
Obtusia es un enigma, y eso ya es un punto a favor, dados los tiempos que corren. Sin apenas material gráfico, con un misterioso diseño de su primer EP inspirado en las ensoñaciones creadas por Hipgnosis para Pink Floyd y un puñado de soberbias canciones propias, la banda se balancea entre la oscuridad, la psicodelia y el indie, para conformar una de las propuestas más interesantes y prometedoras de los últimos lustros en la ciudad industrial.
Por más que perjuren que no tienen influencias definidas, el grupo sabe muy bien lo que se hace. En él confluyen el talento, mucho trabajo y un vasto conocimiento del rock clásico que deriva en una ruta apasionante de influencias por el mapa histórico del rock y lo que no lo es tanto, desde Led Zeppelin hasta Vestusta Morla pasando por Radiohead o The Cure. Su originalidad es indudable, y más en una ciudad acostumbrada al revival como mainstream musical.
