Carta a las personas votantes del PP

La oportunidad de saber implica la responsabilidad de actuar.
 
Queridas conciudadanas:
 
En primer lugar quiero reconocer públicamente el hecho de que algunas de vosotras ya habéis salido a la calle a reclamar frente a los incumplimientos del partido al que confiasteis vuestro voto en las últimas convocatorias electorales. Aun en el hipotético caso de que el voto se redujese a un mero objeto de consumo, habéis hecho lo correcto para no dilapidar los escasos recursos ciudadanos cuando se ven traicionados.
 
En segundo lugar, deseo constatar tales incumplimientos, aunque seguramente vosotras sabréis completar la lista con mayor conocimiento de causa por haber ejercido responsablemente vuestro derecho de voto desde el conocimiento del programa del PP y de los argumentos esgrimidos por sus candidatas y candidatos durante las sucesivas campañas electorales de 2011:
 

    El PP no iba a subir los impuestos (y eso que hacía falta para reducir la brecha creciente en España entre rentas del trabajo y rentas del capital). Sin embargo, una de sus primeras medidas ha sido subir el IRPF de una forma aparentemente progresiva. Digo aparentemente porque la mayor recaudación se va a obtener de las rentas más bajas, que son la inmensa mayoría, por lo que no se alcanza el efecto redistributivo global hacia una mayor equidad de rentas. Puedo aceptar que no se trata de un incumplimiento, sino de una verdad a medias: el PP no iba a subir los impuestos… a los ricos.
    El PP no iba a recortar servicios públicos, pero estáis comprobando, incluso en vuestras propias carnes, el cierre de servicios sociales que vertebraban la sociedad de nuestros municipios y enriquecían la convivencia. Estáis notando, por otra parte, que ahora se tarda más en cubrir las bajas médicas de profesores y de personal sanitario, o que se alargan las listas de espera, o que no se van a convocar oposiciones para cubrir las jubilaciones en algunas comunidades autónomas.
    El PP no iba a “tocar” a los trabajadores públicos, pero está despidiendo a miles de interinos allá donde gobierna, y la reciente reforma laboral abre la puerta al despido de los laborales fijos. A éstos y a los funcionarios les piensa aumentar la jornada laboral y reducir el sueldo, amén de otros derechos, como si ellos fuesen los causantes de la crisis y como si no fuesen garantía de calidad de los servicios públicos y de que éstos estén al servicio de todas y cada una de las personas, independientemente de su renta.
    El PP iba a gobernar con austeridad y transparencia, pero no es austeridad subir el sueldo de los altos cargos, colocar a familiares en ellos o nombrar una directora de gabinete del director de gabinete de la presidencia del gobierno (BOE de 17-1-2012). Tampoco ayudar de manera desproporcionada a los bancos y encima a escondidas, y aquí enlazo con la transparencia. No es transparencia imponer la privatización de la gestión de hospitales públicos sin demostrar públicamente su presunta inviabilidad y que la gestión privada sea más económica que la pública sin deteriorar el servicio o traspasar costes a los ciudadanos (transporte, medicinas,…). Menos transparencia es aún, hasta rozar lo delictivo, haber engañado presuntamente nada menos que a la Comisión Europea con un supuesto déficit público mayor que el real para poder justificar todos los recortes expuestos anteriormente como inevitables.
    El PP iba a crear empleo, pero ya veréis cómo crecen las cifras del paro con la reforma laboral recién aprobada. Hace meses que creíamos que habíamos tocado fondo, pero ahora muchos tenemos la certeza de que la destrucción de empleo se va a acelerar como no hemos conocido hasta ahora y que el poco empleo que se cree va a ser menos y sensiblemente más precario.

 
En tercer lugar, quiero humildemente que caigáis en la cuenta del poder que tenéis. Sois mayoría en nuestra sociedad (aunque no absoluta, por mucho que la ley electoral pretenda hacérnoslo creer a todos). Sois los primeros damnificados por la frustración de vuestras expectativas y por los efectos inmediatos de las medidas que los distintos gobiernos del partido receptor de vuestro voto están tomando. Como personas trabajadoras que sois en vuestra inmensa mayoría el PP os ha hecho creer que era el partido del pueblo (Partido Popular). Incluso que era el Partido de los trabajadores, como llegó a decir su secretaria general en la precampaña de las elecciones autonómicas castellano-manchegas. Pero estos días el PP se ha desvelado como el Partido Patronal (no es mía la ocurrencia) mediante una reforma laboral que entrega completamente a manos de los empresarios el establecimiento de la práctica totalidad de las condiciones laborales, dejando totalmente desprotegidos a los trabajadores y empobreciendo el conjunto de la economía nacional (mucho se está escribiendo, y mejor, sobre las perversiones de las medidas publicadas en el BOE de 11-2-2012).
 
Sé que no podíais votar al partido que antes gobernaba sin rumbo propio, pero había otro que sí es el partido de los trabajadores, con sus aciertos y errores. Lástima. Pero eso no quita para que, en el legítimo ejercicio de vuestro derecho de exigencia de soluciones hacia una sociedad más rica, más justa y más solidaria, os suméis en bloque, dando la cara, con audacia, sin prejuicios, a quienes siempre hemos estado en las calles defendiendo un futuro más esperanzador para todos. Sois necesarias para que estos gobiernos del PP rectifiquen o, si su “religión” no se lo permite, convoquen de nuevo elecciones.
 
No debéis consentir que sigan gobernando desde la traición a la mayoría de sus votantes.
 
 

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