más importante, aún si cabe, debido al tradicional expolio que ha sufrido el patrimonio de la ciudad», le contaba en un email a la jefa del Servicio de Patrimonio de la Junta, Ana García Arranz.

Cañizares está orgulloso de la decisión tomada y no cree que se haya quedado solo, ya que “la Junta ha estado al corriente de todo y ha apoyado la medida tomada por el Ayuntamiento”. José Ramón no parece tener ninguna duda sobre la veracidad de esto, ya que también culpa a la Junta de omisión de sus responsabilidades. Y es que cuando el Círculo envió la solicitud de inclusión de la Casa como BIC, desde la Junta le dijeron que era necesario que aportasen más documentación. Sin embargo, “para acceder a la información que piden hay que pedir unos permisos a quienes precisamente quieren echar abajo la casa, mientras que la Junta tiene potestad para actuar de oficio y preocuparse por el edificio, pero no lo han hecho”. De hecho, tanto Junta como Ayuntamiento han hecho oídos sordos ante las peticiones de paralización cautelar del derribo hasta que éste sea estudiado con detenimiento.

A José Ramón, por desgracia, no le extraña esta actitud: “Ni la Junta ni el Ayuntamiento han hecho nunca absolutamente nada por proteger el patrimonio de Ciudad Real. Y así nos va, con edificios antiguos que no se conservan y que se acaban tirando por culpa de la especulación urbanística y de la falta de sensibilidad”.

Como José Ramón dice, el caso de la calle Calatrava no es el único. Y no hace falta irnos a ejemplos clásicos como la Casa de la Cruz Roja, la del barrio de la judería o la Puerta de Toledo. Hace apenas un mes también veíamos morir una de las pocas casas antiguas que aún sobrevivían al cuestionable criterio arquitectónico de los nuevos edificios de la Plaza Mayor. El modus operandi fue calcado, ya que esta casa también fue acordonada y derribada en un tiempo record. Sin tiempo siquiera para alzar la voz ante una política de derribos que amenaza con llevarse por delante todo el patrimonio de la ciudad sin un mínimo de compasión ni responsabilidad civil.

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