​Detestables y verduleros

Eduardo Muñoz Martínez.- Indiscutiblemente, cómo asevera el refrán, de donde no hay no se puede sacar, y cómo detestables que son en su comportamiento, aparte de ser abogados, empresarias, periodistas, profesoras o doctores en Bellas Artes, me refiero a los señores y señoras del Partido Popular, actualmente en la oposición del Ayuntamiento capitalino.

Y son detestables y verduleros, -con todo mi afecto para quienes se dedican a este sector del comercio-, de acuerdo con una de las acepciones de este vocablo, por parte de la Real Academia Española de la Lengua, por sentirse ufanos de realizar una política descarada, ordinaria, repugnante…, que incita al rechazo, creyendo, cabe pensar, que, de ese modo, con la mentira, con la demagogia, con el insulto, con la falta de respeto…, se puede ganar a la ciudadanía, -su decisión en las urnas-, aunque, afortunadamente, el electorado valora la transparencia, la verdad, el trabajo, la vocación, la actitud de servicio…, que, gracias a Dios, define la forma de actuar de nuestro actual Equipo Municipal de Gobierno.               

Me inspira estos comentarios el bochornoso espectáculo que brindaron a la audiencia, -en la que no fueron capaces de conseguir la aprobación de ninguna de las propuestas que presentaron a nivel de grupo-, en la última Sesión Plenaria, celebrada el pasado día 26 de este mes de mayo, sobrepasando, con creces, a los y las representantes de Unidas Podemos, o de VOX, aparte del desconocimiento, -quiero pensar que esa sea la razón, y no la burla-, fruto de la mella que hace el tiempo que están sin gobernar, y el que les quede, de la constitución de un ayuntamiento, empeñándose en que al día de la fecha contamos con dos alcaldesas, lo cual no es cierto, en absoluto, ya que además de no estar contemplada esta opción en la gestión política municipal, no se corresponde con la realidad, puesto que la señora Zamora es Primera Teniente de Alcalde. Y al hilo de lo anterior, inevitablemente, surge el interrogante. 

¿Qué concepto de respeto puede tener, -me pregunto-, quien, o quienes, eluden la consideración, acompañada de cierta sumisión, con que se debe tratar a una persona o a una cosa por determinadas cualidades, situaciones o circunstancias, que lleva a acatar lo que se dice o establece, actuando, -todo lo contrario a lo correcto-, intentando interrumpir a los compañeros de corporación en sus turnos de palabra, o haciendo comentarios fuera de tiempo, o con actuaciones tan deplorables y barriobajeras como las mencionadas?       

Ellos, y ellas, son quienes pretenden ningunear a los vecinos, confundirlos. malinformarlos… ¿Es así como tratan de convencer a una mayoría? Pues, como diría mi madre, que en paz descanse, ¡camino llevas, curiana! 

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