Sobre Divagario

En pleno ferragosto, como dicen los italianos al mes estival y caldeado, José Rivero responsable de las páginas de Periferia sentimental que vienen apareciendo en Firmas de MiCiudadReal desde 2012, opta por una especie de vacaciones textuales, reduciendo el grosor invernal y las lanas otoñales. Mostrando no sólo que ‘Las bicicletas son para el verano‘ como decía Fernando Fernán Gómez en su obra de teatro de 1977; sino que ‘La brevedad se impone en verano’, casi tanto como ciertas formas de vestuario sincopado, simplificado y encanijado.

divagarioIncluso, y coincidiendo con la revisión de Italo Calvino que hace el poeta Javier Rodríguez Marcos, se imponen formas leves; tal y como  fijara el autor de ‘Seis cuestiones para el próximo milenio’ y tal y como relatara el último en su texto periodístico de principios de agosto ‘Cuando fuimos leves’. Pero una cosa es la Levedad y otra diferente la Ligereza, que tal parece una salsa mahonesa.

Por tanto cierto ‘Elogio de la brevedad leve’ o de la ‘Levedad breve’ vienen a configurar las entretelas estivales del Divagario en curso. Un formato que ya emergiera, anteriormente, en la publicación del libro ‘Geografía Personal Grado medio’, al advertirnos el autor que: «He podido saber recientemente, que en rumano al territorio de la confluencia de dos ríos, se le denomina como ‘zona de divagar’, que eso será un Divagario estricto«.

El río de la levedad y las aguas de la brevedad, compondrán pues, el cuadro del estuario de esta nueva sección, que se formula desde premisas formales distintas a las desplegadas, habitualmente, en  Periferia sentimental, pero con idénticos anhelos por descubrir el juego de las aguas ocultas y las aguas del juego oculto.

El paseo divagante que hoy se inicia, no supondrá merma de las tiradas analíticas y ensayísticas que vienen desfilando en la Periferia sentimental, más bien supondrá mostrar la misma forma de mirar con dos escrituras diferentes, como el viejo anuncio de los bolígrafos BIC. ‘Tres escrituras a elegir’.

Sin saber si todo ello, puede acabar en una suerte de estrabismo sorprendente y sorpresivo, o proseguir el camino que va desde Jano bifronte, al ‘Ángel de la historia’, pintado por Klee y analizado por Walter Benjamin, en su avance adelante, con la mirada puesta atrás.

José Rivero
Divagario

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