Novoa, de toda la vida

Luis Mario Sobrino Simal.- José Álvarez González y Balbina Álvarez Dominguez son los actuales propietarios del taller de vaciados y cuchillería Novoa, uno de los establecimientos comerciales antiguos de Ciudad Real, si no el que más. En 1960 José se hizo cargo de la tienda que antes tuvo su hermana. Un local comercial que nos traslada a aquellos años, pues parece haber quedado congelado, inalterable a pesar del paso del tiempo.

novoa-01Nada más acceder al establecimiento llama la atención el mostrador de madera, con ese olor característico. Todo evoca al pasado, porque Novoa es un pedazo de historia que ha llegado al presente: el rótulo de la puerta, la cristalera y unas estanterías repletas de cuchillos, navajas y tijeras, los artículos más que más se venden.

Como curiosidad, José y Balbina comentan que antiguamente se vendían las mismas cosas, pero «los cubiertos se pedían sueltos, no en cuberterías completas como se compran ahora». También siguen afilando cuchillos y tijeras, una tarea en la que, recalcan, es necesario poner esmero, ya que «si las cosas se hacen bien, el cliente te lo dice».

Regentan un establecimiento de los de toda la vida, donde el trato es cercano y la atención cuidada, pero confiesan que los tiempos son duros para el negocio: «la crisis se nota cosa mala». Son mayores y pronto se jubilarán, pero Novoa estará ahí siempre, en el recuerdo de varias generaciones de ciudadrealeños.

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6 COMENTARIOS

  1. Un sitio que conocer…
    Hace unos meses adquirí unas tijeras y al entrar en el mismo un cúmulo de sensaciones inusuales me invadieron.
    Lugares así deberían contar con un «estatus» de protección por su previsible extinción. No le auguro en el actual formato futuro y es una lástima. Seguirán llegando grandes superficies de personalidad anónima que las acabarán de barrer.
    Luis Mario, no estaría mal en evocador recuerdo a varios establecimientos del tramo peatonal de la calle Postas clausurados en los últimos años y que nos han dejado un vació del sabor tradicional del comercio.

    • «Nada más acceder al establecimiento llama la atención el mostrador de madera, con ese olor característico».
      «Hace unos meses adquirí unas tijeras y al entrar en el mismo un cúmulo de sensaciones inusuales me invadieron».
      El establecimiento está bien y los productos son de calidad, pero hay que contener la respiración hasta que pagas. Si ventilaran de vez en cuando estaría mejor

      • Sí, el «olor» a vieja madera y al viejo instrumental es característico pero una vez que estás dentro…te acostumbras. Me acuerdo del comercio La Puerta del Sol y era algo similar…y el comercio que tenían mis abuelos en Gral Aguilera, pues lo mismo.

        Gracias!

      • L.M. te puedo facilitar imágenes de razones comerciales perdidas en el tráfago del tiempo. Hubo un tiempo que me entretuve en su captura. Algo de eso conté en el trabajo de los ‘100 años de la Cámara de comercio’ que llamé por algo ‘Las cenizas del comercio’. Un progreso que acaba destruyendo colmados, ultramarinos y coloniales, sombrererías, hilaturas, abacerias, textiles y papelerías, para llegar a un universal abstracto con forma de Centro comercial.

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