Un señor mayor sentado en una silla de ruedas

Rafael RoblesSiento una profunda desazón al comenzar a mirar este vídeo. Sin embargo descubro mi masoquismo al sentir una curiosidad placentera y ensimismada a medida que se vislumbra la aparente banalidad de las gentes que ahí aparecen; destilan una inofensiva vulgaridad a pesar de que todos y cada uno de ellos han sido ejecutores y cómplices necesarios para conducir a Castilla-La Mancha a un doloroso cul-de-sac en connivencia con los socialistas. El vídeo es un claro ejemplo de la banalidad del mal, característica que ya denunciara Hannah Arendt para referirse a que la malignidad, por horrible que sea, se suele originar en cualquier mindundi de medio pelo.

Los aspirantes al gobierno y los que lo ejercitan han de ser personas con enjundia, bondad y talento pero en la Mancha uno se da de bruces con mamporreros y trepas cuya más excelsa virtud reside en aplaudir muy fuerte y carecer de escrúpulos. Es vano el intento de escudriñar cada fotograma del vídeo para encontrar a algún solitario afiliado que permanezca sentado al paso de las becerras de oro, y que se muestre digno, perplejo, suspicaz, desafecto, cruzado de brazos y orgulloso de saber diferenciar el bien del mal; sucede lo contrario: se les observa eufóricos, entregados, alucinados y enajenados como si asistieran a un ritual de vudú. Uno se explica esta actitud porque del grado de sumisión y muestras públicas de afecto depende su cargo. Como en Corea del Norte.

La escenificación de marras es un ejemplo pintoresco de la democracia mal entendida, aquella que ya denunciaron Platón y Aristóteles y que consiste en que cualquiera, por ínfimas que sean sus cualidades morales e intelectuales, puede acceder al poder espoleado por la ignorancia y la indolencia del pueblo. El único requisito es vitorear enérgicamente a los chamanes de su tribu y despotricar contra los que son ajenos a su secta; la famiglia lo primero, ya saben.

Sin embargo lo sorprendente no es esta catarata de servilismo que hace vomitar a cualquiera que cuente con un mínimo de intolerancia a la vileza; no, lo subyugante es la secuencia del vídeo en que aparece un señor mayor sentado en una silla de ruedas mostrando pleitesía a los líderes del partido político que ha arrasado con la calidad de vida de los dependientes para sumirles en la desesperación y el abatimiento.

Me cuesta entenderlo, pero la explicación a tamaña incoherencia habría que encontrarla en la página web del Partido Socialista cuyo cínico mensaje es un insulto a los ciudadanos: “Recuperar el dinero del rescate a los bancos para las familias”. Miren este cartel. Es el cartel de la versión postmoderna del “socialismo con rostro humano” transformado en “socialismo con un rostro que se lo pisan.

Mientras el Partido Socialista siga tratando a los votantes como memos seguirá habiendo señores mayores en sillas de ruedas que besen emocionados a las lideresas del PP. Con una socialdemocracia desnortada e insultante y unos decentes partidos minoritarios a los que se restringe el acceso a los medios de comunicación, lamentablemente volverán a ganar los neoliberales pepeístas con el apoyo resignado de una tercera edad que se aferra a la detestable filosofía del “menos malo”.

La antorcha de Diógenes
Rafael Robles
http://www.rafaelrobles.com
@RafaelRob

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4 COMENTARIOS

  1. Menuda película te has montado tú solo en tu cabeza por ver a un seńor en silla de ruedas saludar a la Cospe.
    Desde que amasaste una fabulosa etopeya solo con observar a un grupo de gente de espaldas, leo un poco tu sección para sonreir imaginando la organización de ideas que debe haber en tu particular mundo de Yupi (me refiero a tu coco).
    Alucino, vecino.

    • Pues a mí me parece que está bastante encaminado. El video representa a un club elitista no basado en el mérito ni el esfuerzo que viven de una mayoría indolente mantenidos en la ignorancia. Para criticar a este señor hace falta formar parte del club y ser un palmero paniaguado, que es lo que eres.

  2. Cada día alucino más con tus artículos…creo que, definitivamente, lo mejor es que te pongas a repartir carnets de buenos y malos en el Pilar, porque hay tanto malvado, tanto ignorante y tanto trepa para tí que dudo que queden grandilocuentes personajes que hagan sombra a tu mente priviliegiada y a tu bondad absoluta…Te propongo que alguna vez hagas algún artículo sobre la autocrítica o el arte de examinarse a uno mismo, y que saques a relucir épocas de tu vida que hayan podido ser más oscuras, que a lo mejor las hay. Porque después de estar escribiendo en todos tus artículos lo malvada que es la gente, nos queda la duda de si tu bondad es ilimitada.

    • Ya se dice en Rojo y Negro:»!Servicios! !Talentos! !Méritos! !Bah! Hágase usted de alguna camarilla». Aunque buena parte de la sociedad española no haya necesitado una afiliación en un partido para granjearse favores de todo tipo porque la recomendación, adulación y enchufe forma parten de nuestro ADN, aunque todos nieguen haberlos utilizado alguna vez. A los profesionales de la adulación se les distingue por una tendencia insólita a inclinar la cabeza y a mirar oblicuamente.

      Cuida a tus enemigos, Rafael. No hay una fidelidad más duradera.

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