Numeralia

Había escrito el pasado día 18, un texto llamado Numeronomicón, que pretendía indagar en las posibilidades de fundamentar un diccionario de números y no de palabras.

Uno más.

Y en esa búsqueda obtuve ese premio relativo de un nombre nuevo.

Conté en ese Divagario con la ayuda de Alex Grijelmo, preocupado por las palabras, y por ello autor de un breve Diccionario amable de la pandemia.

Del cual daba cuenta indirecta en ese Numeronomicón de mis entretelas.

Donde ya deslizaba las dudas que sobre la contabilidad de la pandemia que se venía produciendo según se recurriera a una fuente o a otra.

Ya fuera el Ministerio de Sanidad, ya el MOMO, ya los Registros Civiles, ya el INVERENCE.

Como si una realidad pudiera ser contabilizada de diversas formas y maneras.

Eso, sosteníamos antes de forma precisa y pautada, sólo pasaba con las palabras y sus productos de ficción.

Ya fueran cuentos, relatos o novelas.

Incluso algunos productos periodísticos, rondan ese territorio ficcionalizado.

Pero rara vez, esa disparidad de relatos había acontecido con el orden numeral.

La Numeralia frente a la Verbalia.

Donde 2 y 2, sumados, siempre había sido 4.

Lo dijera el maestro o lo formulara el pupilo.

Algo así a lo afirmado por Juan de Mairena sobre la entidad de la verdad, con independencia de su procedencia: ya Agamenón, ya su porquero.

La preocupación de Grijelmo le ha hecho llegar –como no podía ser de otra manera– al reino numeral, en sus escrito El paciente cero.

En donde indagaba no sólo sobre la naturaleza voluble del cero (¿es algo o es nada?) sino en la perfidia de los órdenes numerales.

Por eso recorre ese continente de los números sagrados –y el cero lo es más que otros–, por que expresa una imposibilidad verdadera.

Números sagrados como el Kilómetro Cero, el Cero Climático–ni frío ni calor, como decían viejos termómetros–, la Zona Cero, los niños de Cero a Tres años, el Paciente Cero y la Fase Cero.

Viendo ahora el cambio de modelo contable del Ministerio de Sanidad en torno a los fallecidos por coronavirus, a uno le acomete la duda.

Y duda, incluso que el modelo contable provenga de una ciencia tan Exacta como las Matemáticas, que de suyo son llamadas Ciencias Exactas.

De tal suerte, que El País del 26 de mayo, hablaba de ‘desbarajuste de datos’ al pretender Sanidad rebajar los muertos contabilizados en 2.000 unidades.

Más aun, en la columna interior de esa información, se fijaba que el criterio había cambiado siete veces en diez semanas.

Y así podíamos leer: “Si el domingo eran 28.752 los fallecidos, el lunes la cifra se había rebajado en 2.000(1.918 un 7%) y hoy martes figuran 26.834”.

Algunos irónicos han hablado de un fenómeno sobrenatural, al reducirse los muertos, que es tanto como invertir las muertes, en una rara resurrección contable.

Algo parecido a lo afirmado por el otrora fenómeno del ciclismo mundial, que decía sobre sí mismo y su pasado –en información firmada en El País por Carlos Arribas– ‘Las 10.000 mentiras de Lance Armstrong’.

Y cuando hablo de ‘Las 10.000 mentiras de Lance Armstrong’, no señalo a nadie.

Simplemente constato las dificultades de llevar actualizada y al día la contabilidad de las mentiras.

Y sigo sin señalar.

Por más que Armstrong simplemente contabilice las 10.000 mentiras como las respuestas practicadas a las 10.000 preguntas.

Pero da cuenta de la tamaña desproporción existente entre un mito y sus mentiras.

El otro juego contable, lo extraía de una información que nacía de la complejidad ¿numérica? de la antigua Yugoeslavia de la era del mariscal Tito.

Un país peculiar, ubicado bajo la influencia soviética, pero sin pertenecer al Pacto de Varsovia.

Una suerte de estar no estando.

Una Federación política formada por 6 Repúblicas, 5 Naciones, 4 Idiomas, 3 Regiones y 2 Alfabetos.

Y 1 sólo Partido Verdadero.

No sé de que me suena esa disposición numeral descendente.

Y de aquello solo queda la memoria futbolística y baloncestista de Alfredo Relaño.

José Rivero
Divagario

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6 COMENTARIOS

  1. Jajajaja cuánta ironía, fineza y contención Sr Rivero. Es usted muy inteligente por lo que escribe y pq su profesión así lo exigía. Esa fineza tipo Gila…alguien a matado a alguien….

    • Pero fino… filipino. Más fina ironía que la suma de Jardiel, Wilde, Tip, Juan José Millás y Rafael Azcona. Vaya, creo que me he pasado de frenada. A lo peor ,digo, solo se trata de una ironía de mercadillo, no? Una de esas ironías tan finas, pero tan finas, que solo la ves tú.

  2. Bueno, el baile de cifras no es nuevo. Más de cien años después, aún se debate si la gripe de 1918 causó 20, 50 ó 100 millones de muertes……

    • Pero los medios, Ch., serán muy otros hoy que en 1918. Estaría bueno que no se progresara después de 100 años. Es el mismo debate de los muertos del Diluvio Universal, aún se sigue discutiendo si fueron miles o fueron millones. Pero la Historia Sagrada no justifica la chapuza contable actual del gobierno.

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