Por qué estoy en contra del proyecto Titanes

En mi artículo anterior, Silos: metáforas y oportunidades, no era mi propósito extenderme sobre el proyecto Titanes, ya que el objeto del mismo era hablar sobre la recuperación de los silos de Ciudad Real.

Pero surgió un debate que creo que merece una reflexión más extensa que una mera respuesta.No es algo nuevo, hace tiempo que el tema de los silos de Ciudad Real me ocupa la cabeza. Hay que estar al lado de estos gigantes imponentes y desafiantes, comparables con castillos o catedrales, maltratados como perros abandonados, para darse cuenta de que son un tesoro ignorado por sus poblaciones.

Mi discrepancia con el proyecto Titanes [Inclusión, Arte urbano, Patrimonio rural] se basa en la consideración de que hay una radical falta de idoneidad en el hecho de convertir los silos de la provincia en “lienzos artísticos”.Porque la consecuencia de pintar grandes murales, es que se transforma el paisaje urbano. Y porque cuando un edificio apabullante como éste se carga de un mensaje, el mensaje ha de ser bien elegido: inevitablemente, el medio escogido lo magnifica. Luego habrá que valorar cuál es el punto de partida de los pueblos donde se hallan los silos, cuál es el objetivo de realizar una transformación de esa envergadura, cuál es el mensaje y si el proyecto responde a los fines previstos.

La cuestión no es un dilema estético– me gusta vs. no me gusta; arte figurativo vs. abstracto–sinosi el tipo de mensaje que toda obra de arte contiene está en consonancia con el objetivo sustancial (o lo que sería peor, que el promotor haya dado plena libertad al artista, y se haya desentendido completamente de lo que éste le proponga). Tampoco es el hecho en sí de hacer pinturas sobre grandes fachadas lo que me parece desacertado. Son muy abundantes los ejemplos de medianeras de cerca de 7 pisos en las ciudades; muy curiosos, ya sean trampantojos, retratos, o diseños vegetales. No niego que algunas de las pinturas puedan tener un valor artístico;aunque en mi opinión, esta sobredimensión les podrá dar visibilidad y promoción, pero su excesivo tamaño le aporta más valor anecdótico que artístico: podrían haberse reducido considerablemente de tamaño, buscando otro espacio con otras dimensiones más apropiadas (por ejemplo, pintando únicamente las casetas adyacentes, de una altura), sin que ello restara valor al diseño de dichas obras. Pero me parece que algunas de las obras ejecutadas son abominables. El colorido exuberante del silo de Calzada de Calatrava rompe completamente el paisaje y el encanto del pueblo cuando se divisa a lo lejos desde la circunvalación. En el silo de Porzuna, viniendo desde Cabañeros, se ve un enorme esqueleto sentado ocupando buena parte de su fachada; en otra de sus fachadas, hay dos esqueletos en actitud cariñosa…

Un paisaje urbano, concentrado y elevado, no solo absorbe perfectamente estas pinturas, sino que dignifica sus espacios muertos, en un entorno cultural plural (y «moderno») como es la ciudad.Pero los pueblos son otra cosa bien distinta de las ciudades. Tienen otro ritmo de vida, otras referencias, otros valores, otras formas de expresión. La fisonomía de los pueblos enraíza con la arquitectura de la tradición popular, con su clima, sus materiales, sus costumbres. El conjunto equilibrado de los edificios, adaptados al solar, a los oficios… es lo que da identidad a la población, a todos, y a cada uno de sus habitantes. Ejemplos de pueblos así se ven en Andalucía, en Asturias, en el País Vasco, en Portugal, en Francia … Ha sido precisamente abandonar este criterio, pretender convertir la fisonomía de una pequeña población en la de una gran población, por lo que nuestros pueblos se han convertido en un absoluto horror estético y moral. La falta de consideración a la tradición (histórica y cultural) y el individualismo llevado al extremo, de que yo en mi casa pongo las alturas que quiero, pongo la fachada que quiero, la rejería que quiero, el aire acondicionado donde quiero, los azulejos que quiero… sin importar las consecuencias que tiene en el entorno, disgrega en el inconsciente el principio de comunidad.

Por el contrario, no podemos obviar que fue la preservación de los edificios emblemáticos y de su entorno en Almagro o Villanueva de los Infantes,los que motivaron que se declarasen conjuntos históricos. Sus lugareños no son tan diferentes de los de otras localidades, también hay quien considera que la modernidad es un valor que se representa con carteles luminosos en los establecimientos comerciales, rompiendo la cohesión del lugar. Lograr que no suceda así no depende solo de la convicción del dueño del local, sino de vigilar que las leyes de protección se cumplan, y de poner en valor su resultado. Dicho de otro modo, Almagro o Villanueva de los Infantes se han podido preservar gracias a que tenían monumentos arquitectónicos emblemáticos, a diferencia de los pueblos que no lo tenían. Sin embargo¿Es coherente esta filosofía con la actuación realizada en el silo de Almagro, en el linde del espacio protegido?

El paso del tiempo, diferente según se trate de conjuntos desprotegidos o protegidos (como ejemplo de lo que pudo ser y no es), da como resultado la realidad que tenemos, que es el paisaje urbano destrozado en los pueblos manchegos, salvo en rincones o en casos excepcionales. La labor de recuperación de los pueblos pasa por la recuperación y puesta en valor de su identidad histórica y cultural, y no por la invasión o la mera traslación de un concepto cultural, arte urbano, a otro entorno completamente fuera de contexto, ya que el contexto es imprescindible para que toda obra de arte adquiera la plenitud de su valor. Y son las administraciones públicas quienes, disponiendo de sus recursos, deberían liderar dicha recuperación.

En esto, llegan los silos, edificios de magnitudes desproporcionadas con el resto de edificaciones que los circundan. Y sin embargo, no causan ningún impacto negativo en el entorno. Por una razón muy simple: por su diseño racionalista y funcional, neutro, propio de la época en que se construyeron. De hecho, se observa una evolución en las tipologías de silos a medida que avanza el tiempo. Pero en este país se le ha dado muy poco valor a la arquitectura industrial, no son objetos predilectos para ser protegidos. Algunos ejemplos de este tipo de patrimonio, son el de altas chimeneas de factorías de otros tiempos, que resisten en pie en algunas ciudades como altos cipreses enladrillados. Es decir, a los silos se les desprovee de todo valor estético sin ninguna argumentación. Y entonces, como es liso y viejo, se supone que está listo para ser «corregido».

Por último, me gustaría hablar de la inclusividad con la que se quiere revestir al proyecto Titanes. Me parece muy bien que hayan colaborado personas con capacidades diferentes, pero me parece un chantaje emocional, recurrir a ellos para justificar o acometer un proyecto como éste – cuando a la vez no ha habido un criterio inclusivo con la propia población a la hora de pintar sus silos – ¿Acaso es más inclusiva o más digna esta participación, por el hecho de hacer grafitis, en vez de pinturas en un solo color? Y sobre todo: ¿No es unaficción, un engaño, convertir en artistas a quienes son meros peones?No encuentro nada en las pinturas de los silos que aporte ninguna reivindicación sobre su situación particular (excepto, tal vez, el de Herencia, en cuya “cara B” hay un modelo con síndrome de Down). Ya puestos, incluso podría sentar un precedente peligroso para que proliferen iniciativas inclusivas similares con otros colectivos, que no tienen por qué ser de menor valor que el que forman estas personas, y ya de paso terminar de cargarnos el paisaje urbano ¿Se imaginan la Plaza de toros, el Castillo de Calatrava la Vieja, o los molinos de Puerto Lápice convertidos en murales de arte urbano? Ya, la diferencia es que los silos no están protegidos.

Todo es cultura. Esto es cultura ¿Qué tipo de impacto cultural tienen estas pinturas en el pueblo? ¿Representan a sus gentes? ¿Nos hablan de sus inquietudes, su humor o su modo de pensar? ¿Nos dicen algo, como obra de arte ciclopea, sobre el mundo actual? ¿Nos acercan a las corrientes artísticas más interesantes, a un pensamiento transformador de la sociedad?¿Acaso no es un acto de banalización de la cultura pintar los silos? ¿Cuál es el modelo social o artístico que se alienta con este tipo de pinturas? ¿Ponen en valor al mundo rural frente al mundo urbano? ¿Es ésta la idea de cultura que tienen nuestros representantes en la institución provincial? ¿Es ésta la idea de rehabilitación de edificios históricos y de modernidad que queremos para nuestros pueblos? Y finalmente ¿Más allá de una campaña de promoción puntual, resulta un reclamo turístico sostenible y eficiente – en relación al coste total del proyecto?

Doy gracias a que los silos de Ciudad Real no hayan sucumbido al proyecto Titanes, aunque me temo que casi ninguno de los grupos del consistorio ha desistido de esa idea, ni acertado en el enfoque de su recuperación – ya sea por el reaprovechamiento de estos edificios abandonados, o por el impacto visual que podría tenereste tipo de pinturas urbanas¿Acaso cayó en desuso aquella premisa de Mies van der Rohe, “menos es más”?

Pares y nones
Antonio Fernández Reymonde

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7 COMENTARIOS

  1. Tal vez sería necesario estudiar la posibilidad de inscribir en el Catálogo General del Patrimonio Histórico, como Bienes de Interés Cultural (BIC), con la tipología de Monumentos, estos claros ejemplos de la arquitectura industrial agroalimentaria, además de hitos paisajísticos en nuestros pueblos…..

    • Con la agilidad en los procesos de declaración de BIC que tenemos en la Junta, siempre se llega tarde. Por no hablar del carácter oculto del agrarismo franquista del SENPA, principal promotor de la red de Silos y Almacenes. Quizás la Ley de Memoria Histórica produzca fricciones. Por otra parte Antonio, Okuda va a realizar otra proeza en el Faro de Santander. Mal de muchos.

  2. MVDR y su mirador de Sanchinarro. No quito el arte de los buenos grafiteros que no sé cómo pueden hacer esas obras en muchos casos de más valor artístico que verdaderas mierdas que se pueden ver en museos. Lo que pasa que un silo no está integrado en nada y si encima se pinta con grafitis arruina más todavía el entorno. Hay un silo onmipresente y visible a muchos kilómetros que está en Cinco Casas. Parece un faro no está integrado en el paisaje pero da paz. Y si no sirven para nada que los tiren y punto

  3. Entiendo su interés en preservar el paisaje rural, pero de poca contribución hacen al mismo lo silos, en poblaciones donde los nuevos edificios son bloques de pisos y unifamiliares, cuyas fachadas no son precisamente blanco y añil.

    Los centros de los pueblos se llenan de solares vacíos donde antes se alzaban viviendas que por su antigüedad y por su difícil mantenimiento acaban desapareciendo.

    En que no se pida mi opinión, a mí soluciones como las de Almagro, que convirtió su silo en un centro polivalente, me gustan. Y el mural de Antonio Laguna, también.

  4. *Escribir con el teléfono móvil es una ardua tarea.

    Entiendo su interés en preservar el paisaje rural, pero poca contribución hacen al mismo los silos, en poblaciones donde los nuevos edificios son bloques de pisos y unifamiliares, cuyas fachadas no son precisamente blanco y añil.

    Los centros de los pueblos se llenan de solares vacíos donde antes se alzaban viviendas que por su antigüedad y por su difícil mantenimiento acaban desapareciendo.

    Aunque no se pida mi opinión, a mí soluciones como las de Almagro, que convirtió su silo en un centro polivalente, me gustan. Y el mural de Antonio Laguna, también.

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