No es la izquierda ni la derecha; son los globalistas vende patrias

Un café de los de antes, al menos en apariencia. Mesas de mármol con pie de hierro imposibles de levantar al peso. Sillones corridos contra la pared y, sobre ellos, a un metro de altura, grandes espejos apaisados inclinados hacia el suelo reverencialmente. Tres personas se saludan: Un biólogo, una licenciada en historia y un “yutubero” exitoso. El primero, compañero de carrera de un profesor suspendido de empleo y sueldo por afirmar en clase que sólo hay dos sexos. La segunda, madre de niño y niña mellizos, escandalizada por el libro de texto sobre historia de España de sus hijos, donde se ridiculiza hechos fundamentales de nuestro pasado y a sus protagonistas.

-Nada mejor que enseñar nuestra historia en inglés con un libro editado por una editorial inglesa -Comentó indignada y con sorna la mujer. Fueron los padres quienes levantaron el grito en el cielo, no las autoridades competentes.

El tercero explicó su experiencia vital acerca de lo fácil que es, en su región, cambiar de identidad sexual por el procedimiento de la autopercepción

-Se tarda menos en convertirte y desconvertirte en mujer que en finalizar todos los trámites para montar un negocio; no digamos para la cita a un especialista médico -Afirmó el “yutubero”.

Los tres hechos relatados tuvieron lugar en la Comunidad de Madrid, la autonomía presidida por Isabel Díaz Ayuso, la nueva Agustina de Aragón por gracia de un meticuloso proceso de mercadotecnia política. Si la CAM tuviera una lengua regional propia, Feijoo y Ayuso serían intercambiables, ésta sólo necesitaría echar mano de su propia ley y autopercibirse varón con unos años más.

No existen dos PPs. Existe uno con diferentes estilos, según la personalidad de los interfectos y las peculiaridades de cada Comunidad Autónoma. Todos han acatado y asumido la Agenda 2030 como programa de gobierno. No podría ser de otra manera. Rajoy, es decir, el PP, la subscribió en 2015, como tantas veces he repetido. No es que el PP aprehenda las políticas de la izquierda, no; es que ambos se han rendido al globalismo.

Seguir analizando el tablero político con los ejes izquierda-derecha, sólo beneficiará a los promotores de la destrucción de las soberanías nacionales, a su vez, impulsores de la disolución antropológica de la idea de ser humano conocida por todos.

Suele repetirse que el PP sigue al PSOE ¿Y por qué no al revés, si, al final, los dos hacen lo mismo? Y lo hacen porque, en esencia, son iguales. Las diferencias son matices que no afectan a la sustancia de sus proyectos.

El mantenimiento a ultranza del eje izquierda-derecha interesa a los empeñados en romper y en diluir: al globalismo vende patrias metido hasta el tuétano en los partidos que se autoproclaman de izquierda o derecha, para ocupar un terreno político que no les corresponde y, además, se ha difuminado tanto que es imposible distinguir sus fronteras. El PP y el PSOE viven solapándose, amontonados en una comuna de autopercepciones identitarias, de escuelas deconstructoras del ser humano, con un paisaje plagado de generadores eólicos y placas solares, en vez de personas dedicadas a lo agropecuario y a los recursos naturales. Una comuna en donde los pueblos vaciados serán meros decorados bien pintados para dar apariencia de vida. La gente deberá abandonar el campo, el mundo rural; ¿por qué?, el urbanita es más fácil de domesticar y de controlar. Eso nos cuenta la historia; no hay más que repasar la de nuestro querido país. Un inciso, en la comuna bipartita seguirá habiendo bares, Ayuso se encarará de ello; lo que desconocemos es si se continuará vendiendo jamón y cocinando con aceite de oliva, no vaya a ser que la UE, a quien tanto deben los de la comuna amontonada, se soliviante. Por supuesto, la Coca Cola estará asegurada por recomendación de la misma UE ¿Acaso alguien conoce otra marca que represente mejor al globalismo?

El eje izquierda-derecha interesa, insisto, porque confunde y permite calificar de extremista al patriota, al defensor de la soberanía, al defensor de la gente que trabaja, sencillamente porque habrá un PP ejerciendo de okupa moderado. Sin embargo, cambiando el eje, el patriota, el soberanista, se quedaría solo frente a todos los demás (PSOE, PP, IU, UP y separatistas)

Es urgente cambiar la denominación de los ejes del tablero político. Es la única forma de desenmascarar al Partido Popular, dejar al desnudo su verdadera naturaleza. Los grandes medios reaccionarán en contra. No importa. Habrá que contar con los que aún poseen independencia suficiente. Da igual que sean pequeños. Mañana lo serán menos.

Estamos en un momento crítico. No hay momento que perder.

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2 COMENTARIOS

  1. Los políticos no están para solucionar los problemas de la gente. Los políticos viven en una burbuja ajenos a la realidad cotidiana de los ciudadanos. Se creen su realidad, para ellos la única verdadera. Todos los daños y quebrantos están causados por nosotros mismos. Los políticos (habría que añadir las otras castas anexas al poder y los que realmente mandan) no sienten que nos perjudican o nos hacen daño, sus conciencias están tranquilas, todo lo hacen por nuestro bien. En realidad, por el suyo.

    En la ciudadanía se trata de eliminar la autocrítica, la duda. Pensar por uno mismo es peligroso. Más en un mundo donde estamos vigilados las veinticuatro horas de los trescientos sesenta y cinco días del año. Ríanse del 1984 Orwell.

    Resulta difícil, muy difícil, oponerse al poder en estos tiempos. Supone muchas veces un sacrificio personal. La gente calla y, luego, en casa, le cuenta a sus hijos que la verdad es otra muy distinta a la de los libros de texto, que la historia no es la que le cuentan en clase, que hay dos sexos y que existe el bien y el mal. ¿No es esto acaso una dictadura?

    Los criterios de antaño no sirven para guiarse en estos tiempos. ¿Quién es bueno? ¿Quién es malo? Todos son buenos y malos.

  2. La simplificación en política no es útil, aunque el discurso simplista tenga evidentes resultados. Lo hemos visto en Reino Unido, donde la receta ultranacionalista les ha llevado a una espiral que de momento, no muestra salida. La multilateralidad es un sistema donde todos pierden algo para poder ganar más. La unilateralidad o nacionalismo exacerbado es un sistema donde se quiere asegurar que uno mantenga su soberanía al 100% frente al resto, manteniendo los privilegios globales. Una suma imposible.

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