“Las raíces nos tiran mucho”, “¡cómo no voy a venir a mi pueblo si lo quiero con locura!” y “un pueblo como Tomelloso y una gente como la de Tomelloso no es fácil de encontrar”. Estas palabras son tres claros ejemplos de los sentimientos que albergan en lo más profundo del corazón los tomelloseros que por circunstancias de la vida, tuvieron en su día que emigrar a otras tierras para labrarse un futuro mejor. Ésta es precisamente la esencia de un acto que pretende rendir un profundo homenaje a aquellos que tuvieron que abandonar sus raíces, pero que tienen a su Tomelloso natal siempre en el recuerdo.

Tomelloso volvió a reconocer a sus mejores hijos, un año más —y ya van 18— en la ceremonia de entrega de los Viñadores. Manteniendo la esencia de sus inicios, el acto de entrega de los Viñadores demuestra que los tomelloseros hacen lo que sea con tesón, sin mirarse el ombligo, contemplando y aprovechando lo bueno que se ofrece. El acto, estuvo conducido por Andrés Díaz. Marieli Blanco y Arturo Sánchez pusieron la música.