Amigos, no puedo llevar mi tren a Canarias, pero no importa, el viaje lo vamos a hacer de nuevo cruzando el cielo azul. Esta magnifica tierra que nos adoptó durante ocho años y en la que pasamos nuestra esplendorosa juventud rodeados de mar, amor, y tantos maravillosos amigos, donde aprendimos a amar la cocina del lugar y a degustar nuevos sabores, olores y productos que no conocíamos. Hoy forman parte de nuestra despensa para siempre aunque a veces nos cueste encontrarlos, por eso nos dejamos caer de vez en cuando o vienen los amigos a vernos y nos deleitan con sus quesos, sus vinos, sus mojos…. y un sinfín de delicias de las islas afortunadas; afortunados nosotros que durante un tiempo formamos parte de ellas.