Relato de invierno – La Lotería (9)

Relato de invierno - La Lotería (9) Manuel Valero – Salió del coche y cuando se cruzó con el chófer que le abrió como siempre la portezuela para darle le maletín lo miró para decirle, “si hablas, te mataré yo mismo” pero se quedó en un:

-Silencio.

-Ni siquiera sé a que se está refiriendo, señor.

{mosgoogle}Una tortilla francesa y un vaso de leche saciaron su escaso apetito. Su mujer y su hija se recogieron pronto. El se fue al salón a ver la televisión con La muerte de Ivan Ilich sobre las rodillas. No necesitaba la comprobación del boleto porque se sabía la combinación de memoria. El conductor del informativo relató la historia del día y cuando llegó la hora de los números de la suerte, aparecieron impresos en la pantalla los números exactos que Roque Félix había señalada en el boleto. La voz del locutor los leyó con seguridad: “La combinación ganadora de la lotería primitiva correspondiente a esta semana ha sido la siguiente –3, 10, 11, 28, 35 y 42. Enhorabuena al acertante o los acertantes porque se van a llevar un bote de 300 millones de euros. El tiempo para mañana se prevé.”

Roque Félix desconectó el aparato, tranquilo, relajado, en calma, como quien ya ha visto su destino y lo ha asumido. “Mañana empieza mi ruina”, pensó. Se tomó dos pastillas para dormir y se tumbó en el sofá. Al día siguiente a primera hora, lo encontró una de las mujeres del servicio. Tenía el aspecto de un náufrago.

El vaticinio de Roque Félix se cumplió con la fatalidad de una profecía, porque a partir de ese día se le fueron encadenando una serie de acontecimientos como si el boleto vulgar de un juego servil y la historia oculta de una obra de arte se hubieran confabulado contra él.

Salió a la calle y se encontró con la primera sorpresa:

Capítulo [8][10-final]

[Primer capítulo]

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